EPOC, un importante problema sanitario a nivel mundial
La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es una patología frecuente, prevenible y tratable. Actualmente es la cuarta causa de mortalidad en el mundo y se proyecta que en los próximos años será la tercera. Se considera que más de tres millones de personas mueren anualmente de EPOC, el 6% de todas las muertes a nivel mundial.
La EPOC representa una importante carga en la salud pública mundial ya que muchas personas que la padecen presentan incapacidad y mueren prematuramente por sus complicaciones. La enfermedad se caracteriza por la presencia de síntomas respiratorios, fundamentalmente tos, expectoración y falta de aire, denominada médicamente disnea. La mayoría de estos síntomas están sub reportados por los pacientes que frecuentemente no consultan al médico, retrasando de esta manera el diagnóstico de la enfermedad.
Desde el punto de vista clínico, la EPOC se caracteriza no solamente por los síntomas ya consignados, sino también por una limitación al flujo aéreo debido a obstrucción de las vías respiratorias producidas por una combinación de enfermedad obstructiva de las pequeñas vías aéreas, denominada bronquiolitis obstructiva y cambios destructivos del tejido pulmonar debido al enfisema. La contribución relativa de estos dos fenómenos es variable en cada individuo.
El diagnóstico de EPOC se confirma mediante la realización de un estudio simple de función pulmonar denominado espirometría. La realización de este estudio debe ser considerada en cualquier paciente que experimenta falta de aire (disnea), tos crónica o producción de esputo, historia de exacerbaciones respiratorias recurrentes y/o exposición a factores de riesgo de la enfermedad. La realización de la espirometría se requiere, como se ha dicho, para el diagnóstico de la enfermedad basado en la presencia de un índice que relaciona el volumen espiratorio formado en el primer segundo denominado con la sigla inglesa FEV1 con la capacidad vital forzada, conocida con la sigla FVC. Si la relación FEV1/FVC después de realizada la inhalación de un broncodilatador es menor de 0,7 esto confirma la presencia de limitación persistente de las vías aéreas y hace el diagnóstico de EPOC en el contexto señalado.
El principal factor de riesgo de la EPOC es el tabaquismo, pero además de este juegan un papel importante otros factores como la exposición al humo de combustible de biomasa, la polución aérea y factores individuales como anormalidades genéticas, alteraciones del desarrollo pulmonar y envejecimiento prematuro. En la evolución de la EPOC son frecuentes períodos de empeoramiento agudo de los síntomas respiratorios denominadas exacerbaciones. La mayoría de los pacientes con EPOC padecen también enfermedades asociadas que aumentan los síntomas y contribuyen a la mortalidad prematura.
Fumar cigarrillos es un determinante de la producción de la enfermedad, pero otros tipos de tabaco (pipa o cigarros) así como el consumo de marihuana y el humo de tabaco ambiental son factores capaces de producirla. La polución a nivel domiciliario debido a la combustión de leña y otros combustibles de biomasa utilizados para cocinar o calentar en viviendas pobremente ventiladas es un factor importante que afecta a las mujeres en países en desarrollo. La exposición ocupacional debido a polvos orgánicos e inorgánicos, agentes químicos y humos se considera también un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad.
Dentro de los factores genéticos la deficiencia de una proteína denominada alfa 1 antitripsina puede contribuir en un grupo pequeño de pacientes al desarrollo precoz de enfisema. El envejecimiento y el sexo femenino son factores que aumentan el riesgo de padecer la enfermedad. El crecimiento y desarrollo de los pulmones que se afectan durante la gestación e infancia tienen un gran potencial para aumentar el riesgo individual de desarrollo de la enfermedad. El bajo nivel socioeconómico está asociado con el desarrollo de la enfermedad, aunque no está claro si esto se debe a la exposición ambiental o domiciliaria de factores de riesgo o bien a alteraciones de la nutrición e infecciones frecuentes que pueden ser más comunes en niveles socioeconómicos bajos.
Hasta hace relativamente poco tiempo se consideraba que el asma y la hiperreactividad bronquial no eran importantes en el desarrollo de la enfermedad, pero hoy se considera que pueden ser un factor de riesgo para su desarrollo. La historia de infecciones severas en la infancia puede ser un factor que reduzca la función pulmonar y produzca síntomas en la edad adulta.
Como se ha dicho, es frecuente que los pacientes con EPOC tengan enfermedades concomitantes, incluyendo enfermedades cardiovasculares, disfunción músculo esquelética, síndrome metabólico (obesidad, diabetes, hipertensión, hiperlipemia), osteoporosis, depresión y ansiedad entre otras. Los pacientes con EPOC tienen mayor frecuencia de desarrollo de cáncer de pulmón.
El tratamiento dela EPOC incluye evitar los factores de riesgo que puedan ser evitables, fundamentalmente el tabaquismo y la inhalación de los determinantes de la afección. Todos los pacientes con EPOC deben recibir vacunación antineumocócica completa, vacunación antigripal anual y cumplir con el esquema de vacunación contra SARS COV-2 recomendado por las autoridades sanitarias.
La evaluación de la severidad de la enfermedad debe realizarse siguiendo índices claramente establecidos como son el valor del FEV1 % en relación con la edad, la severidad de la disnea y el número de exacerbaciones y la frecuencia de las mismas en el último año. Además de la cesación tabáquica y la evitación de los factores de riesgo antes descriptos, el tratamiento de la EPOC incluye la utilización de broncodilatadores y antiinflamatorios bronquiales inhalados.
En los pacientes con enfermedad avanzada que presenten disminución de oxígeno en sangre, está indicada la utilización de oxigenoterapia crónica inhalatoria. Los pacientes con enfisema severo, refractarios al tratamiento médico, pueden ser tratados mediante intervenciones quirúrgicas o broncoscópicas para disminuir el volumen del enfisema.
Aquellas personas que no han logrado el control de su enfermedad pueden beneficiarse con el uso de formas de ventilación o invasivas y eventualmente con trasplante pulmonar. Es fundamental que cuando se presenten las exacerbaciones, las mismas sean tratadas de una manera precoz, incluyendo la utilización de corticoides por vía oral, antibióticos, oxígeno y en ocasiones con ventilación no invasiva. Los pacientes que presenten limitación al ejercicio pueden beneficiarse con la inclusión en un programa de rehabilitación respiratoria.
En síntesis, la EPOC es una enfermedad común, prevenible y tratable que constituye un problema sanitario importante a nivel de nuestro país y a nivel mundial.
Presidente de la Academia Nacional de Medicina