En tono dorado
Seúl, Corea del Sur.- Es una imagen de calendario. Casi de otra época. Ellos dos, solos en el mundo, rodeados de flores amarillas. Cosmos, se llaman. Y son flores propias de Corea: aparecen a fines del verano para sellar de tonos dorados el otoño. Este campo rebosante de frescura está, a su vez, en el Parque Olímpico de Seúl, aquel que fue construido en 1988 para albergar los Juegos Olímpicos. ¿Habrían nacido ellos en esa época? ¿Tendrán registro de los agitados avatares internos que ya sufría el país ese año? En la Puerta de la Paz Mundial, que todavía puede verse allí, a metros de donde está la pareja, una llama eterna acompañaba la declaración de paz para la armonía mundial y la felicidad de todos los ciudadanos. La división de las dos Coreas sigue hoy tan firme como en aquel entonces. Si el mensaje, a la luz del presente, parece una utopía, al menos quedan los besos.