Entre la barbarie y la esperanza
La escritura de esta mujer obligada a ser errante consiste en una fusión sensorial entre barbarie y esperanza. A pesar de conseguir que sus páginas huelan a té y dátiles y que irradien el barullo de las calles de Teherán, la autora sabe también cortar la respiración con el mismo efecto que produce la muerte de un hombre en la horca al que le roban el apoyo de los pies.
A la sombra del árbol violeta es la consecuencia de tres décadas de represión política basadas en el fundamentalismo religioso. Los destrozos físicos y emocionales que esto implica en las familias iraníes es lo que se propone abordar esta novela coral de Sahar Delijani (Teherán, 1983). Sería mucho más acertado el título de la obra en inglés, Children of de Jacaranda Tree, ya que los protagonistas de la obra son los niños que, al final, la autora nos permite observar como adultos heridos por una realidad que los sobrepasa, criados en un contexto de crudeza extrema que sólo se amortigua con la solidaridad en las esferas privadas de la vida social. Así, en este recorrido que tiene un fondo de crónica histórica con pinceladas de autobiografía, asistimos a una afilada escritura en la que se transita como un péndulo entre la tensión política de las calles y la calidez de los hogares que Delijani relata.
Lo cierto es que la virulencia de su narrativa correspondería más a una cuentista que a una novelista. De hecho, esta obra está dividida en siete partes que podrían leerse también de forma independiente. Sin embargo, con la estructura elegida podemos observar hasta tres generaciones marcadas por la violencia que arrasa Irán de un modo endémico desde 1979, con la imposición del régimen del ayatolá Jomeini. Y no sólo eso; la autora también se posa en los distintos pliegues que la realidad política explota en las vidas de cada ser humano anónimo: amores truncados por el exilio, jóvenes que renuncian a su desarrollo emocional para salvar otros, la adaptación fuera del país de origen, los sentimientos encontrados de los que sienten orgullo por los que luchan adentro y a la vez se piensan cobardes por haber decidido huir y observar los golpes desde una computadora con conexión ilimitada. Así quedan plasmados los eventos sucedidos en 2009 con las protestas en las calles a raíz del proceso electoral de Mahmud Ahmadineyad y las consecuencias entre quienes sufrieron la muerte entonces y los que tuvieron que cargar con la vida después de una esperanza que, otra vez, fue masacrada hasta el olvido. Algo que no difiere demasiado en el fondo, según ha declarado Delijani, con las purgas que se realizaron en 1988 y que también son tratadas en la obra.
La apertura del libro es arrolladora: narra cómo una mujer presa da a luz en la cárcel de Evin en 1983. Es, justamente, el año del nacimiento de la autora del libro. Sin embargo, Delijani aleja la evidencia autobiográfica con un correcto uso de la tercera persona. Hija de militantes contrarios al fundamentalismo islámico, Sahar Delijani llegó al mundo en esa cárcel. Tras ser criada unos meses allá, pasó su infancia en la casa de los abuelos, junto con su hermano y su primo, una situación que también se refleja en el libro. Y mientras tanto, su tío no se libró: fue ejecutado. No así sus padres, que consiguieron la libertad y se refugiaron en Estados Unidos, donde Delijani estudiaría Literatura Comparada en la Universidad de Berkeley. Hoy vive en Turín con su marido Massimo, un italiano al que asegura en la dedicatoria final del libro que sin él nada de lo escrito hubiese sido posible. Y tal vez, aunque pueda parecer un cliché bastante cursi, en este caso haya una excepción real. Si de algo está hecha la esperanza en este texto duro como un tajo en la garganta es de la convicción de que toda piel necesita ser acariciada. Y el personaje de Neda, aquel bebé que inauguraba las páginas y que es a la vez el álter ego de la autora, cierra la obra como una mujer adulta que desarrolla el sentimiento de un amor controversial como evidencia.
A LA SOMBRA DEL ÁRBOL VIOLETA
Sahar Delijani
Salamandra; 284 páginas; $ 245