Festividades que llaman a valorar la vida
La Argentina es una tierra de con-vivencia (es decir de “vivir con”), donde desde hace ya un siglo y medio residen, en armonía, todas las creencias religiosas. Además, existen varias instituciones de confraternidad entre los diversos credos, que son ejemplos para el mundo. Para que esa armonía continúe es necesario el conocimiento de las costumbres de cada fe y sus puntos de coincidencia.
Posiblemente este fin de semana en algún edificio haya vecinos que en puertas contiguas se reúnan con sus familias. Algunos cenarán con pan ácimo (sin levadura), por ser judíos; los cristianos degustarán huevos y roscas de Pascua, y los musulmanes estarán esperando el anochecer para merendar. Las fases de la luna de este mes generan que las tres religiones monoteístas se encuentren en alguna de sus principales festividades o conmemoraciones.
En efecto, desde el 2 de abril, los musulmanes se hallan en el mes lunar de Ramadán, que recuerda la época en fue revelado el Corán al profeta Muhammad. Es un mes de ayuno (durante las horas del sol), oración, caridad y reflexión. El calendario del Islam es lunar, por lo que el Ramadán va rotando durante el año solar y coincide con las Pascuas cada tres décadas.
Por otra parte, los católicos y los evangélicos van a conmemorar uno de sus días más sagrados. Se trata de la crucifixión y luego la resurrección de Jesucristo, momento inaugural y central de la fe cristiana. Como es sabido, los días más trascendentes son el Viernes Santo, el Sábado Santo y el Domingo de Gloria. El domingo pascual de la Iglesia ortodoxa será el 24 de abril. Y en el anochecer del viernes se iniciará la semana de Pésaj o Pascua judía.
La misma luna llena del 16 de abril genera ambas festividades y posee un significado más que simbólico. Pésaj es la fiesta de la libertad. Se trata, quizá, de la celebración religiosa más antigua de la humanidad. Evoca el éxodo de Egipto del pueblo de Israel bajo el liderazgo de Moisés, acontecimiento fundacional en la historia de la humanidad. Es el nacimiento del pueblo hebreo, generador de las ideas del monoteísmo ético, base de las religiones reveladas y enraizadas hoy en media humanidad.
A lo largo de los siglos también se interrelaciona ron estas confesiones. Hay estudiosos que refieren las coincidencias entre la cuaresma de las iglesias orientales con el Ramadán. Señala la investigadora Cristina de la Puente: “Los propios musulmanes hacen remontar la costumbre del ayuno a la imitación de las costumbres judías” (en referencia a Iom Kipur).
La palabra “Pascua” proviene del latín y deriva del término hebreo “Pésaj”. Como es conocido, los últimos días de Jesucristo coincidieron con la celebración de Pésaj. Las tres religiones tienen costumbres comunes en estas festividades: algunas restricciones alimentarias y comidas típicas, oraciones intensivas, las reuniones familiares y el deber de caridad para con el pobre y el desvalido. Las tres conmemoraciones miden su origen en milenios. El hecho de que se hayan transmitido a través de las generaciones nos indica que apelan al sentimiento humano de todos los tiempos.
En esta época en que estamos presenciando una cruel guerra, las autoridades de las tres religiones monoteístas deberían hacer un rotundo llamado para la paz. Simbólicamente las fases de la luna de abril nos convocan a una profunda reflexión. Las tres festividades nos llaman a valorar la vida como el bien supremo, a volver a la ética de la solidaridad y a tener un fuerte compromiso con el prójimo. Lectores: en estos días pueden saludar a los cristianos con un “¡Felices Pascuas!”, a los judíos con un “¡Jag sameaj” y a los musulmanes con un “¡Ramadán mubarak!”.
Presidente del Centro de Investigación y Difusión de la Cultura Sefardí