¿Hay decisión de entregar nuestros recursos marítimos?
La Argentina está en una situación muy delicada, donde los índices económicos son negativos, la situación social muy crítica y la inseguridad totalmente desbordada. Nada nuevo para el lector.
Frente a esta situación objetiva, el Gobierno no tiene un plan adecuado para poder marcar un rumbo creíble y posible que permita a los argentinos recuperar la esperanza y encauzarse sin grieta hacia un porvenir promisorio.
Muy por el contrario, hay una miopía tan grande que teniendo la posibilidad de llevar adelante un modelo de desarrollo sustentable e innovador, sin darse cuenta o lo que puede ser más grave con conciencia plena de ello, lo boicotean entregando nuestras riquezas y futuro a manos extranjeras.
El cambio está en el mar. Una nueva visión estratégica de la matriz productiva donde el mar se erija en forma protagónica junto con el conocimiento, la industria genuina del campo y el cuidado del medio ambiente es el camino.
Cuando analizamos el proyecto de presupuesto nacional 2022, en estudio en el Cámara de Diputados de la Nación, herramienta esencial que determina el rumbo y metas de un gobierno, observamos que las partidas destinadas a una implementación de políticas con perspectivas de género ascienden a algo más de dos billones de pesos, una cifra que equivale al 3,4% del Producto Bruto Interno (PBI). Estas partidas tienen el eje en el fortalecimiento de la infraestructura de cuidados y la inclusión de mujeres y diversidades en sectores estratégicos de la economía.
Este proyecto de ley madre ubica a las mujeres y diversidades ya no solo como destinatarias en las medidas de protección ante la crisis del COVID y situación económica, sino también en la estrategia de recuperación y desarrollo.
En teoría suena muy promisorio, pero en la práctica advertimos que para el desarrollo logístico destinado al cuidado y protección de nuestros intereses nacionales y recursos estratégicos marítimos se destinan 5500 millones de pesos, menos de los 6500 millones de pesos que destina la provincia de Buenos Aires en el plan “platita”, para que los chicos que egresan de la escuela secundaria puedan disfrutar de su viaje de fin de curso.
Es decir que un sector esencial de la economía como es el mar, se deja al cuidado de los depredadores piratas que anualmente se llevan más de 4000 millones de dólares, ya que la Armada Argentina con esa partida podría patrullar un día a la semana durante los 365 días del año.
La ceguera de la gestión del gobierno permite que 8 billones de pesos, cuatro veces más de lo destinado a políticas de género, se la lleven los barcos depredadores de nuestro Atlántico Sud Occidental.
El panorama es poco alentador, se quiere beneficiar a las mujeres para que sean parte protagónica en el desarrollo económico pero se le impide el acceso a los beneficios de nuestros recursos e intereses estratégicos marítimos y fluviales, lo que convierte ese abultado dinero destinado a esas política con perspectiva de género en cajas negras para la actividad militante y política, terminando en definitiva perjudicando el desarrollo e inclusión real en la economía de las mujeres.
Necesitamos un Presupuesto Nacional que marque y permita rumbos de crecimiento económico que genere puestos de trabajo genuinos e ingresos reales para dar dignidad a las personas, construyendo un sistema de igualdad de oportunidades.
Sin posibilidad de crecer e inversión la Argentina es inviable, convirtiéndose las políticas de perspectivas de género que tienen como horizonte genuino la igualdad y protagonismo de las mujeres, en meros relatos para que políticos y funcionarios sigan viviendo de la “teta” del Estado, a costa de la ya exagerada presión tributaria que una parte reducida de la sociedad viene soportando.
Una gran Argentina olvidada a la que le damos la espalda nos está esperando para que varones y mujeres en igualdad y paridad de oportunidades recuperemos la esperanza y seamos protagonistas en la construcción de la gran Nación que nos ubicará, nuevamente, en los primeros lugares de los países más ricos del planeta. Solo hace falta decisión política y llevar adelante como política de Estado el desarrollo de nuestro mar y dejar de lado el relato ideológico.
Abogado, diplomado en relaciones internacionales