Evaluar la división de Buenos Aires para potenciar el federalismo
Hay que poner en marcha los mecanismos previstos por la Constitución provincial y convocar a una consulta popular para avalar la creación de nuevas provincias en el territorio provincial
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Cuando aún estaba latente la división de la provincia de Buenos Aires debido a la separación de la Ciudad de Buenos Aires, designada Capital Federal de la República, en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires comenzó a crecer la idea de una provincia nueva con capital en Bahía Blanca que incluía territorios de Buenos Aires, La Pampa y Rio Negro, idea fundamentada en la desconexión causada por las distancias e inspirada en la creación de estados para descentralizar y generar progreso en regiones remotas llevada a cabo en los Estados Unidos.
La creación de la Provincia del Sudoeste llegó al Congreso Nacional impulsada por el senador nacional y expresidente Carlos Pellegrini, logrando en el año 1900 media sanción en el Senado, pero no obtuvo el acompañamiento necesario en la Cámara de Diputados. La idea quedó perpetuada en el tiempo mediante el periódico “La Nueva Provincia” pero su concreción diluida en la historia. La historia pareciera haberle dado la razón a quienes buscaban evitar la centralización del poder, los habitantes y el desarrollo en un pequeño territorio de Buenos Aires en particular y de la Argentina en general.
Al respecto, el politólogo Andrés Malamud (Universidad de Lisboa) sostiene que la provincia de Buenos Aires afecta a los argentinos por tener un tamaño excesivo respecto al tamaño del país y a los bonaerenses por las desproporciones e incongruencias de su desarrollo demográfico y organización administrativa. En el mismo sentido se expresa el trabajo realizado por Esteban Bullrich desde la Fundación Nuevas Generaciones: Una Nueva Buenos Aires, para Renovar el Pacto de Unión Nacional reflejando desde el título como la Mega Provincia que hemos forjado ha dejado de ser un problema de los bonaerenses para ser un problema de todos los argentinos.
Existe un creciente consenso sobre cómo la mega provincia de Buenos Aires debilita la organización Federal impuesta en la Constitución Nacional, impide el desarrollo homogéneo de la Nación y centraliza el poder político. Incluso el ex Gobernador Daniel Scioli lo reconoció, al considerarla “inviable” cuando respaldó el proyecto de regionalización propuesto por Santiago Montoya, iniciativa que podría solucionar la cuestión interna pero no subsanaría la problemática en el contexto nacional. Con el objeto de subsanar ambas problemáticas el politólogo Andrés Malamud propuso dividirla en 2 o 3, el economista Lucas Llach y el dirigente justicialista José Ottavis en 3 y Esteban Bullrich propone crear 5 provincias.
Cada uno de los proyectos de división mencionados tiene sus cuestiones positivas y negativas, como así también emocionales de acuerdo a nuestra ciudad de origen o residencia. Ante esta situación, con el objeto de ordenar y estudiar sobre datos certeros y opiniones calificadas creo conveniente institucionalizar el debate mediante los órganos y procedimientos establecidos en la Constitución provincial, implementando por Ley un “Protocolo de Evaluación para la Creación de nuevas Provincias en Territorio Bonaerense” que tiene básicamente tres ejes que se irían condicionado en base al resultado de la etapa previa: Comisión Bicameral, Consulta Popular y Legislar para crear nuevas provincias.
La actual mega Buenos Aires constituye una organización estatal centralizada, burocratizada, incongruentemente organizada, sobredimensionada, con falencias estructurales, sin identidad propia y un altísimo costo de mantenimiento
Hablar de crear nuevas provincias genera lógicamente preocupación por el gasto público que podría acarrearle a los contribuyentes, ante esta preocupación lo primero que debemos hacer es reconocer que la actual mega Buenos Aires constituye una organización estatal centralizada, burocratizada, incongruentemente organizada, sobredimensionada, con falencias estructurales, sin identidad propia y un altísimo costo de mantenimiento.
La solución no puede caer en el error de remplazar una mega provincia por varias con los mismos defectos, por eso proponemos que la Comisión Bicameral tenga los siguientes parámetros para evaluar potenciales nuevas provincias: Integración geográfica, Homogeneidad demográfica, Identidad histórica, Sustento económico y menor carga tributaria posible para la subsistencia y absorción y utilización tanto de infraestructura estatal como de recursos humanos preexistentes.
Una decisión histórica y trascendental como sería la formación de nuevas provincias, además del trabajo conjunto de diputados y senadores con el respaldo técnico y académico, debe contar con el apoyo de la ciudadanía mediante la realización de una Consulta Popular, que proponemos se realice mediante Boleta Única y conjuntamente con las elecciones generales para no generar gastos extras.
El objetivo de contar con provincias razonables que equilibren el federalismo, descentralicen el poder político, achiquen el gasto público y acerquen a los gobernantes amerita que comencemos a debatir seriamente en ámbitos constitucionales de forma abierta y democrática.
Diputado de la provincia de Buenos Aires (Juntos-UCR)