Fernando Burlando, el letrado con más contactos en el poder
Mediático, desmesurado, comprador compulsivo, Burlando reapareció en escena como defensor de Carola Labrador, la madre de Candela, con el objetivo, según se afirma en medios políticos, de despegar a la policía bonaerense del caso más impactante de los últimos tiempos
Fernando Burlando heredó de su padre el apellido, una relación política clave, contactos invaluables con la policía y la llave mágica que abriría las puertas de todos los juzgados de La Plata. No necesitó mucho más para inventarse a sí mismo como el abogado penalista más influyente de la provincia de Buenos Aires y el más mediático del país.
De la mesura que caracterizaba al juez en lo criminal Julio Desiderio Burlando, su hijo no aprendió nada: Fernando Burlando es un desmesurado. Desmesura que se muestra, por ejemplo, en la compulsión de comprar desde autos de alta gama y trajes, suites en hoteles de lujo, palcos millonarios en estadios o caballos de polo. Y en la exageración tan característica a la hora de contarse a sí mismo. "Tengo todos los contactos políticos que te imagines. Todos. Vos nombrá funcionarios nacionales, provinciales, municipales. Los conozco a todos", se ufana. Entre esos muchos contactos hay uno especial que no pasa inadvertido en la agenda de su BlackBerry morada: Aníbal Fernández.
Un ex magistrado que empezó su carrera en La Plata y se jubiló en Quilmes recuerda que a mediados de los años ochenta el hoy jefe de Gabinete de la Presidenta se desempeñaba como secretario administrativo del bloque peronista en el Senado de la provincia de Buenos Aires. Y ante una denuncia en su contra corrió hasta las puertas del juzgado donde se tramitaba la causa sin siquiera conocer al juez. Desiderio Burlando se sorprendió por la audacia de Fernández y no sólo le abrió las puertas de su despacho sino que se cargó la causa al hombro y lo sobreseyó en tiempo récord. La gratitud no terminó con la prematura muerte del juez a los 54 años sino que pasó como una posta a su hijo menor, quien, como con tantas otras cosas, supo usufructuarlo.
Benditos contactos
Un poco más abajo en la agenda de la BlackBerry, está la P de Piotti ( el ex secretario de la gobernación de Duhalde y su hombre fuerte en la justicia)Burlando tiene asignada la tecla de marcado directo que lo comunica con el gobernador Daniel Scioli. Con él, pasan fines de semana en la quinta La Ñata del ex motonauta, donde tiene montado un estadio de fútbol con tribunas y un locutor que relata los partidos. Hasta allí llegó Burlando con Tevez para hacerle cinco goles al equipo de Scioli. Por esta estrecha relación se alimentaron las sospechas cuando Burlando apareció para hacerse cargo de la defensa de Carola Labrador, la mamá de Candela Rodríguez asesinada a fines de agosto y uno de los casos más impactantes de los últimos tiempos. Una de las hipótesis más fuertes que circulaban en la provincia vinculaba su desembarco en la causa con un pedido del gobernador para despegar a la policía bonaerense y comunicar a los medios que la investigación tan cuestionada estaba encaminada. Labrador no paga los honorarios con los que Burlando se confecciona vía Paris los trajes a medida de Hugo Boss o Ermenegildo Zegna a un valor promedio de siete mil dólares. "Fue Grassi", dispara Burlando compulsivo hasta para sorprender con su abanico de relaciones. "El padre Grassi es el apoyo espiritual de la madre de Candela de toda la vida. El me llamó para que fuera a verlo a la Fundación. Yo fui. Me pidió esto y lo hice. Pero comuniqué bien que el caso estaba encaminado, ¿o no?", guiña sin intenciones de despejar la duda y sabiendo que más allá de lo jurídico, su intervención logró descomprimir la presión que se cernía sobre uno de los hombres fuertes de Scioli, el ministro de Seguridad y Justicia Ricardo Casal.
Los enemigos de Burlando no quieren saber nada con que siquiera se los vincule a su nombre. Dos abogados con los que a lo largo de los años compartió casos en Capital pidieron reserva de la fuente. "Pasa, te toca, se salva y te arruina", dicen. O: "No puede salir nada bueno de que escriban tu nombre junto con el de Fernando". Fabián Améndola está en el bando de sus amigos y admiradores. Trabaja con él hace quince años. Es su mano derecha y paga el costo de serlo: cualquier cosa a cualquier hora: "Burlando es más que un abogado -define-. Tiene un plus que lo identifica. Intuición sumada a la perseverancia. Es generoso. Se brinda totalmente. Y siempre se adelanta a la jugada del contrincante. Se mete en la situación y conoce y estudia a fondo a todos los que tienen que resolver, a las partes, a los que van a declarar, a los miembros del tribunal. Y los estudia a tal punto que es capaz de colgarse tres rosarios si sabe que uno de los jueces es un fervoroso creyente."
Burlando es un outsider del sistema judicial. Y lo es por elección. Apenas llegó a oficial quinto en los tribunales platenses. Y se fue a ganar la calle desde la actividad privada. El ex juez penal de La Plata Pablo Peralta Calvo, amigo de su padre, fue uno de los pocos testigos que lo vieron desempeñarse en tribunales: "Apenas se recibió se fue. Era un gran empleado. Hubiese hecho una gran carrera, probablemente hubiese llegado a juez. Pero él tenía una decisión tomada". Todavía hoy, a los 46 años, Burlando mira con cierto resentimiento el mundo de los magistrados. "Yo vi en mi viejo, cuando se jubiló, mucho sufrimiento. A un tipo que había sido respetado cuando era juez, cuando volvió a casa no lo trataron de la misma manera. El Poder Judicial no tiene gratitud para gente que le dio toda una vida". Por eso tampoco esconde su enorme respeto hacia la policía: "Ellos saben y cuidan a los suyos de por vida".
Burlando se acercó a la policía cuando su padre Desiderio daba clases en la escuela Juan Vucetich. Y profundizó lazos con la institución a partir de su estrecha relación con Mario "el Chorizo" Rodríguez, al que llama "mi hermano". Otra relación heredada y a la que después se encargó de cultivar. "Marito" Rodríguez es uno de los exponentes de la maldita policía, sospechado de haber participado en la emboscada que terminó en la "masacre de Andreani" y por la que después fue absuelto. "Chorizo", ahora encargado de un negocio de pollos de granja, es la voz que más escucha Burlando. Su referente y hombre de consulta con quien, además, veranea todos los años en Punta del Este. Burlando y "Chorizo" tienen imponentes casas gemelas en la zona de Solanas. Un ex juez que los visitó el último enero asegura que se trata de una sola casa, en la que Burlando aloja al ex policía y en la que "Chorizo" se mueve como si fuese propia. Pero Burlando no es de esconder a los propios. El último verano Ricardo Fort le pidió a Burlando que le hiciera gestiones para conseguir una amarra en la Marina de Punta del Este. La misión parecía imposible pero el poderoso abogado logró satisfacer a su entonces cliente. Como gesto de agradecimiento, Fort lo invitó a navegar en su yate y el fue, acompañado de Chorizo Rodríguez. Juntos, y con Martha, la madre del chocolatero, presenciaron el atardecer mientras Fort entonaba "O sole mio".
La relación con Fort terminó mal, como con Giselle Rímolo, la ex mujer de Soldán a quien defendió cuando la juzgaron por ejercicio ilegal de la medicina. Tampoco terminó bien su relación con Horacio Conzi, el dueño del restaurante Dallas a quien defendió cuando lo detuvieron acusado de asesinar a Marcos Schenone. Conzi terminó denunciando a su ex abogado por maniobras de venta de una propiedad con la que debían pagarle los honorarios. "Tengo quince mil causas, éstas son algunas que terminaron mal, pero son excepciones menores. No me preocupan", dice. Como tampoco lo preocupó, asegura, haber estado alguna vez del otro lado del mostrador cuando el juez federal Claudio Bonadío lo procesó acusado de tentativa de extorsión. "Me defendí yo y me revocaron el procesamiento", celebra el hombre que no conoce la modestia. Ni la austeridad.
De la suite al spa
Separado y padre de dos hijas, Burlando reparte sus días entre una casa en la zona norte de La Plata y el Hotel Faena, su residencia capitalina. Las reuniones puertas adentro de su suite -laborales y de las otras- son memorables. Un ex funcionario que se lo cruza a menudo dice que pasa de la suite al gimnasio, de ahí al reservado del primer piso donde concentra las reuniones de trabajo: en los amplios sillones inmaculados sienta a los hombres y mujeres más importantes de la provincia de Buenos Aires. Un ex diputado y actual asesor del gobierno de Scioli asegura que los casos mediáticos de Burlando son sólo una pantalla distractiva con los que el abogado además se divierte. Pero que el grueso de los asuntos que maneja pasan por otro lado. ¿Cuál? "El ochenta por ciento de los casos de inseguridad de la provincia los tiene su estudio. No hay caso vinculado a temas de inseguridad en el que no se lo consulte. Desde el que fue su debut, como defensor de "la banda de los horneros" en el caso Cabezas, hasta los últimos: Piparo, Candela. Poniendo la cara o no, Burlando siempre está detrás".
La lógica se sustenta en una breve recorrida por su estudio de Puerto Madero. Mucha gente esperándolo, efectos del magnetismo televisivo. Tienen papelitos desgastados en la mano con algún dato que creen importante. Viejas carpetas. Esperan horas. Algunos llegaron del interior. Otra vez: no parecen ser estos clientes, aunque se trate de miles, los que puedan abonar los honorarios que Burlando cobra para sustentar un tren de vida del que se enorgullece. Entre otros lujos, los autos. Ferrari, Porshe, Audi X6,Cherooke, Mini Cooper, Mercedez Benz, Hammer. Y una Harley Davison que no podía faltar. La cuenta es fácil: ¿cuántos de los casos menores debería llevar al año para poder comprarse, por ejemplo, un palco en el Estadio Unico de La Plata y desembolsar casi un millón y medio de pesos? ¿ O sostener la adicción de los trajes a medida que en ocasiones lo hacen volar a San Pablo exclusivamente para encargarlos en Armani?
Un joven colega de la Plata que hasta se peina como Burlando y asegura que graba sus participaciones televisivas para emularlo, expresa su admiración sin vueltas: " Hace todas y todas le salen bien".
Y todas incluye la última provocación: una gigantografía de su cuerpo a la entrada de un spa de San Telmo donde el slip apenas esconde lo que hay que esconder. Una imagen que circuló esta semana en revistas de actualidad. " Me las hizo una amiga, me pidió "prestado" los abdominales y me dijo que no iba a salir la cara", explica el también modelo. Pero no es esta la primera publicidad que hace, orgulloso de un cuerpo en el que invierte muchas de sus madrugadas.
Con tímidas incursiones en política de la mano de Enrique Crotto, y el único sueño que lo desvela, el de convertirse en Presidente de Estudiantes de La Plata, Burlando se reconoce como un amante de las trapisondas. La primera la hizo antes de cumplir los 18 años, cuando le robaba a su hermano mayor, también abogado, el sello y la firma para poder trabajar. ¿La última? "Ayer", dice y se levanta sin intenciones de dar más detalles.
Quien es
Nombre y apellido:
Fernando Burlando
Edad: 46
Cuestión de vínculos:
Hijo del fallecido juez Desiderio Burlando, tiene oficinas en La Plata y Puerto Madero, y un vínculo fluido con el jefe de gabinete, Aníbal Fernández, el gobernador Daniel Scioli y altos mandos de la policía bonaerense.
Sus obsesiones:
Abogado mediático y amigo de personajes de la farándula local, cuida con esmero su imagen y su cuerpo. Es comprador compulsivo de automóviles caros, trajes y suites en hoteles de lujo, costosos palcos en estadios y caballos de polo. Es separado y padre de dos hijas.
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