¿Es el spanglish un idioma?: el nacimiento de una lengua
El prestigioso editor y crítico literario Ilan Stavans, traductor al inglés de Borges, provocó la ira de los puristas del idioma español al traducir El Quijote al lenguaje de los hispanos en Estados Unidos
NUEVA YORK .- "Un intelectual de la vieja escuela". Cuando unos años atrás la Universidad de Amherst nombró a Ilan Stavans para su prestigiosísima cátedra Lewis-Sebring de estudios latinoamericanos, ésa era la manera en la que el profesor fue universalmente conocido. Una de las principales autoridades en Borges y Sarmiento de los Estados Unidos, fundador y editor del journal literario Hopscotch ( Rayuela ), en honor a su admirado Cortázar, autor de la aclamada La condición hispánica y crítico del Times Literary Supplement, no parecía tener exactamente el perfil indicado para escandalizar a todos los puristas del lenguaje.
Y, sin embargo, hoy es el centro de uno de los tornados más fuertes que se avecinan en la academia norteamericana: la aceptación y formalización del spanglish, esa mezcla de inglés y castellano que hablan millones de latinos (y ahora no latinos también) como una nueva lengua.
Tanto es así que en agosto saldrá publicado por Harper Collins Spanglish: The Making of a New American Language , un libro en el que Stavans viene trabajando desde hace una década (y que el año próximo saldrá en español) y que incluye un ensayo extenso sobre su historia, el diccionario "oficial" que ha venido ampliando, una bibliografía sustancial... y para pegar donde más duele, nada menos que la traducción completa al spanglish del primer capítulo de El Quijote de la Mancha .
"A cada rato lloramos la muerte de otra lengua en el Globo. ¿Por qué no celebramos de igual manera el nacimiento de una nueva? Puede que nos disguste el spanglish... Puede que nos cause risa... Puede que nos inspire... Todas ellas son reacciones normales. Pero únicamente estudiándolo podremos entender su función y vitalidad. Yo soy de la opinión de que su gestación es una oportunidad extraordinaria para entender cómo se forman los idiomas en general: sus causas y su posible desarrollo", explicó este académico de origen mexicano, casado con una norteamericana y al que se le iluminan los ojos cuando sus hijos describen algo fascinante como coolísimo .
"Piense por ejemplo en el surgimiento de una nueva galaxia en el espacio. Esa aparición nos permite entender el metabolismo de nuestra propia galaxia. De igual medida, el crecimiento del spanglish nos ayuda a entender cómo se formaron el español y el inglés. Porque los idiomas que hablamos en América latina y en Estados Unidos son distintos de aquellos que usaban Cervantes y Shakespeare. Las lenguas, como las galaxias, están siempre en movimiento", aseguró a LA NACION mientras le daba los toques finales a Nomah , un cuento en spanglish que será editado en España en las próximas semanas como parte de una antología que constará de trece cuentos en distintas hablas hispánicas.
-¿Por qué eligió traducir al spanglish algo tan simbólico para el castellano como el Quijote?
-¿Y por qué no? No hay libro que me entusiasme más... Tengo en mi biblioteca quince ediciones distintas en español y doce traducciones diferentes al inglés, además de versiones en coreano, hebreo, francés, idish, portugués y alemán. En la literatura, "lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición". La frase se la debemos a ese argentino que descubrió el Quijote en el idioma de Stevenson y luego, al releerlo en castellano, pensó que era una traducción mediocre. Por cierto, Cervantes, en efecto, era un estilista mediocre. Es su imaginación la que nos asombra todavía, no la destreza de sus frases...
-¿Sabe si ya hubo alguna opinión del Instituto Cervantes o ese tipo de instituciones?
-Entre enojo y furia... Hace más de un año, la Academia Norteamericana de la Lengua publicó una especie de fatwa en contra de mí y del spanglish. En el Instituto Cervantes mantuve una dura polémica con puristas del idioma, como el maestro Antonio Garrido, que mantiene que el spanglish no existe.
-Es raro que justamente un profesor universitario con sus antecedentes se dedique al spanglish. ¿Cómo fue el proceso personal?´
-En realidad, fueron mis alumnos quienes me empujaron a embarcarme en el asunto. Les debo a ellos el haberme abierto los oídos a la belleza del spanglish. Como muchos de mis colegas, yo solía condenar esta manifestación verbal como un adefesio. En una ocasión vimos juntos una película de Cantinflas, "Ahí está el detalle". Uno de mis estudiantes comparó el habla del peladito del Distrito Federal con la de los pachucos en Los Angeles. La discusión nos llevó a una pregunta capital: ¿quién controla la lengua, los académicos o el pueblo? Hablamos entonces del spanglish, ellos con entusiasmo, yo con pereza... Por fortuna, mi pereza dio paso a la curiosidad y de allí a la incertidumbre. Me pregunté: ¿por qué nadie le ha dedicado al spanglish el trabajo crítico que se merece? Semanas más tarde nos propusimos todos hacer un diccionario de spanglishismos . Luego nos divertimos traduciendo la Declaración de Independencia de Estados Unidos al spanglish, lo mismo que las primeras frases de uno que otro libro famoso. Al pasar del tiempo, me dí cuenta que ese espíritu jazzista de Cantinflas era ubicuo entre nosotros. ¿Por qué rechazarlo? ¿Por qué desterrar ese habla popular del salón de clase, donde cabe igual que cualquier otra?
-¿El spanglish es un mestizaje?
-El mestizaje racial, social, político y religioso que forjó a América latina hoy tiene su revés al norte del río Bravo. El mestizo es el producto de un indígena y un español, pero ni es precolombino ni es europeo. Igualmente, el spanglish es un mestizaje lingüístico, un intercalamiento no sólo de fonemas y morfemas sino de identidades. Ese habla quebrado que tanta polémica causa es en parte hispánica y en parte anglosajona, pero ni de aquí ni de allá...
-¿Qué cree que opinaría Borges del spanglish? Ya escandalizó usted a varios sosteniendo que algunas de sus traducciones al inglés pueden ser superiores al original. ¿Sigue pensando lo mismo? ¿Algún autor en spanglish podría ser mejor que el original?
-A cada escritor le corresponde articular sus ideas en el tiempo que le tocó vivir. Aquellos que dejan una huella encontraron la manera de sincronizar el pequeño reloj que llevamos dentro con ese reloj de afuera, inmenso, el reloj social que nos circunda. Borges sentía una enorme curiosidad por el lunfardo, que es una forma de spanglish. El spanglish en sí le hubiera disgustado, como a mí me disgusta el lunfardo. En cuanto a las traducciones de Borges al inglés que hicieron Donald Yates, Andrew Hurley, Eliot Weinberger y otros, sigo pensando que algunas son iguales o mejores incluso que el original. Me gané un puñado de enemigos al sostener esta tesis en un artículo publicado en el Times Literary Supplement. Pero aún no le encuentro el defecto a esta opinion y lo explico así en un ensayo, Beyond Translation: Borges and Faulkner , que se publicó en el otoño del 2001 en Michigan Quarterly Review y que he visto reimpreso varias veces. El nuestro es un mundo donde la traducción es esencial. Sin ella, ¿qué sería de nosotros? Pero los nacionalismos recalcitrantes se resisten a morir, en especial en América latina. La gente sigue pensando en Shakespeare como un escritor británico y no como lo que es, un escritor universal.
-Usted editó el Facundo en su versión en inglés. ¿Se imagina traduciéndolo al spanglish? ¿Qué cree que opinaría Sarmiento? ¿Y Rayuela, de Cortázar?
-El Facundo es la mejor biografía escrita en la América latina o, al menos, la más auténtica. Sarmiento yuxtapone historia, ficción y panfleto ideológico de manera genial. Tristemente, hoy escribimos biografías como hacemos pasteles: tres tazas de harina, una cuchara de azúcar, media de vainilla, una pizca de sal, un huevo... Sarmiento, al contrario, nos sorprende a cada paso: sus páginas ofrecen un proyecto nacional y otro imaginario que corren paralelos. En ese sentido, es suyo el honor de haber inventado a la nación argentina y asimismo la literatura argentina. En fin, a mí no me importa lo que opinaría Sarmiento del spanglish. Lo que me importa es lo que opinaba de los gauchos, de la tension entre ciudad y provincia, y de la libertad civil.
"De Rayuela también podría hablarle días enteros. ¿Hay acaso una novela más ambiciosa en América latina? El español que usa Cortázar es amanerado: detrás de su sintaxis palpita el idioma de Flaubert y Breton. ¿Qué habría pasado si en vez de exilarse en París, Cortázar hubiese escapado a la "casa tomada" del peronismo en Nueva York? La respuesta, creo, es que al spanglish le habríamos empezado a prestar atención varias décadas antes, en los sesentas. Pero después de Vietnam, para Cortázar-como para Neruda- los Estados Unidos era el imperio invasor y también el paraíso del materialismo, idea, por cierto, que ya empujaban José Enrique Rodó y Rubén Darío. Darío es quien canta: ¿Seremos entregados a los bárbaros fieros? / ¿Tantos millones de hombres hablaremos inglés? / ¿Ya no hay nobles hidalgos ni bravos caballeros? / ¿Callaremos ahora para llorar después?
"De Cortázar tenemos ese cómic donde Fantomas se enfrenta a las compañías multinacionales, que, gracias a Dios, no ha vuelto a reimprimirse. Esta visión del argentino pertenece a un instante histórico, sí, pero repetirla sería una lástima porque Estados Unidos es mucho más que el mero mercantilismo: América latina, a través del spanglish, navega hoy por esas "venas abiertas" gringas, para invertir la ecuación de Eduardo Galeano.
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