Francisco Gandolfo y sus versos para despejar la mente
Cuatro poemas para conocer y recordar al escritor cordobés
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Francisco Gandolfo nació en Hernando, Córdoba, el 7 de septiembre de 1921. Desde muy joven trabajó en una imprenta. A los 18 se mudó a Leones y en 1942 hizo el servicio militar en San Rafael, Mendoza, donde vivió hasta 1948. A fines de ese año se radicó en Rosario con su familia. En 1963 fundó en esa ciudad la imprenta La Familia, en Ocampo 1812, que aún funciona (la escritora Angélica Gorodischer imprime allí sus tarjetas personales). Entre 1968 y 1976, con su hijo Elvio, dirigió El Lagrimal Trifurca, una de las revistas de poesía más importantes que se publicaron en la Argentina, y que la Biblioteca Nacional reeditó en versión facsimilar en 2015. Entre 1971 y 1990 Gandolfo publicó, con el sello El Lagrimal Trifruca, una colección de plaquetas de poetas argentinos y latinoamericanos.
Me tocó el servicio militar, en San Rafael, y ahí empecé a leer mucho, hasta El Quijote, y también haciéndome mandar libros por mis hermanos
"A mí lo que más me atrajo, desde adolescente, fue la música –comentó en una entrevista con el diario La Capital–. Empecé a estudiar, hice lo que pude y me di cuenta de que no tenía pasta. Lo que más sentía era la música y quise estudiar, agarré un violín un par de veces y después lo tuve que largar porque había perdido el trabajo. Como también me gustaba la lectura, en general, antes de los 20 años el ansia por la música fue copado por el de la poesía. Después me tocó el servicio militar, en San Rafael, y ahí empecé a leer mucho, hasta El Quijote, y también haciéndome mandar libros por mis hermanos. Tuve la suerte de que me liberé de la fajina y los trabajos pesados; al ver que tenía cierta facilidad para escribir, me pusieron de furriel, que era el que redactaba los partes y las órdenes de los escuadrones, y eso me vino bárbaro. Como estaba el asunto de la Segunda Guerra Mundial, en los cuarteles retenían a los soldados, no los dejaban ir enseguida. Pero ese alargue me vino bien." El humor leve y en apariencia distraído de las palabras de Gandolfo también sobrevuela sus poemas. Él fue uno de los tantos poetas tardíos de la Argentina, escritores que publicaron sus primeros libros durante la madurez.
Coloquial, antipoética, narrativa, irónica, humorística: estas características definen por aproximación la poesía de Gandolfo
En 1968 publicó Mitos y El sicópata en 1974. Siguieron Poemas joviales (1977), El sueño de los pronombres (1980), Plenitud del mito (1982), Presencia del secreto (1987), Pesadillas (1990), Las cartas y el espía (1992), El búho encantado (2005) y El enigma (2007). Francisco Gandolfo murió el 15 de enero de 2008. La Editorial Municipal de Rosario había publicado en 2006 Versos para despejar la mente, la reedición de sus tres primeros títulos, con una introducción del poeta y crítico Daniel García Helder. En 2015, Gandolfo volvió a ser noticia cuando el sello rosarino Iván Rosado dio a conocer la correspondencia entre el poeta argentino y el escritor uruguayo Mario Levrero, una amistad que perduró por escrito durante varios años.
Coloquial, antipoética, narrativa, irónica, humorística: estas características definen por aproximación la poesía de Gandolfo. Autodidacta en la escritura poética (y muy atento a los comentarios hipercríticos de otros poetas más jóvenes que él, entre ellos su hijo Elvio , Hugo Diz y Sergio Kern), hizo una lectura irreverente de Pablo Neruda, César Vallejo y Nicanor Parra, de los clásicos españoles e hispanoamericanos. Su obra elude el lirismo convencional y aborda asuntos sociales, políticos, amorosos con una lengua popular, libre y desatada, ordenada casi siempre por "los ecos rectores del endecasílabo y del octosílabo", como apunta García Helder. Elegimos cuatro poemas de la amplia obra de Francisco Gandolfo, poeta nacido en Córdoba y "naturalizado" rosarino.
Nueva flor para la poesía
De Poemas joviales
Aconsejé a Rimbaud dejar la poesía
cuando noté que estaba por perder el juicio
decidió irse al África y al despedirnos
sus últimas palabras para mí fueron
"trata de ser absolutamente moderno"
tardé un siglo en seguir su consejo
atrasándome y como él
llegando al borde de la enajenación
pero me contuve de ir al África
o a la Patagonia
y opté por modernizarme adquiriendo
una calculadora electrónica de bolsillo
esta amorosa maquinita derivada de Einstein
ideada por los alemanes
explotada por los yanquis
promovida por los japoneses
fabricada en Brasil
y vendida en la Argentina
me ha permitido organizar racionalmente
la contabilidad de mis versos
como yo no tengo el genio
ni la magnitud trágica de mi amigo
cumplo con el fisco
calculando automáticamente
y cobrando a mis lectores
el Impuesto al Valor Agregado
el 16% al inscripto y al consumidor final
más el 6,4 a los responsables sin número
y nada (boleta negra) a los amigos
este racionalismo científico y estatal
ha hecho que la poesía disminuya
su producción de flores proféticas o abstractas
del mal y de papeles pintados
urgida por la gran demanda actual
de flores de carne y hueso.
Sin título
De El búho encantado
En el empuje de energías que necesitamos
para concretar acciones, siempre conseguiremos
quienes nos acompañen y quienes
nos rechacen a veces con ira.
La voluntad carece de ira: toda la energía
desperdiciada por la ira es absorbida
y asimilada por la voluntad para llevar
a cabo sus proyectos, de modo que la voluntad
que se impone supera las dificultades
al absorber el contorno positivo y negativo
que la rodea. Ahora bien, la ira absorbe
a su vez las energías del odio, el desprecio
y la envidia, constituyendo así
la voluntad negativa, que la voluntad
positiva necesita para cumplir su misión
de potencia que absorbe e irradia con plenitud,
porque los elementos negativos y positivos son
igualmente necesarios para el equilibrio
de las fuerzas en tensión.
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De Versos para despejar la mente
Yo padezco tensiones
semejantes a las que produce el desamor
cuando no las puedo descargar
se materializan en un aro incandescente
alrededor de mi cráneo
los amigos que llegan
prenden su cigarrillo en él
y esperan conversando que se enfríe
cuando se van
llevan el aro que servirá de llanta
a un triciclo infantil
el niño al que se lo regalan
viene a visitarme
y me mira con afecto
me muestra su habilidad para manejar
y al alejarse conduciendo con una mano
con la otra me saluda.
Mito futuro
De Versos para despejar la mente
De las ciudades quedará
sólo el viento que pasaba por ellas.
Bertolt Brecht
Después de la guerra nuclear
antes del viaje inevitable
dijo a su familia
recen para que los patoteros no me maten.
El redactor del ex-diario principal le previno
que viajaría con el último rey de los anteojos negros
quemado de angustia por el presentimiento
del fin de su reinado.
En mitad del camino
fueron retenidos por los inmorales
que habían desbaratado el poder
por desidia de los submorales.
Obligados a descender del coche
trizaron los anteojos del rey
le pusieron una corona de cigarros
y poseídos por las drogas
festejaron la muerte de toda autoridad.
Para observar bien este cambio
Dios hizo parar el sol
y a través de su disco usado de monóculo
se asombró viendo
tanta libertad en los humanos.
Entretanto el demonio que nunca duerme
no tardó en a?lar sus cuernos y su cola
logrando abolir los beneficios científicos
técnicos e higiénicos
y volvió la peste.
El ómnibus donde viajaron el rey y el poeta
quieto para siempre en el camino
se llenó de enfermos
y la podredumbre de los cuerpos eliminó el placer.
Por fin no hubo guerra
a falta de tensiones que la originasen
pero cierto ermitaño
armaba estar preparando una estirpe
superior a la de Rómulo y Remo
con leche de su vaca consagrada.
Estos muchachos a la edad de dieciocho años
consultaron al rey y al poeta ya tiñosos y decrépitos
para cerciorarse del pasado con miras al porvenir.
El poeta les aconsejó que fuesen
astronautas del espíritu
y ellos contestaron:
—El rey nos ilustró que en el sistema estamos solos
y no hay tiempo de llegar a las estrellas.
—Yo no predico lo concreto ni lo abstracto
sino la vida que no cesa
para que nuestra historia no sea un saco
de gusanos hecho polvo
perdido en la materia.
—Y nosotros declaramos
que hemos bebido la leche de la vaca consagrada
para vencer la muerte. Nuestra superhombría demanda
avanzar sobre cadáveres
de ministros y fieles falsos
hacia una necesaria religión vital.