Exportación de servicios en la Argentina: ¿quedarse o emigrar?
La exportación de servicios en la Argentina tiene grandes contradicciones. La regulación es compleja y restrictiva, pero nunca ha sido más fácil y a la vez más difícil hacerlo que ahora. Por un lado, quienes averiguan de antemano desisten para no enfrentarse con ella. Por otro, los que consiguen un cliente en el exterior y la desconocen descreen que pueda ser tan perjudicial para ellos. Si el emprendimiento es sostenido, hay alternativas para acomodarse dentro de la normativa actual.
Desde un monotributista hasta una gran empresa pueden vender servicios al exterior. Para estar en compliance se deben considerar el régimen tributario y el cambiario. El tributario se regirá de acuerdo a los montos que facturen y en qué modalidad estén inscriptos. De acuerdo a lo dispuesto por el Banco Central, se deberán liquidar las divisas al cambio oficial en bancos locales. Si fueran percibidas en el exterior, deberán ingresarse al país (para pesificarse a oficial) en un máximo de cinco días hábiles.
El exportador de servicios deberá cambiar los dólares ganados a pesos a un valor al menos cuestionable. Quien ingresara esas divisas vía CCL para obtener una cotización favorable, aun quedándose sin sus dólares, estaría en la mira del Banco Central y de la ley penal cambiaria.
Luego de haber conseguido el cliente en el exterior, primero se debe realizar la factura E correspondiente. La forma más simple de cobrar es mediante una transferencia internacional a un banco local. Puede que sea conveniente usar uno en el exterior, lo cual no exime del hecho de ingresar y pesificar las divisas. Si el cliente está dispuesto se puede explorar el pago en criptomonedas. Las llamadas "stablecoins" tienen una paridad establecida con el dólar y no experimentan volatilidad, siendo una forma excelente para realizar transacciones internacionales con bajas comisiones.
Una vez que el emprendedor tiene una empresa exportadora de servicios consagrada, con clientes fijos y una facturación en dólares interesante pero que se ve diezmada cuando la pesifican a oficial, buscan resolverlo con opciones que, no sólo no serían las recomendadas, sino que además podrían estar fuera de la ley: suelen barajarse desde el uso de cuevas, hasta incorporar empresas en el exterior sin asesoramiento, pedirles a familiares que viven afuera que "presten cuentas" o usar servicios de venta de saldo (cuevas 2.1). Pero existen las alternativas legales.
Estructurar una empresa de manera de mudar operaciones al exterior para exportar desde una jurisdicción más beneficiosa no es simple, pero es posible. Hay que evaluar cuántos son los socios y en qué proporciones, dónde viven, qué servicio brindan, si obtienen ingresos derivados de renta pasiva o que ya vienen "withholdeados", es decir con retenciones de la autoridad fiscal del país fuente del ingreso en cuestión, en otras cosas.
La regulación argentina es muy cambiante y la empresa que está en compliance hoy, tal vez no lo estará el próximo mes. En ese caso el emprendedor podrá necesitar volver a invertir para adaptarse a una nueva normativa, lo cual puede ser un problema para empresas más pequeñas y freelancers. La alternativa que les queda es emigrar.
En muchos países un freelancer, un trabajador remoto o un exportador de servicios es el residente ideal. No altera el mercado laboral local ni el suelo y no consume recursos de ningún tipo, sólo gasta dinero que gana en otra economía contribuyendo en la que vive.
El paso siguiente para quienes deciden explorar la ruta migratoria es evaluar si pueden cumplir con los requisitos para que se constituya la pérdida de residencia fiscal. De ser así se busca un destino estratégico en función de los objetivos de cada uno. Algunos dirán que es muy simple, se van a donde paguen menos, pero no necesariamente es así. Hay variables a considerar de tipo personal, profesional, predilecciones, de pareja, familia, hijos, metas por cumplir. Algunos quieren estar cerca de sus padres, otros irse lo más lejos posible, vivir cerca del mar, ir al pueblo de sus antepasados o aprender idiomas. Otros priorizan los servicios de salud o la calidad de la comida.
Es un proceso complejo en el que también hay que tener en cuenta los programas migratorios, visas disponibles, ciudadanías o residencias, el trato favorable desde el punto de vista fiscal y los beneficios concretos que cada jurisdicción ofrezca para atraer exportadores de servicios. Las oportunidades están para quienes quieran ir a buscarlas y cuanto más sólida es la base de clientes y el ingreso remoto, más puertas de todo tipo comenzarán a abrirse.
Abogado, especialista en derecho interjurisdiccional, mudanzas estratégicas y exportación de servicios