Guerra en Ucrania: tres largos meses sin final cierto ni cercano
Hay una frase que dice que “en una guerra, la primera víctima siempre es la verdad”. Algo de eso está sucediendo con la invasión rusa en Ucrania. Como quizás nunca antes, a tres meses del conflicto, surgen noticias de un lado y el otro, incluso supuestamente oficiales, que aparecen en un medio de prensa o agencia internacional, pero que se hace casi imposible verificar luego o hacer “double check” en otros medios, preferiblemente antagónicos, para saber a ciencia cierta la veracidad de dichas noticias y no caer en la trampa de las “fake news”
Eso es lo que está ocurriendo con las noticias de la guerra en Ucrania en los últimos quince días, razón por la cual se torna muy difícil plantear un escenario verídico y constatable de la contienda, y mucho menos aventurar un pronóstico o resultado relativamente próximo de la misma.
Una de las pocas cosas que se ha podido verificar es que la Federación Rusa está realizando un avance, lento pero sistemático, en la zona sur y este de Ucrania. Fundamentalmente, con la toma definitiva de la ciudad puerto de Mariupol, al rendirse y ser tomados prisioneros los últimos militares ucranianos que la defendían en la acería de Azovstol. Lo mismo puede decirse respecto del Donbas, al ser aceptado por las mismas autoridades ucranias, que el noventa por ciento de esa rica región industrial está en estos momentos en manos rusas o al menos permanentemente asediadas por las fuerzas invasoras.
Al mismo tiempo, otras noticias también verificables son que Ucrania, a su vez, ha tenido algunos avances en la retoma de ciudades cercanas a la valiosa ciudad de Kharkiv, la segunda en importancia de Ucrania, llegando incluso a la frontera rusa cercana a esa ciudad (apenas 22 km). Ucrania intenta también, muy dificultosamente, seguir asediando a la importante ciudad puerto de Kherson, también en el mar de Azov, desde principios del conflicto en manos rusas, aunque con resultado diverso ya que en dicha región ya está circulando el rublo como medio transaccional.
Luego, Rusia continúa con sus problemas de logística y con bajo estado de ánimo de sus tropas, mientras Ucrania continúa con semblante positivo en sus autoridades y tropas, pero alerta que si no obtiene más y mejor armamento de manera pronta y urgente, se le puede tornar muy cuesta arriba iniciar acciones contraofensivas que detengan la ofensiva rusa, primero, y luego, pueda hacerlas retrotraer a las posiciones del 24 de febrero o, más optimistamente aún, recuperar Crimea y las zonas ocupadas en el Donbas desde el 2014.
La mayoría de los analistas internacionales evalúan, a pesar de estas constataciones, que la guerra va a ser muy larga y con un grado de desgaste en ambos contendientes muy superlativo.
Si ello es así, la continuación a largo plazo de la guerra plantea desafíos más peligrosos para Ucrania que para la Federación Rusa. El peligro mayor para el país agredido es que, si se profundiza el escenario de toma o anexión del corredor sudeste ucranio desde Crimea hasta el Donbas -ni que decir si se extiende hasta Transnistria- Ucrania corre el riesgo de que el conflicto se cristalice, permitiendo a la Federación permanecer en zona ucrania por largo tiempo, no acordar ningún arreglo con Ucrania y Occidente, y esperar un nuevo “momento apropiado” para nuevas aventuras, ya sea en Ucrania, en Moldavia u otros paises de lo que considera “su zona de influencia” (principalmente Georgia, y en mucha menor medida -dada su inclusión en la OTAN y en la UE- de algún país báltico).
Respecto a Georgia, cabe señalar como muy sintomáticos los pedidos en los últimos días, del reconocimiento de anexión a Rusia por parte del territorio separatista de Osetia del Sur También, el de los separatistas rusos que tomaron la ya citada Kherson y ciudades aledañas, así como también algunos bombardeos, aparentemente de “falsa bandera” en Transnistria, de manera de dar una excusa a la Federación para invadir Moldavia con el pretexto de “defender a los asediados ruso parlantes” implantados “manu militari” en dicha región.
Para los intereses de Ucrania, ésta debe tratar por todos los medios posibles de lograr resultados bélicos positivos de aquí hasta fines del 2022, para evitar el “frozen conflict”, como ya ocurriera en 2014 con Crimea y el Donbas. Pero ello, tampoco la deja sin algunas complicaciones o dificultades, sobre todo en cuanto a la comprensión de la real situación por parte de algunos de sus aliados.
El Presidente Zelenski y otras importantes autoridades ucranias, han tenido que salir a decir, más de una vez, que Ucrania no va a negociar mientras haya “tan solo una ciudad tomada o invadida por Rusia”. El Presidente ucranio, salió así a responder, de manera directa y sin eufemismos, a una desafortunada declaración a los medios del Presidente francés, Macrón, quien había señalado que “quizás Ucrania podría buscar el ‘alto el fuego’ y la paz previendo reconocer la anexión rusa de Crimea y las zonas del Donbas invadidas en 2014″.
Al Presidente francés, al igual que a otros altos dignatarios europeos u occidentales, les preocupa cada vez más los problemas económicos remanentes de la guerra, sean éstos energéticos o económicos propiamente dichos, pero fundamentalmente los de carácter alimentario, dadas las advertencias de organismos y organizaciones internacionales sobre la posibilidad de “hambrunas”, sobre todo en los países más pobres.
No obstante, Podolyak, uno de los asesores principales de Zelenski, ha señalado que tenía una idea mejor que la de “ceder territorios a Rusia” para resolver esta “catástrofe humanitaria” y que era la de “armar fuertemente a Ucrania de manera de expedir a los invasores de sus tierras, ciudades, puertos y mares”. Solo así se podría garantizar una solución definitiva y sustentable a los planes “imperiales” rusos y evitar esas hambrunas.
En eso está Occidente, principalmente por parte de EEUU, que ha aprobado ya en su Congreso una ayuda militar y humanitaria de cuarenta mil millones de dólares, que se agregan a lo ya entregado hasta aquí en el orden de unos tres mil millones de dólares. Por su parte, la Unión Europea ha prometido una ayuda de unos nueve mil millones de dólares, adicionales a los aproximadamente 2000 millones de dólares entregados hasta aquí por los países de la Unión. Finalmente, también el G7, en su última reunión, ha prometido una ayuda humanitaria y militar del orden de los nueve mil millones de dólares.
Ucrania necesita imperiosamente esas ayudas y resta por saber si su llegada será a tiempo para contener la ofensiva rusa y, más aun, para llevar a cabo la tan requerida contraofensiva ucrania de manera de volver a recuperar las zonas invadidas durante este conflicto e, idealmente, las ocupadas desde el 2014.
Ayudas, apoyos, dudas, dilaciones, entorpecimientos
Mencionados las ayudas y apoyos recibidos para lo humanitario y lo militar por parte de EEUU, la UE y el G7, también existen demoras, dilaciones o entorpecimientos, algunos de ellos por atendibles razones, y otras no tanto.
La sexta ronda de sanciones económicas a Rusia por parte de la UE, que incluye un mayor y más significativo embargo del gas y el petróleo rusos, está muy trabada debido a las dudas planteadas por Hungría y en menor medida por Eslovaquia, que reclaman garantías del reemplazo de esos combustibles. Para convencer a ambos países, la Presidenta de la Comisión Europea, Von Der Leyen, aboga para otorgarles un waiver hasta fines de 2024 para que terminen de suplantar dichos combustibles. Pero mientras Eslovaquia ya ha aceptado dicho waiver, Hungría reclama mayores garantías (o quizás mayores plazos) al señalar que si se queda sin esos combustibles su economía se derrumbará de inmediato debido a su muy fuerte dependencia de la energía suministrada por Rusia. Mientras se resuelven esas diferencias, las sanciones del sexto paquete continuan demoradas y no se vislumbra un rápido consenso, ya que se necesita unanimidad para las decisiones de este tenor.
En el terreno diplomático, también existen dudas de algunos países europeos sobre como deben transcurrir las negociaciones entre Ucrania y Rusia para llegar a un alto el fuego y la búsqueda de la paz. No solo Francia plantea sus dudas sobre la postura que debe adoptar Ucrania, ya que extraoficialmente se considera que el país galo es apoyado por Alemania e Italia. Incluso este último ha presentado una propuesta de paz de cuatro puntos que está siendo evaluada por Ucrania desde hace algunos días.
Los cuatro puntos son los siguientes: 1) un “alto el fuego” bajo la supervisión de las Naciones Unidas; 2) un acuerdo sobre el status de Ucrania en relación con la OTAN y la Unión Europea; 3) resolución de las cuestiones territoriales, que incluye la península de Crimea y el Donbas; 4) un nuevo pacto para la seguridad en Europa.
Italia ha señalado que dicho plan ha sido conversado con el Secretario General de la ONU, Guterres, así como también con la UE y la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa). Este último organismo ha sido el que tuvo a su cargo llevar adelante las decisiones y conclusiones emanadas del “Cuarteto de Normandía” (Rusia, Ucrania, Francia y Alemania) en los Acuerdos de Minsk I (mayo 2014) y Minsk II (septiembre 2015), los cuales lamentablemente en la gran mayoría de las ocasiones, no eran respetadas por los unos ni los otros, pero principalmente por la Federación, ni tan siquiera en las cuestiones humanitarias más elementales.
Ucrania ha declarado que toda decisión política sobre esta u otras propuestas, tiene que basarse en el respeto a la soberanía e integridad territorial de Ucrania en sus fronteras reconocidas internacionalmente. Unas declaraciones que parecen expresar dudas sobre la idea de negociar en torno a Crimea y el Donbas, incluso sobre el “pequeño Donbas” ocupado en el 2014.
El Presidente Zelenski ha reconocido en sus últimas intervenciones, tanto nacionales como internacionales, que la paz definitiva “necesariamente deberá ser encontrada por las negociaciones diplomáticas…pero que las mismas solo serán su punto final”, dando a entender que antes será en el terreno militar, con sus victorias o sus derrotas, donde se dibujará el verdadero escenario final de la Ucrania que emerja de esa diplomacia. Agrego: también de la Federación Rusa.