Hasta dónde puede llegar el fenómeno Milei
Más allá del crecimiento electoral del candidato liberal, su influencia empieza a modelar los discursos de dirigentes de otras fuerzas políticas
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Tras obtener el 13% de los votos y alcanzar el tercer puesto en las primarias abiertas porteñas, el líder de La Libertad Avanza, Javier Milei, va por más y es fuente de preocupación tanto entre dirigentes de Juntos por el Cambio como del Frente de Todos. La posibilidad de que su lista le pueda robar adherentes a la coalición que encabeza María Eugenia Vidal está tan latente como la alternativa de que desplace del segundo lugar a la nómina kirchnerista, que lidera Leandro Santoro.
En las PASO de la ciudad de Buenos Aires, Juntos por el Cambio sumó el 48,19% de los votos; el Frente de Todos, el 24,66%; La Libertad Avanza, el 13,66%; el Frente de Izquierda, de Myriam Bregman, el 6,23%, y Autodeterminación y Libertad, de Luis Zamora, el 2,65%.
Todas las encuestas conocidas en los últimos días dan cuenta de que la fuerza encabezada por Milei cosecharía en las elecciones generales de diputados previstas para el 14 de noviembre más votos que en las PASO. No hay consenso, sin embargo, acerca de si podría llegar a aventajar a la lista de Santoro.
Un sondeo realizado por la consultora Opinaia a 761 encuestados en la Capital Federal, concluido el 5 de octubre, interrogó a los votantes de Ricardo López Murphy y de Adolfo Rubinstein, quienes lideraron las dos listas que compitieron con la de Vidal en Juntos por el Cambio en las PASO, si podrían modificar su voto en los próximos comicios. El 81% de ellos aseguró que seguiría votando por esta alianza, pero el 14% indicó que apoyaría a Milei.
La misma encuesta, al referirse a la intención de voto asigna el 40% a Juntos por el Cambio; el 21% al Frente de Todos; el 18% a La Libertad Avanza; el 4% al Frente de Izquierda y el 3% a Autodeterminación y Libertad, con un nivel de indecisos del 8% y de votos en blanco del 7%. La proyección del voto de los electores indefinidos y la eliminación del voto en blanco llevaría a la agrupación liderada por Vidal e integrada por López Murphy al 46%; a la fuerza encabezada por Santoro al 24%; a la de Milei al 21% y a la de Bregman al 6%. De este modo, Juntos por el Cambio renovaría 7 de las 10 bancas de diputados que pone en juego, y tanto el Frente de Todos como La Libertad Avanza cosecharían tres escaños.
En las últimas horas, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, viene tratando de evitar una pérdida de votantes de Juntos por el Cambio a manos de Milei con el argumento de que alcanzar los ocho diputados en el distrito porteño podría ser clave para desplazar de la primera minoría al Frente de Todos en la Cámara de Diputados de la Nación. Algo que, por cierto, dependerá también de los resultados en el resto del país, y en particular en la provincia de Buenos Aires, donde se renuevan nada menos que 35 bancas.
La posibilidad de que Milei desplace a Santoro del segundo puesto en la Capital es fuente de controversias entre los encuestadores. Mientras algunos ubican al economista liberal a tan solo un punto del primer candidato del Frente de Todos, otros muestran a la coalición que gobierna el país consolidada en el segundo lugar. Hay, sin embargo, un dato que favorece a Milei: el hecho de su crecimiento en los barrios del sur de la ciudad, donde aumenta la proporción de segmentos de clase baja. En algunos de esos lugares, para sorpresa de muchos, los liberales alcanzaron el 15% de los votos.
Por caso, en la comuna 8, formada por Villa Soldati, Villa Riachuelo y Villa Lugano, Milei cosechó el 14,88% de los votos contra el 35,8% del Frente de Todos. Y en la comuna 9, integrada por Mataderos, Parque Avellaneda y Liniers, La Libertad Avanza alcanzó el 15,03% de los sufragios. La hipótesis de un traspaso de votantes del peronismo al liberalismo, que en otros tiempos podía parecer descabellada, hoy no lo es tanto.
La inquietud en el oficialismo por el avance de Milei quedó patentizada en el mes de agosto en un discurso público del presidente Alberto Fernández en Tecnópolis, cuando les pidió a los jóvenes que lo escuchaban que “les piquen el boleto” a “los liberales que hablan de libertades, pero son muy conservadores”, por cuanto “la libertad esa es para algunos y es catástrofe y penuria para millones”.
El crecimiento de la nómina que encabezan Milei y Victoria Villarruel –fundadora del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas–, al igual que el de José Luis Espert en la provincia de Buenos Aires, se asocia con el malestar en materia económica en la mayor parte de la sociedad. El escenario actual exhibe coincidencias con los últimos años de la década del 80, cuando en tiempos de Raúl Alfonsín, la Argentina soportaba, al igual que hoy, elevadas tasas de inflación, que fueron decisivas para que se expandiera el discurso liberal, encarnado en la figura de Alvaro Alsogaray, cuya prédica en favor de la reducción del gasto público y de la privatizaciones de las empresas del Estado prendieron en parte de la sociedad.
En 1989, el ingeniero Alsogaray, obtuvo más del 10% de los votos como candidato presidencial de la Alianza de Centro, aunque la mejor performance aquel año la obtuvo la lista de diputados nacionales en la Capital Federal, que encabezó Adelina Dalesio de Viola junto a Luis Fernando Herrera y Rafael Martínez Raymonda, con el 22,09%. Dos años antes, la Ucedé, el partido fundado por Alsogaray, había logrado en la categoría de diputados en el distrito porteño el 18,2%; el propio Alsogaray encabezó la nómina, seguido por Héctor Siracusano y Alberto Albamonte. Este último había sido el artífice del primer gran acto público de la Ucedé, allá por 1985, cuando alrededor de 65 mil personas llenaron el estadio de River Plate.
Precisamente Albamonte –actual presidente de la cadena hotelera Howard Johnson en la Argentina, hoy alejado de las lides políticas– expresó su apoyo a la figura de Milei: “Es una persona formada en el liberalismo, muy espontánea y que se diferencia de los políticos tradicionales que se ponen una careta y recitan un cassette. Tal vez sea esa la causa de la adhesión que está teniendo, especialmente entre los jóvenes”. Respecto del discurso por momentos violento que exhibe el candidato, como cuando habla de “echar a todos los zurdos de mierda” o de “sacar a patadas en el culo a la casta política”, Albamonte señaló: “Me importan bastante poco las formas, pero sí me importa el fondo. Y lo cierto es que representa aires nuevos que nos dan mucha esperanza y le auguro mucho éxito porque sabe llegar a la gente”. Otro exdirigente de la Ucedé, como Carlos Maslatón, dio también su ferviente apoyo a Milei.
En los años 80, el avance de las ideas liberales en una porción de la sociedad argentina, de la mano de Alsogaray, pudo haber contribuido a la imposición de la candidatura presidencial de Eduardo Angeloz en el radicalismo y de su campaña en favor de aplicar el “lápiz rojo” para recortar gastos del Estado, al tiempo que, definitivamente, fue central para el acuerdo político entre el presidente Carlos Menem y los Alsogaray, que siguió con la designación de Alvaro como asesor y de su hija María Julia al frente de la privatización de la telefónica estatal Entel y de la siderúrgica Somisa.
Salvando las distancias, el actual crecimiento del liberalismo podría modelar el debate de los próximos años. En tal sentido, el hecho de que María Eugenia Vidal hable hoy de bajar impuestos y de que varios dirigentes de Juntos por el Cambio, como Martín Lousteau, postulen reformar el régimen de indemnización por despido, da cuenta de que la influencia política del discurso de Milei empieza a ganar terreno.