¿Está loco?
Cuando lo entrevistan, el presidente Javier Milei suele plantear cuál es la diferencia entre un genio y un loco, que para él es “el éxito”; en su último encuentro en la televisión, Mirtha Legrand le respondió: “La cordura”; ¿quién determina el límite?
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Entre otras megalomanías, Javier Milei se ha atribuido la potestad de definir la diferencia entre la locura y la cordura. Tal vez una de las aristas más complicadas de resolver incluso para los especialistas en tan delicada área de la salud. Sin embargo, una de sus muletillas de campaña, que sigue repitiendo, consiste en interrogar a quien lo entrevista sobre qué distingue a un genio de un loco. Reiteró ese juego en la mesa de Mirtha Legrand, la noche del sábado pasado, cuando explicó por qué había elegido el clásico “Balada para un loco” para la velada de asunción en el Teatro Colón.
“¿A usted le molesta que le digan que es loco?”, le preguntó la diva. “No –dijo el Presidente–, porque ¿cuál es la diferencia entre un genio y un loco? El éxito”, se autocontestó, sin esperar la respuesta de Mirtha, que con máximo sentido común le sugería: “La cordura”. “Por ahora, a mis detractores no les está yendo bien”, siguió Milei, con una sonrisa entre irónica y cómplice, atribuyéndose la condición de genio, si es que le va bien.
Se podrá decir, con cierta lógica, que encarar semejante tarea (o misión, según cree él mismo) necesita de algunas actitudes arriesgadas o “locura”. El punto tal vez sea quién determinará los límites. Por ahora Milei tiene el crédito de los debutantes.