Es hora de pensar en los impactos ambientales del desarrollo
Este Día Mundial del Medio Ambiente nos encuentra ante una emergencia global y sanitaria que nos obliga a replantear la forma en que nos relacionamos con la naturaleza. La temática elegida para conmemorar esta fecha es la biodiversidad, y no quedan dudas que necesitamos darle prioridad. Los alimentos que ingerimos, el aire que respiramos, el agua que bebemos y el clima son los que posibilitan nuestra existencia. Sin embargo, estos servicios obtenidos de la naturaleza han sido generados por un modelo de crecimiento que considera los recursos naturales como infinitos. Las actividades humanas y la sobreexplotación de los recursos afectan a los ecosistemas, su funcionamiento y a todas las especies asociadas, lo cual nos lleva a una reflexión urgente: la variable ambiental debe ser incluida en el desarrollo de un modelo económico y productivo, que tenga en cuenta a la naturaleza y a las personas, para que sea justo y sostenible en el tiempo.
A poco de iniciar su gestión, el Presidente Alberto Fernández firmaba con representantes gremiales, empresarios y movimientos sociales el Compromiso Argentino por el Desarrollo y la Solidaridad, que incorporaba la necesidad de abordar la resolución de la deuda externa del país a través de una alternativa "sustentable". Simultáneamente, se anunciaba la creación de un Consejo Económico y Social, a crearse por ley, para tratar las problemáticas identificadas en este compromiso.
Si bien el aislamiento social preventivo y obligatorio ralentizó la actividad del Congreso y los avances para la creación del Consejo, se firmó una solicitada respaldando la negociación de la deuda pública que propuso el Estado Argentino, que remarca la necesidad de "redefinir compromisos de forma sostenible". Y aquí queremos detenernos. El informe Brundtland define el Desarrollo Sostenible como la posibilidad de "satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones del futuro para atender sus propias necesidades", y plantea tres dimensiones: social, económica y ambiental. Es por eso que apoyamos la propuesta de sostenibilidad ya que, si el desarrollo no es sostenible, entonces no es desarrollo, es una trasferencia de recursos económicos que no considera los impactos ambientales y sociales negativos.
Un ejemplo sería el aumento de la demanda de productos básicos para la industria alimenticia. El Estado podría brindar incentivos financieros, fiscales y económicos para una intensificación de la actividad agrícola y ganadera, incrementando la oferta de puestos de trabajo y la recaudación fiscal. De esta manera, el aspecto social y económico podrían cubrirse. Pero sin un adecuado proceso de ordenamiento territorial, sin políticas de no conversión de ambientes naturales y sin estándares para la aplicación de productos agroquímicos, se incrementaría la amenaza de la pérdida de dichos ambientes. Y no es una cuestión meramente conservacionista: muchos de estos ambientes son de alta importancia para la provisión de servicios ambientales que permiten el mantenimiento de procesos productivos. Por lo tanto, la falta de buenas prácticas agrícolas puede afectar seriamente estos procesos y comprometer la productividad en el futuro cercano.
El Día Mundial del Medio Ambiente es una de las fechas más relevantes en el calendario ambiental. Establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972, con el fin de fomentar la acción ambiental, se ha convertido en una oportunidad global para que la política internacional se involucre con las problemáticas ambientales.
Es sumamente importante que se promueva la creación de un Consejo que además de Económico y Social, sea Ambiental. Caso contrario estaríamos ante lo que expresa el refrán popular: "pan para hoy, hambre para mañana". Argentina cuenta con excelentes instituciones públicas, nacionales y provinciales, orientadas a la investigación y promoción de la sostenibilidad en la actividad productiva, así como organizaciones privadas de orden académico y de la sociedad civil con capacidad y experiencia en esta temática.
Confiados que el desarrollo de nuestro país será sostenible, o no será desarrollo. La reactivación económica del país no puede ser a cualquier costo, existen otras formas de producir y es momento de redefinirlas.
* Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina