Ensayos omnívoros y pasionales
Sobre Trayendo a casa todo de nuevo, de Fabián Casas
La pasión por la lectura –o el cine, o la música– es intransferible. Por supuesto que se puede recomendar con fervor una buena novela, pero tener la necesidad de levantarse y acostarse con un libro en la mano, leer “en los subtes, en los colectivos y en la calle”, y sobre todo, tener el impulso de confrontar cada fibra de lo vivido con los relatos ajenos es un modo de entender la realidad cuyo placer y condena se ganan en solitario, aunque compartir esa pasión con un guiño cómplice y hasta involuntariamente sectario sea una de sus razones de ser. Lejos de la crítica académica o periodística, los ensayos de Fabián Casas reunidos en Trayendo a casa todo de nuevo son un certero intento de transmitir este modo particular de la experiencia. No se trata de analizar la cultura escrita, la música, el cine o el fútbol, sino de poner en juego qué significan para la vida, y de qué manera le dan sentido.
La mayor parte de los ensayos ya fueron publicados en los libros Ensayos bonsai, Breves apuntes de autoayuda y La supremacía Tolstoi y otros ensayos al tuntún, pero también hay un extenso volumen inédito, El taller nómade. Este último incluye ensayos sobre Ezra Pound y T. S. Eliot, Bob Dylan, Babasónicos y Ariel Minimal, Ricardo Zelarayán y Julio Ramón Ribeyro, Frank Zappa y Julio Iglesias, Luis Chitarroni y Kurt Vonnegut. Ajusta cuentas, quizá definitivas, con César Aira y Juan José Saer, y le dedica siete prólogos apasionados a Roberto Arlt. También, y al mismo tiempo, escribe sobre la amistad, la paternidad y la muerte.
Aunque las más de seiscientas páginas de Trayendo… invitan a leer el libro al azar, el conjunto construye algo así como una autobiografía de lector. En cada página, lo que Casas cuenta toma la forma de la iluminación, ya sea que comience con una anécdota que ilustra los versos de un poeta o con un poema que ilustra un recuerdo personal. Por eso no hay ningún reparo en terminar un ensayo con una cita de veinte versos, dejar una anécdota a mitad de camino, o resumir una novela, una película o el capítulo completo de una serie.
Cuando dedica un ensayo a un solo autor, como en “Beckett: el galán metafísico”, intenta un ejercicio de “captación completa”, aunque no exhaustiva. Se habla de la persona, de la escritura, de los efectos de la escritura. La mirada es la del escritor atento a las herramientas de trabajo, contra la crítica académica. Pero es una mirada que no se queda sólo allí, sino que es capaz de proyectar la lectura sobre la tradición y sobre la obra de los contemporáneos. Si la “doxa” afirma que Beckett “agota las posibilidades de la literatura”, Casas retruca: “Cuando un escritor es extraordinario […] lo que hace es abrir la paleta de percepciones, no clausurar. A lo sumo, la pelea por el agotamiento de la obra es algo que padece él consigo mismo. Fue el trabajo de Beckett el que se fue apagando como una brasa y no ‘la Novela’, o ‘el Teatro’, o ‘la Poesía’, que gozan, todavía, de excelente enfermedad”.
Estos ensayos sobre Tolstoi, Faulkner, o la poesía de Ezequiel Alemián o Daniel Durand, son atrapantes y reveladores. Pero quizás el punto más alto está en los textos en los que una agrupación fortuita de cosas genera un nuevo sentido. Una anécdota sobre Ringo Starr puede cruzarse con un ensayo sobre la resolución de un teorema matemático, la teoría estética de Adorno agregarse a un poema de Robert Frost y, entre todos, explicar las resonancias de la música de Babasónicos y de Pez en determinado momento de la vida. De ese hilván creado por el azar, pero que requiere de una atención rigurosa, está hecha la pasión del amante de los libros, los discos y las películas. Con esa estrategia hermana del zen, los ensayos de Casas muestran por qué el arte y la literatura son opuestas a la política y al poder que se disputan el planeta: los relatos y la poesía, las imágenes y la música son el medio por el cual se puede crear un mundo propio y a la vez compartido, una vida real y posible porque es deseada. Defender las elecciones estéticas se vuelve así un modo de definir la parte del mundo que se elige como propia, y protegerla del valor, de las verdades universales y del paso del tiempo.
TRAYENDO A CASA TODO DE NUEVO
Por Fabián Casas
Emecé
672 páginas
$ 399