Reseña. El optimismo cruel, de Lauren Berlant
Una mañana de 2002 un grupo de personas ataviadas con batas, pijamas, tazas sucias, antidepresivos y pantuflas salieron a recorrer las calles de Austin, Chicago y Nueva York. "¿Deprimidx? Puede que sea político", se leía en las pancartas. La performance era obra del grupo Public Feelings, formado por académicos, artistas y activistas cuyo objetivo era rendir cuenta de la dimensión afectiva de la esfera pública. Entre ellos, con un pijama roído, estaba Lauren Berlant. Profesora en las áreas de Género y Literatura de la Universidad de Chicago, su presencia en la acción colectiva no fue casual, teniendo en cuenta que sus trabajos se inscriben en el llamado "giro afectivo" que se constituyó en la academia anglosajona hacia fines de la década del 90.
El optimismo cruel, publicado originalmente en 2011, desarrolla una teoría según la cual "el optimismo puede no sentirse optimista". Básicamente, lo que plantea Berlant es que "el optimismo cruel" es aquel que se establece cuando eso que deseamos (y creemos que, de alguna manera, podremos conseguir) es lo que obstaculiza nuestra felicidad. Si esta dinámica funciona, es por la inercia con que naturalizamos nuestras expectativas de vida, estableciendo una relación afectiva con aquello que anhelamos sin dar lugar a cuestionamientos.
Así, el libro analiza diversas variantes de este concepto, desde objetos o escenas de amor romántico y movilidad ascendente hasta el deseo de lo político. Berlant ejemplifica, entre otras cosas, con representaciones sociales tomadas de la literatura y el cine, como Dos muchachas, gorda y flaca, de Mary Gaitskill; Rosetta, de los hermanos Dardenne o Recursos Humanos, de Laurent Cantet. De alguna manera, su análisis se centra en las cuestiones en torno a "la buena vida". "¿Por qué las personas mantienen su apego a determinadas fantasías convencionales de la buena vida –por ejemplo, de reciprocidad duradera en las parejas, en las familias, en los sistemas políticos, en los mercados y en el trabajo– habiendo sobradas pruebas de su inestabilidad, su fragilidad y sus costos?", se pregunta la autora. Y lo más inquietante: ¿qué sucede cuando esas fantasías comienzan a deshilacharse? De un tiempo a esta parte, la pandemia viene desdibujando el presente y las expectativas de futuro. Ahora que cualquier inercia se ve, a la fuerza, interrumpida, tal vez sea oportuno repensar el vínculo que establecemos con aquello que deseamos. El texto de Berlant brinda buenas herramientas para hacerlo.
EL OPTIMISMO CRUEL
Lauren Berlant
Caja Negra
Trad.: Hugo Salas
472 páginas
$ 990