Es tiempo de revisar ciertos aspectos de la ONU
Dados los acontecimientos sobresalientes en los que participan las Naciones Unidas, es oportuno volver sobre lo que ya he escrito antes: su origen y algunas de sus políticas contraproducentes. Esto no significa que no hayan colaborado, en distintas posiciones, personas de bien, que han intentado trasmitir cordura a esa organización y que han propuesto acciones constructivas, pero hay acontecimientos de relevancia en los que esa entidad tuvo un rol activo y con resultados deplorables.
Cabe recordar las declaraciones de encumbrados funcionarios sobre la conveniencia de contar con un gobierno universal, apoyados entre otros por el actual papa. Sin embargo, es necesario precisar que desde la perspectiva de la sociedad libre el fraccionamiento del planeta en naciones evita los inmensos peligros de la concentración de poder.
Son signos preocupantes en la historia de la ONU la bochornosa expulsión de Taiwán para dar cabida a China comunista; los designios inconfesables respecto del ex Congo Belga en defensa del criminal convicto Patrice Lumumba; la complicidad en la masacre de Hungría; la inoperancia culposa en el ataque soviético a Checoslovaquia; la invitación a Yasser Arafat para incorporarse (quien sostuvo la necesidad de liquidar el Estado de Israel); el rol cómplice en la denominada Crisis del Caribe; la inclinación totalitaria en la revuelta en Laos; las gestiones guiadas por el espíritu totalitario en Irán, en Afganistán, en Siria y antes el decidido apoyo al dictador de Uganda Idi Amin Dada, “el caníbal con refrigerador”, como lo denomina Paul Johnson en su A History of the Modern World, debido a la forma en que engullía a sus prisioneros y a su corrupta y colosal fortuna en ese momento de ocho mil millones de dólares, a quien –sigue escribiendo Johnson– el 1º de octubre de 1975 la Asamblea General le brindó una ovación de pie por parte de todos los multitudinarios delegados presentes cuando llegó y otra después de su incendiario discurso lleno de amenazas al mundo libre. También las sumamente pastosas actitudes de la Comisión de Derechos Humanos, donde el régimen de la tiranía cubana ocupa un sitial. Ahora la organización insiste en liberar a Cuba de embargos “para que pueda prosperar en mayor grado”.
Las Naciones Unidas apuntan a lograr conductas universales en el contexto de los acontecimientos políticos, tal como han señalado sus fundadores. Se estableció en San Francisco, California, en junio de 1945 por Alger Hiss, Harry Dexter White, Virginius Frank Coe, Dean Acheson, Noel Field, Lawrence Duggan, Henry Julian Wadleigh, John Carter Vincent, David Weintramb, Nathan Gregory Silvermaster, Harold Glasser, Victor Perlo, Irving Kaplan, Solomon Adler, Abraham George Silverman, William Ullaman y William H. Taylor. En la publicación del Departamento de Estado de los EE.UU. titulada “Post-War Foreign Policy Preparation, 1939-1945″ (publicada en 1950) se consigna que todos los mencionados, excepto Dean Acheson, fueron agentes secretos de los soviéticos, lo cual fue probado en la Justicia Federal.
Alger Hiss –quien fuera secretario general en la antedicha conferencia– estuvo preso por esas actividades de espionaje inculpado por todas las instancias judiciales, tal como se consigna en el extenso informe del FBI de 1953, también corroborado en detalle en el libro del historiador John T. Flynn titulado El mito de Roosevelt.
Dado el papel preponderante que desempeñó en la referida conferencia, aludimos a Harry Dexter White, a quien Edgar Hoover denunció en repetidas ocasiones por lo dicho y, más aun, se lo designó junto a John Maynard Keynes (el mayor apóstol de la inflación de todos los tiempos) como fundador del Fondo Monetario Internacional, una institución nefasta que financia gobiernos fallidos con dólares coactivamente extraídos de contribuyentes.
El cargo más relevante en las Naciones Unidas por el que pasan todos los asuntos políticos y militares importantes es el de asistente al secretario general y del Consejo de Seguridad. Por esta razón es de interés pasar revista a quienes ocuparon primeramente los referidos cargos, todos soviéticos menos el mencionado en cuarto lugar, de nacionalidad yugoeslava: Arkaby Sobelev (1945-1949), Konsantin Zinchener (1949-1953), Ilga Tchernychev (1953-1954), Draysolav Protich (1954-1958), Anatoly F. Dobrynin (1958-1960), Georgi Perovich Aberdev (1960-1963), Eugeny D. Donitrievich Kiselev y Venidir Parloviechuslov (1963-1966). También resultan muy intranquilizadores los datos de algunos de los propios secretarios generales, comenzando con el comunista noruego Trygvie Lie.
Son también muy preocupantes las características extremadamente autoritarias de muchos de los organismos satélites de la ONU como Cepal, FAO, Unesco y la Organización Mundial de la Salud (OMS), que comanda desde 2017 Tedros Adhonom Ghebreyesus, líder del marxista Frente Democrático Revolucionario de Etiopía y colocado en ese cargo por el gobierno de China.
En 2015, en las Naciones Unidas se aprobaron 17 puntos a alcanzar en quince años, de allí la Agenda 2030. Por razones de espacio solo mencionaremos unos pocos puntos al efecto de ilustrar el tema en el contexto de una organización internacional cuestionada por algunas personalidades, como el tres veces candidato presidencial y excongresista estadounidense Ron Paul, que insiste en que es necesario que su país deje de financiarla, con la idea de clausurarla lo antes posible o de que se retire de territorio norteamericano.
Uno de esos 17 puntos critica las desigualdades que precisamente permiten la cooperación social y la división del trabajo, lo contrario bloquea la posibilidad de que cada uno desarrolle sus muy diferentes vocaciones, talentos, preferencias y fuerzas físicas en pos de la mayor productividad.
Otro consejo se refiere a la “igualdad de género”, que se opone a la diferencia biológica de la sexualidad entre hombre y mujer para en cambio transformarlo en un tema de autopercepción. Debemos subrayar que esta sandez nada tiene que ver con las inclinaciones sexuales de cada uno, como es sabido; desde la perspectiva liberal no puede recurrirse a la fuerza a menos que existan lesiones al derecho, el resto es asunto de cada cual. En esta línea argumental, es importante mostrar la incoherencia del feminismo moderno, que atenta contra la mujer al imponer, por ejemplo, cuotas para destinos laborales, académicos y políticos que ofenden sus capacidades a contramano de lo que fue el feminismo original a través de la igualdad ante la ley de ambos sexos.
Por último en este resumen muy telegráfico de la Agenda 2030, otra recomendación se refiere al denominado “ambientalismo” que está basado en las figuras de la “subjetividad plural” y los “derechos difusos” que al atacar la propiedad perjudican grandemente el medio ambiente y promueven el empobrecimiento, al tiempo que se basan en datos incorrectos tal como señalan, entre otros, el premio Nobel en Física Ivar Giaver; el expresidente de Greenpeace de Canadá Patrick Moore; el fundador y primer CEO de Weather Channel, John Coleman. Desplazamientos de órbitas, ubicaciones del planeta y velocidades cambiantes desde siempre exceden con creces lo que pueda hacer el humano, lo cual no impide que se penalice a quienes pretendan endosar costos a terceros lesionando sus derechos vía polución y equivalentes.ß