Estatista útil
“No es ético percibir una remuneración sin ser útil al Estado”. (De Federico Polak, exfuncionario de la embajada argentina en España)
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En 1983, Raúl Alfonsín prometía que con la democracia se iba a comer, educar y curar, mientras que, desde la otra vereda, porque no se había puesto de moda “la grieta”, se le prendía fuego al cajón opositor para dejar en claro que en el peronismo se iba a “bancar lo que había que bancar”, como amenazaría años después Guillermo Moreno para que lo obedecieran a ciegas, aun sin razón.
Desde aquellos días de ilusión a esta realidad, que usted, querido lector, calificará como mejor le parezca o la haya vivido, los argentinos hemos evaporado apenas 38 años. Y, si miramos los indicadores de inflación cósmica, educación bochada en evaluaciones nacionales e internacionales y pandemia con más de 120.000 muertos, concluiríamos que aquellas promesas no fueron más que quimeras.
Sin embargo, en medio del tsunami de gestión contrapuesta entre que estamos al borde de acordar con el FMI, mandamos al canciller a Washington para suplicarles apoyo y nos vamos a Rusia y a China para demostrar que integramos el colectivo revolucionario de Occidente, hay bocanadas de aire fresco que dan miedo por la sensatez.
Cómo no quedar petrificado ante un político que lanza al aire un “no es ético percibir una remuneración sin ser útil al Estado”, como Federico Polak (no, no es pariente de esta cronista y hasta se escribe distinto el apellido), al explicar su renuncia a ser el representante especial para la Promoción de la Actividad Empresarial, o dicho más corto, era el segundo de la embajada argentina en España, pero parece que se hastió de que Ricardo Alfonsín, “el uno”, no le diera espacio para trabajar. O, en palabras más diplomáticas –”es un fiasco cuando se va a gestionar y se lo impiden”–, parece que el hijo del padre de la democracia actual es muy discreto en el esfuerzo laboral.
No deja de ser emocionante que el también abuelo argentino de Leonardo DiCaprio (está en pareja con su nieta, Camila Morrone Polak), con corazón de Racing y que hasta salvó del remate a la Bombonera cuando fue presidente de Boca, proponga tan insólita manera de resolver el gigantesco déficit fiscal: si no se trabaja, no se cobra. Qué vértigo da pensar que, con un poco de autocrítica laboral y buena voluntad, el gasto público se puede achicar fácilmente. ¿En cuántos políticos estará usted pensando, picarón? En verdad son tantos los que no aportan utilidad al Estado que si los ponemos en fila vamos a creer que hay otra ola interminable de necesitados de testearse gratis por sospechas de Covid.