¡Es hora de detener a Rusia!
Después de sufrir durante cinco meses la peor devastación en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, y defender su patria con una determinación que ha ganado la admiración de todo el mundo, muchos ucranianos se plantean, sin dudarlo, numerosos inquietantes interrogantes. Se preguntan cuándo los líderes occidentales decidirán finalmente que ya es suficiente y darán, sin demora, los pasos necesarios para ayudar a Ucrania a ganar la guerra total no provocada, que ha iniciado Rusia contra ella el 24 de febrero de 2022:
¿Cuántos más atroces actos de genocidio (reconocidos por los Parlamentos de Canadá, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, República Checa, República de Irlanda y Ucrania) debe cometer Rusia contra el pueblo ucraniano?
¿Cuántas lágrimas más deben derramar los padres ucranianos al enterrar a sus hijos, como Liza Dmytriyeva, de 4 años, muerta en un ataque aéreo ruso mientras empujaba su cochecito de muñecas durante un paseo por el parque con su madre en Vinnytsia?
¿Cuántos ucranianos más deben morir y cuántos resultar heridos en esta guerra rusa total no provocada, suponiendo que las vidas de los ucranianos realmente importan?
¿Cuántas adolescentes ucranianas más deben ser violadas por soldados rusos y que estos manifiesten que seguirán haciéndolo para que teman cualquier futura relación íntima y no den a luz a bebés ucranianos?
¿Cuántos prisioneros de guerra ucranianos más deben ser torturados y luego asesinados por el ejército ruso, como los de la prisión de Olenivka en el territorio ocupado por Rusia en la región de Donetsk?
¿Cuántos ucranianos más, entre ellos los niños, deberán ser obligados a desplazarse de sus hogares a Rusia?
¿Cuántos millones más de desplazados internos y refugiados de Ucrania se necesitarán?
¿Cuántas ciudades y pueblos ucranianos más deben ser destruidos por los bombardeos de Rusia, como en los casos de Borodyanka, Bucha, Irpin, Kharkiv, Kramatorsk y Mariupol?
¿Cuántas iglesias, hospitales, escuelas, sitios culturales y casas residenciales más deben ser demolidas en Ucrania por ataques dirigidos con misiles rusos?
¿Cuántas personas más deben pasar hambre en los países necesitados, mientras Rusia destruye descaradamente el sector agrícola de Ucrania y causa estragos en el granero de Europa?
¿Cuántas crisis de gas más debe crear artificialmente el Kremlin para llevar los precios del gas a niveles récord y desestabilizar la economía global?
¿Cuántos acuerdos internacionales más debe violar el Kremlin, mucho antes de que la tinta se seque, como en el caso del acuerdo de granos del Mar Negro?
¿Cuántos esfuerzos más de pacificación de Occidente deben ser aplastados por el Kremlin y utilizados como refuerzo para una mayor agresión rusa, como el levantamiento de las sanciones a las turbinas de gas por parte de las autoridades canadienses a instancias de los alemanes y alentados por los estadounidenses?
¿Cuántos actos terroristas más, ataques cibernéticos y campañas de desinformación deben tener lugar, tanto dentro como fuera de Ucrania, como por ejemplo el derribo por parte de soldados rusos del vuelo MH17 de Malaysia Airlines?
Rusia está cometiendo un genocidio en Ucrania y ha aumentado su agresión híbrida contra Occidente ante los ojos de todos, es decir, utilizando como armas a los refugiados, a los alimentos, el gas y la información.
Los países miembros de la OTAN han tomado conciencia de esta situación, al declarar durante su Cumbre de Madrid, el 29 de junio pasado, que “Rusia es la amenaza más significativa y directa a su seguridad y a la paz y estabilidad en el área euroatlántica. La brutal guerra de Rusia en Ucrania ha hecho añicos la paz en Europa”.
Sin embargo, los países miembros de la OTAN todavía no comprenden completamente que el tiempo es decisivo.
De hecho, si en enero de 2022, cuando Rusia movilizaba sus unidades militares en la frontera de Ucrania, los países miembros de la OTAN hubieran actuado como lo hicieron después de que Rusia lanzara la guerra total el 24 de febrero, no habría habido tal guerra, ya que el lenguaje de Putin es el lenguaje de la fuerza. En cambio, en ese momento, los países miembros de la OTAN solo enviaban advertencias amenazantes a Rusia, que en la lengua vernácula del Kremlin significa debilidad. Como resultado, Rusia lanzó su guerra total contra Ucrania.
De igual manera, en este momento decisivo, Ucrania tiene una ventana de oportunidad antes del invierno, para ganar esta guerra, detener a Putin y devolver la paz a Europa. Sin embargo, esa ventana es ahora.
Por lo tanto, los países miembros de la OTAN deben dejar de vacilar. Todo el mundo sabe que, en el actual contexto de guerra permanente con Rusia - anunciar cómo la OTAN planea ayudar a Ucrania en el futuro, solo es de utilidad para una publicación en Twitter, que dura poco, se difunde rápidamente y con la misma velocidad se olvida. En cambio, los países miembros de la OTAN deben proporcionarle en estos momentos a Ucrania, asistencia financiera adicional y todas las armas necesarias, para permitirle imponer una zona de exclusión aérea y hacer retroceder al ejército ruso a la frontera ucranio-rusa. También deben reforzar las sanciones contra Rusia para que los dólares occidentales no sigan financiando la guerra genocida de Rusia contra Ucrania.
En un artículo titulado “Soy el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania. Putin debe ser detenido”, publicado el 29 de en The New York Times, Dmytro Kuleba escribió:
“Nadie quería esta guerra más que Rusia, y ningún país del mundo anhela más la paz que Ucrania. Pero una paz duradera, permanente, no una bomba de relojería de un conflicto congelado, ello solo es posible luego de que Rusia sufra una gran derrota en el campo de batalla. Por eso Ucrania debe ganar. Solo entonces el señor Putin buscará la paz, no la guerra. […] Ucrania, Estados Unidos y nuestros aliados europeos necesitan hablar con el señor Putin en su idioma: en el idioma de la fuerza. En la práctica, esto significa fortalecer militarmente a Ucrania, acelerando entregas de equipamiento de artillería avanzada y vehículos blindados, y económicamente con asistencia financiera adicional. También deberían incrementarse las sanciones, dirigidas a las exportaciones rusas, prohibiendo sus bancos y restringiendo el acceso al comercio marítimo”.
Si Occidente responde con prontitud y eficacia al llamado a la acción del ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, todavía presenciaríamos la restauración de la paz en Europa, incluida Ucrania, en 2022.
Presidente de la ONG Ukraine-2050, presidente del Congreso Mundial Ucranio (2008-2018)