Fragata: una oportunidad desperdiciada
La Presidenta desperdició una vez más la oportunidad de realizar un acto de conciliación
El oficialismo ha utilizado el retorno de la Fragata Libertad para retomar la iniciativa política tras varias semanas de hechos adversos en sus conflictos con la Justicia , el Grupo Clarín y el campo .
También ha tratado de aprovecharlo, para desplegar su mensaje político-ideológico, al plantear la recepción del buque-escuela de Argentina, como una victoria contra los llamados fondos buitres, y a partir de ello exaltar el nacionalismo tanto en su faz política como económica.
Pero lo ha hecho a costa de sectorizar los festejos, como lo evidenció la decisión de la oposición de no participar en ellos, dado el carácter partidario que habían adquirido.
Incluso dentro del propio oficialismo, fueron los sectores agrupados en Unidos y Organizados (UYO) los que reúnen al Cristinismo, los que tomaron a su cargo la organización y control del acto, dejando al margen al Partido Justicialista, que es el eje político de la coalición oficialista.
Esto ha hecho que para la población no politizada, que comparte la alegría por el regreso de la Fragata, el acto de recepción sea percibido más como una manifestación partidaria del oficialismo que como un acto patriótico.
Hasta ahora, el episodio de la Fragata no ha servido en el oficialismo para una reflexión sobre su política militar, en la cual las Fuerzas Armadas siguen siendo relegadas, política y presupuestariamente. El efecto que generó el embargo del buque-escuela en Ghana en la opinión pública, mostró que lo militar tiene un valor simbólico importante, dado que se trata de una de las instituciones estatales a través de las cuales el estado ejerce su soberanía.
Al menos, hasta ahora se evitaron excesos, como fue la iniciativa de militantes K, de cambiar el nombre de la Fragata, por el de alguna personalidad con signo partidario como la de Eva Perón.
Quizás la Presidenta desperdició una vez más la oportunidad de realizar un acto de conciliación, en momentos que se extienden los frentes de conflicto en lo político, social y económico.
En la coyuntura, seguramente el conflicto del Ejecutivo con el Poder Judicial, la confrontación con medios de privados por la ley de medios, con el campo por la estatización del predio de la rural al que seguirían otros casos provinciales, la puja con el sindicalismo opositor liderado por Moyano, el entredicho de la Presidenta con el actor Ricardo Darín y el cuestionamiento que ella y el vicegobernador Mariotto han hecho al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli , por sus ahorros en dólares, seguirán marcando el devenir de un proceso político intenso conflictivo.
Interrumpir, moderar o atenuar este proceso, es la oportunidad que se desperdició.