Hacia el fin de los prejuicios
Es absurdo que dos hombres puedan casarse en la Argentina pero no puedan donarse sangre si lo necesitan
El Senado Nacional tiene entre sus asuntos pendientes dos proyectos de extraordinaria relevancia en materia de lucha contra la discriminación, que contribuyen desde distintos ángulos a la construcción de una sociedad más inclusiva e igualitaria: una modificación a la ley nacional de sangre y otra de lucha contra el bullying (acoso escolar) en las escuelas.
Recientemente, la Legislatura de la Ciudad convirtió en ley un proyecto que modifica la regulación en materia de donación de sangre, eliminando una situación claramente excluyente y discriminatoria en el cuestionario que se hace a los donantes. Hasta ahora, a aquellos hombres que hubieran tenido sexo con otros hombres se les prohibía la donación, con el argumento de que constituyen un "grupo de riesgo" en términos de transmisión de enfermedades. Esta prohibición anacrónica se basa meramente en prejuicios, no en evidencia científica. Por otra parte, es absurdo que dos hombres puedan casarse en la Argentina pero no puedan donarse sangre si lo necesitan. Esta situación es la que evita la nueva Ley de la Ciudad, al eliminar las preguntas acerca de la orientación sexual de los donantes.
Los cuestionarios se deben basar en detectar conductas sexuales riesgosas, no en perseguir a los donantes por su orientación sexual
En el mismo sentido, pero a nivel nacional, presenté en el año 2012 un proyecto similar en la Cámara de Diputados, a fin de que se elimine este tipo de discriminación para los donantes de todo el país. Diputados dio media sanción a este proyecto, ahora resta la aprobación del Senado. Los cuestionarios se deben basar en detectar conductas sexuales riesgosas, hetero u homosexuales, no en perseguir a los donantes por su orientación sexual.
El bullying ha sido caracterizado como una epidemia silenciosa, debido a que los chicos víctimas de estos actos de violencia muchas veces callan
Por otro lado, Diputados aprobó también el año pasado un proyecto contra la violencia escolar, conocida como bullying. Se trata de una práctica extendida y sumamente dañina para los jóvenes, en la que un alumno es acosado física y psicológicamente por sus compañeros, en forma presencial o a través de las redes sociales en internet. El proyecto que recibió media sanción contó con el respaldo de todos los bloques. Se trata de proveer a las escuelas de un marco para resolver estos casos de violencia, a fin de contener a los chicos que son víctimas de esta práctica y evitar su perpetuación mediante un intenso trabajo en el aula.
El bullying ha sido caracterizado como una "epidemia silenciosa", debido a que los chicos víctimas de estos actos de violencia muchas veces callan, y a que no cuenta con la suficiente difusión en las escuelas y en las familias. Reconocer el problema es, entonces, el primer paso para abordarlo y resolverlo. No se puede subestimar el terrible impacto que tiene este tipo de prácticas en el desarrollo de los jóvenes. Estamos seguros de que el proyecto que está pendiente de aprobación en el Senado será un paso decisivo en este sentido, que garantizará que la escuela sea un ámbito de aprendizaje y socialización para los chicos, en vez de un lugar de acoso y sufrimiento.