Grammy: rosas blancas y animojis
Desde su creación en 1958 –con Frank Sinatra como protagonista–, el premio del gramófono, el popular Grammy , se jacta de ser reflejo no solo de la industria musical, sino de la cultura popular de los Estados Unidos y su influencia global. Este año, además de la retracción del rock, dos datos destacados en los análisis previos resumen ese estatus: no hay artistas masculinos blancos nominados al premio mayor y apenas el 9% de los postulantes a premios en el último lustro fueron mujeres. El análisis tendrá su contracara en las manifestaciones de igualdad de género y repudio a los abusos expresadas esta noche con una rosa blanca.
A los temas de diversidad de género y raza se agregará otro síntoma de época: la disputa entre gigantes tecnológicos (Google, IBM, Spotify) que buscan como un botín concentrar el consumo musical en sus propiedades. Su protagonismo, debajo del escenario, en fiestas privadas o campañas digitales, será igual o mayor que el de las discográficas. Los populares animojis –emojis 3D de Apple– se lucen en avisos imitando en karaoke a las estrellas del momento.