Estados Unidos se acerca pragmáticamente a Vietnam
En contados casos en política internacional se han visto cambios tan dramáticos como los observados en la relación entre EE.UU. y Vietnam, dos naciones que pelearon ferozmente entre sí (1964-1973) y ahora van en camino a convertirse en socios en varios niveles. Un símbolo es el acuerdo entre Joe Biden y el secretario general Nguyen Phu Trong en septiembre de 2023 para elevar la relación mutua de “comprensiva” a “comprensiva y estratégica”, el nivel más importante reconocido por Hanoi. Es importante comprender esto para la Argentina, ya que Vietnam es hoy su sexto mercado exportador.
El vínculo entre Hanoi y Washington mejoró tras la normalización de las relaciones, en 1995, con el presidente Bill Clinton. Luego se implementaron en Hanoi oficinas para identificar a prisioneros de guerra y soldados perdidos en acción norteamericanos, y se intensificó la ayuda humanitaria de EE.UU. Buscando construir confianza, EE.UU. procuró reducir los efectos ambientales y humanitarios del “agente naranja” (mezcla de herbicidas y químicos tóxicos), y desactivar minas usadas durante la guerra. En lo cultural, se inauguró la New Fulbright University en 2016 en la ciudad de Ho Chi Minh. En lo económico, Washington es el principal destino exportador de Vietnam, y busca fortalecer sus inversiones en sectores estratégicos en esta potencia regional de 97 millones de habitantes, que puede servir como alternativa a China. Esta inversión directa crecerá en las áreas de semiconductores, inteligencia artificial y 5G. Por su lado, la empresa Boeing vendió, durante la visita de Biden, 50 aviones 737 a Vietnam Airlines. Adicionalmente, Washington busca promocionar su turismo a Vietnam. En lo militar, Hanoi ha adquirido drones, varios guardacostas y 24 buques patrulleros norteamericanos, cuando históricamente ha comprado armamento ruso. Un pilar fundamental para fomentar esta confianza mutua ha sido el respeto por el sistema político de Vietnam.
Un factor que fomenta el acercamiento de Hanoi a Washington es la creciente presencia y agresividad de parte de China en el Mar del Sur de China y su construcción de represas aguas arriba del río Mekong, que afecta el cultivo de alimentos aguas abajo. La relación con China es milenaria y compleja, y ha sufrido varias invasiones de su vecino del norte. Por otro lado, China apoyó a Vietnam en su guerra de independencia de Francia (1946-1954), y luego contra EE.UU. Sin embargo, China invadió Vietnam en 1979, pero fue enfrentada tenazmente por Hanoi y retrocedió sin lograr sus objetivos políticos. Hoy existen serias disputas de soberanía sobre las islas Spratly y Paracel, en el Mar del Sur de China, y Hanoi teme la construcción de bases navales chinas allí con la intención de minar su determinación en sus reclamos.
A pesar de este acercamiento y una creciente apreciación de Hanoi de los intereses de Washington en la región, EE.UU. no debe contar con el apoyo automático de Vietnam para enfrentar a China. Hanoi tiene un enfoque cauto y no alineado en su política exterior –la llamada “diplomacia del bambú”–, un enfoque flexible pero firmemente arraigado en su historia y las resultantes interacciones con China, Rusia y EE.UU. Uno de sus principios es el de los “3 noes”: no a alianzas militares, no alinearse con un país contra otro y no tener base militares extranjeras. Además, Hanoi tiene bien claro el antiguo dictado vietnamita: “El agua de un vecino lejano no será útil para apagar el fuego en nuestra casa”.