Enseñanzas de la “grieta” en la Argentina
Grietas han existido siempre , ya sea en nuestra historia doméstica, cuanto en el planeta.
Muchas responden a realidades étnicas, religiosas, geopolíticas, pero otras veces han sido funcionales a un relato maniqueo de la realidad. Esto último sucedió en España luego de la Guerra Civil, en la Italia fascista, en la Unión Soviética o bajo el régimen nazi…Y sucede en la Argentina de este tiempo. Dicho esto sin pretender para nada que aquí existe una dictadura, sino un extraviado gobierno populista e incapaz, lamentablemente influenciado por la prédica de Ernesto Laclau (v. La razón populista), quien abrevó en el ideario de Carl Schmitt. En esa concepción, para el populismo resulta imprescindible la creación del “enemigo” a quien culpar, ya sea de todos los males o para justificar todos sus errores, que va desde la sinarquía internacional, al imperialismo yanqui y la oposición, la justicia o los medios, en nuestro caso particular. En esas condiciones la formación de una “grieta” se torna inevitable.
La particularidad de la “grieta” argentina es que en nuestro caso se desmiente aquello del two for tango, o sea que para bailar el tango se necesitan dos. Nuestra grieta tiene un solo lado, y esa facción empuja al resto de la sociedad para situarse en las antípodas, pero desaparecida la causa, la odiosa división causada por el kirchnerismo, desaparecerá.
La presencia política de la señora Fernández de Kirchner y de muchos de sus acólitos en momentos en que el país atraviesa una enorme crisis económico-social, constituye hoy un obstáculo insalvable para el entendimiento de los argentinos. Diluido ese factor que actúa con odio y sed de venganza y una irracionalidad notable, la grieta tenderá a desaparecer aceleradamente.
Veamos del otro lado: si Macri o cualquier dirigente de Juntos sale de escena, no pasará nada, ya que desde ese espacio la grieta no se fomenta; se lamenta.
Como toda experiencia humana, en este caso altamente negativa, algo de positivo tiene la situación, ya que como escribió el cantautor canadiense Leonard Cohen, en concepto que comparte Philippe Sands en su libro Calle Este-Oeste , “las grietas permiten muchas veces ver la luz”, y en nuestro caso, la sociedad argentina a través de los resquicios que dejó el enfrentamiento, ha visto luz y evitado situaciones de difícil retorno. Entre ellas, y la no menos importante, es haberse resistido a la imposición del pensamiento único y haber frenado definitivamente la pretensión del “vamos por todo”.