Gestionar es un milagro; saber es aleatorio
“En Rosario yo creo que se alinearon los planetas” (De Sabina Frederic)
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La dirigencia argentina siempre me hace dudar del papel de la educación como eje vital del desarrollo del país. No se inquiete, querido lector, no estoy escribiendo a la salida de una disco del conurbano con algún brindis de más por la llegada de la primavera. Escuchar a expertos en centenares de temas atribuirle a la fe o a la astrología que los problemas que padecen los ciudadanos pueden estar vinculados con la alineación de los planetas me hace dudar de para qué habrán estudiado tanto si al final era simple cosa de sacarle brillo a la bola de cristal, tirar las cartas o hacer oscilar bien el péndulo.
“En Rosario yo creo que se alinearon los planetas y están haciendo cosas que no se hacían antes. Me parece que lo que fue determinante es que ahí se mataban personas que no importaban. Pero en marzo mataron a dos taxistas, a un playero, y empezaron a amenazar gente que ya no era gente asesinable. Y ahí se pusieron las pilas, y empezaron a trabajar sobre la cuestión de los homicidios”. La frase, un elogio quizás vergonzante a las acciones desplegadas por los actuales gobiernos nacional y de Santa Fe para tratar de superar la debacle narco asesina de Rosario, proviene de Sabina Frederic.
La exministra de Seguridad del reciente kirchnerismo, liderado por Alberto Fernández, antropóloga, de larga trayectoria en la formación universitaria y exsubsecretaria de Formación del Ministerio de Defensa, en el gobierno de Cristina Kirchner, parece sorprendida de que no se trató de un milagro, sino de planificar la seguridad de las calles de la Chicago argentina, que estuvo al borde de ser rebautizada como la Sinaloa de la Patria Grande.
Es cierto que para una ministra que tuvo que dejar su cargo por sus fracasos no debe ser nada grato ver que otra en su lugar tiene un éxito incipiente. Y lo peor es que, en su momento de esplendor, Frederic tenía como gobernador en Santa Fe a un peronista amigo como Omar Perotti. Pero, diría el gobernador Axel Kicillof, “no se pudió” resolver el temita de la narco balacera rosarina. Quizás, es lo mismo que pasa hoy en el conurbano bonaerense: sin gestión de los recursos para cuidar a los ciudadanos, habrá que esperar que los planetas decidan alinearse otra vez.
O tal vez, como sumó Frederic: “Hay algo que cambió en la cabeza de todos. Dejaron de ser asesinables los que estaban muriendo. Empezaron a aparecer muertos que eran propios”. Parece que para muchos dirigentes gestionar el Estado es un milagro, saber es aleatorio.