Gran improvisación poética
Sobre Diario de viaje de Pretty Jane, de Liliana Heer y Guillermo Saavedra
Aventura poética a cuatro manos, las de Liliana Heer y Guillermo Saavedra, Diario de viaje de Pretty Jane es una larga improvisación en verso en torno a la figura enigmática de la joven a quien está dirigida “The Bloom Is On The Rye”, balada inglesa que Joyce cita en el Ulises. El libro fue tramado en intercambios sucesivos que alcanzaron, gracias a la sutura de la corrección conjunta (privilegio del que carece la improvisación musical), el timbre distintivo de una voz que incluye y excede las afinidades y disidencias singulares de los autores. Recíprocos ademanes imitativos y decisivas distancias permitieron el descubrimiento de una tercera voz, tal vez la “mirada andrógina” a la que alude uno de los versos.
“Neblina inglesa en barrio porteño”, se lee al comienzo. Propicia para la concurrencia de apariciones y ausencias, la niebla circunda el poema. Los bordes de lo que se nombra ingresan a la página para desdibujarse en el soslayo de miradas que intentan “expulsar la perspectiva”. Esa neblina sintáctica es también favorecida por la continencia de artículos y la prescindencia de comas (sólo se conservan las que brotan al interior de los versos): una forma de inducir la potencia semántica de sustantivos que alcanzan un gesto verbal y encabalgamientos que dan a las estrofas la articulación de estructuras móviles.
El poema avanza a tientas entre conjeturas y devaneos para asomarse al parpadeo luminoso de hallazgos y secretos entrevistos, como la piel de Pretty Jane a través de los pliegues de su bata. Heer y Saavedra construyen una poética de la difracción, en la que las palabras parecen correrse, girar en torsiones que por momentos llegan a alterar su sentido por completo. Así, “a campo traviesa” se vuelve “a campo travesti” y, en sorda réplica del dicho popular, “No canta quien tiene canas sino el que sabe nadar”. A lo largo del libro, se van depositando capas de sentido sobre el ambiguo magnetismo de Pretty Jane. Al igual que la estudiante de la cual se enamora el narrador de Giacomo Joyce, texto póstumo del escritor irlandés que los autores citan en un epígrafe, Pretty alterna entre la cándida inexperiencia y una aprendida sensualidad. Un erotismo algo vertiginoso se apodera de estas páginas cargadas de roces, caricias, fuegos, apetitos. Pero también de abstinencia, de humo, de ausencia. La sinuosa carnalidad encuentra sosiego en una distancia vaporosa, donde Pretty Jane es Linda Juana y la pulsión crepitante del poema se vuelve evocación, elegía. Los de este Diario de viaje... son versos entornados, modulados con el sigilo de quien “entra en la jungla sin despertar al tigre”.
DIARIO DE VIAJE DE PRETTY JANE
Liliana Heer y Guillermo Saavedra
Paradiso
100 págs.
$ 190