Es democracia o es populismo
Charles-Louis de Secondat se planteó, por el año 1740, un pensamiento político base de nuestra conformación democrática en Occidente: ¨Todo hombre que tiene poder se inclina por abusar de él. Va en ese camino abusivo hasta que encuentra límites. Para que no pueda hacerlo hace falta que, por disposición de las cosas, el poder detenga al poder ¨.
Ya sabemos que Charles-Louis de Secondat pasó a la historia conocido, por este y otros pensamientos, como el Conde de Montesquieu. Tuvo posiciones políticas y hasta ideológicas que podemos llamar controvertidas, alentando a la monarquía liberal, pero también se le conocieron fervientes simpatías por el sistema despótico del momento.
Nada de ello se usó como argumento para descalificar a quien podemos considerar la mejor pluma defensora de los derechos civiles y políticos del siglo XVlll.
Muchas de sus sentencias y pensamientos deberían ser tenidas muy en cuenta, en esta Argentina que disfraza autoritarismos varios, en la idea de lo popular que ha sido vaciada, enajenada como propiedad exclusiva de quienes ahogan lo popular desde el poder.
Cosas que decía don Charles-Louis hace más de doscientos años, en estos pagos aún se discuten, por ejemplo …cuando un gobierno dura mucho tiempo se descompone poco a poco y sin notarlo.
O esta otra que me resulta el termómetro para medir la fiebre y el síntoma de nuestra enfermedad argentina: la ley debe ser como la muerte, que no exceptúa a nadie.
Cuando en el Parlamento el populismo choca con la realidad, no sabe acomodarse a las ideas del consenso de la vida democrática, vuelve una y otra vez a tratar de llevarse de atropello en atropello, sin escucha ni sentido común, a quienes los ciudadanos han encomendado el equilibrio parlamentario.
Cuando las fuerzas de oposición frenan los embates, recurren a sus conocidas prácticas, buscando dividirnos con cantos de sirenas, insinuando supuestos salvatajes a las provincias gobernadas por Juntos por el Cambio.
De democracia ni hablar. Incapaces de la mínima autocrítica para corregir lo que, a todas luces, fue una fallida presentación del ministro de Economía de un mal Presupuesto.
La cultura democrática ha sido transmutada por la aplicación, durante años, de las insanas ¨ mayorías automáticas ¨ a las que son tan afectos en el modelo K. Cuando se desvanecen esas supuestas mayorías, tiran 14 toneladas de piedras, fabrican helicópteros de cartón para amedrentar a sus adversarios, o como hicieron ahora, hacen estallar el Parlamento.
Tratan de generar miedo.
Pero no tenemos miedo a ninguna de las formas en la que lo usan. No tenemos miedo al debate. No tenemos miedo a enfrentar con los mecanismos republicanos las amenazas de hoy, como las amenazas de ayer cuando un jefe de Gabinete recurrió a romper periódicos para intentar callar a la prensa independiente.
El camino del temor tiene una advertencia de Montesquieu que el kirchnerismo desoye, como tantas cosas que no escucha: …cuando se busca tanto el modo de hacerse temer, se encuentra siempre primero, el modo de hacerse odiar.
La Argentina sufre la cultura patoteril que tantos años de gobiernos populistas han penetrado profundamente en la vida institucional, al extremo patológico de festejar derrotas electorales en lugar de escuchar la voz ciudadana que les propinó la derrota.
Dicen ganar perdiendo, así como nos encerraron durante la devastadora cuarentena con el falaz argumento de cuidarnos, según repitió hasta el hartazgo el presidente Fernández.
A esta altura el Gobierno debe tomar nota sobre nuestra responsabilidad como oposición.
Fortalecer la democracia en el disenso sin recurrir a veladas amenazas hacia las provincias, sobre futuros recortes presupuestarios en 2022, por la falta de aprobación de un Presupuesto mentiroso que traficaba más de cincuenta artículos agregados entre gallos y medianoche.
No vamos a caer en la trampa de decir a todo que sí para eludir la acusación maniquea de ser destituyentes. No lo somos ni dejaremos de oponer todas nuestras fuerzas para evitar el autoritarismo.
Si es democracia, no es populismo. Para eso el pueblo se expresó el 14 de noviembre.
Presidente Pro, doctora en Ciencias Políticas