¿Estábamos mejor con el kirchnerismo?
Pasado casi un año desde que Cambiemos llegó al poder crece la preocupación por una economía que no termina de arrancar y todavía no se visualiza una senda de crecimiento de largo plazo. En todo caso puede ocurrir algún rebote estadístico para 2017 al comparar los niveles de producción que estuvieron en el subsuelo en 2016. Incluso desde el kirchnersimo insisten con sus relatos de ficción y pretenden instalar que con ellos la gente estaba mejor.
Desde el punto de vista de la política económica, cualquiera que tenga que remontar una terrible herencia como la recibida, lo primero que tiene que hacer es comunicarle a la gente el estado calamitoso en que el kirchnerismo dejó la economía.
¿Por qué hay que comunicar con detalle la herencia recibida? Porque durante un tiempo habrá que reconstruir el país, eso llevará tiempo y habrá que tomar medidas que la gente no comprenderá si no conoce las causas que llevan a tomar esas medidas.
¿Es cierto que con el kirchnerismo la gente estaba mejor? Formular esta pregunta es como si yo vendiera mi casa, mi auto y me llevara todos mis ahorros y me fuera a pasear por Europa hospedándome en los mejores hoteles, comiendo en los mejores restaurantes y alquilando los automóviles más caros. Cuando se me acabe el dinero vuelvo a la Argentina y no voy a tener trabajo, ni casa, ni auto, ni ahorros. Es más, me voy a tener que poner a trabajar.
¿Por qué hay que comunicar con detalle la herencia recibida? Porque durante un tiempo habrá que reconstruir el país
Si alguien me preguntara cuándo estaba mejor. Si cuando paseaba por Europa o ahora, es obvio que la respuesta sería: cuando paseaba por Europa. El punto es que esa no es toda la verdad porque mi gran vida en Europa no era sustentable. Solo podía durar mientras tuviera plata para dilapidar. Y eso es lo que no explicó el macrismo. Lo hizo en unas 200 páginas de El Estado del Estado que nadie lee, salvo los economistas que somos aburridos, y por cierto ese documento no dice gran cosa. Acá hay que explicarle a la gente común, no versada en economía, la herencia recibida y cómo financió esa fiesta de consumo artificial el kirchnerismo fiesta que, por cierto, le sirvió para entretener a la gente mientras se instalaba el régimen autocrático y más corrupto del que tengamos memoria en la Argentina.
¿Cómo financió esa fiesta artificial de consumo el kirchnerismo? Además de tener la suerte del viento de cola con precios de la soja que llegaron hasta los U$S 600 la tonelada, recurrió a vender la casa, el auto y los ahorros.
El kirchnerismo prohibió las exportaciones de carne e hizo que durante un tiempo pudiésemos comer el asado barato gracias a que nos consumimos 12 millones de cabezas de ganado. El kirchnerismo desalentó la actividad ganadera y forzó a que la gente consuma el stock ganadero y por eso hoy un kilo de asado sale una fortuna. Hay que reponer los rodeos y eso llevará tiempo.
Durante 12 años nos dieron tarifas de luz “baratas” y no dejaron margen para que las empresas mantuvieran el stock de capital. El resultado es que volvieron los cortes de luz como en la época de Alfonsín, el sistema energético está colapsado y se necesitan miles de millones de dólares para reconstruirlo. Claro, mientras se pagaban tarifas “baratas” la gente podía usar ese dinero para pagar la cuota del celular o del televisor plasma. Todos contentos consumiendo mientras se derrumbaba el sistema energético. Lo mismo pasaba con el transporte público con resultados terribles como la tragedia de Once, las rutas que las dejaron en estado deplorable, falta de gas y el listado podría seguir. Incluso se consumieron nuestros ahorros que teníamos para jubilarnos en las AFJP. Podrá gustar o no el sistema, pero si no gustaba no era para que el estado se quedara con nuestra plata para financiar la fiesta de consumo artificial y condenar a los que hoy estamos trabajando a una mísera jubilación futura.
Podríamos seguir con la destrucción patrimonial del BCRA, de las economías regionales o del desestímulo para producir trigo y maíz, pero lo cierto es que el kirchernismo literalmente destruyó la economía. La destrozó sin piedad para retener el poder político y ocultar la escandalosa corrupción de sus funcionarios. Si el kirchnerismo hubiese ganado las elecciones, íbamos de cabeza a un sistema totalitario al estilo venezolano porque no había más margen para entretener a la gente con la fiesta de consumo. La represión y la persecución a quienes pensaran diferente hubiese sido mucho más feroz para frenar el descontento por la crítica situación económica que hubiese manejado el kirchnerismo.
La torpeza del gobierno de Cambiemos no está solo en encarar la herencia recibida con medidas económica que no comparto. La mayor torpeza está en no haberle dicho con claridad a la gente porque creen que estaban mejor cuando estaban en Europa que ahora, es decir con el kirchnerismo que ahora.
La función de un buen ministro de Economía no es solo adoptar las medidas correctas, sino en saber comunicar con claridad al conjunto de la población la situación económica. Hacer docencia.
Es curioso, pero los economistas que no compartimos la forma de encarar la herencia recibida, hacemos más por ayudar al gobierno explicándole a la población la destrucción recibida que los mismos funcionarios del gobierno. Ayudar a la gobernabilidad no consiste en aplaudir al estilo k e incondicionalmente todo lo que hace el gobierno. Ayudar al gobierno consiste en que los economistas que no compartimos lo que se hace, le expliquemos a la gente la cuadrilla de demolición que fue el kirchnerismo. Hacemos el trabajo que el gobierno se niega a hacer.
¿No será hora que los funcionarios del gobierno empiecen a hacer el trabajo que hacemos los economistas que no estamos en la función pública?