Esclavitud y autoritarismo
Los tiempos modernos no están exentos de graves situaciones de esclavitud que asumen la forma de explotación o trabajo forzado que una persona no puede abandonar a causa de amenazas, violencia, coerción, abuso de poder o engaños. Presente en los más diversos rincones del mundo, este lamentable fenómeno también existe en América Latina, como lo prueba el informe de medición que la fundación Walk Free presenta anualmente a las Naciones Unidas. Como es lógico suponer, la presencia de este tipo de esclavitud es alta en los regímenes autoritarios de nuestra región. En Venezuela la sufren 5,6 de cada mil habitantes y su situación es similar a la de Haití.
Los otros tres países con mayor esclavitud de nuestra región son Cuba, Honduras y la República Dominicana. México es también un problema, pues 341.000 habitantes pueden considerarse esclavos modernos. El número de personas en riesgo está por lo general ligado a la pobreza, la inseguridad alimentaria y el flujo de refugiados. El sistema económico socialista es claramente el que más contribuye al dramático fenómeno. Los países con menores índices de esclavitud son los Estados Unidos, Canadá, la Argentina y Chile.
Este flagelo debe ser denunciado, y no debe perderse de vista la íntima relación que tiene con los regímenes autoritarios.