Emigrantes
En 1957 no existían los teléfonos celulares ni WhatsApp. Los viajes en avión solo eran para una alta clase social. La foto lo dice todo: el 27 de noviembre de aquel año, Juan Jesús Calo López, “Chanquete”, un niño de 8 años, llora desconsolado igual que su padre, Manuel Ángel Calo, de 29 y trabajador de la pesca, en el muelle de A Coruña. Están despidiendo a los padres, una hermana y primos de Manuel que partían a Buenos Aires en el buque argentino Juan de Garay.
La travesía demandaba casi un mes, pero esos familiares que quedaron llorando probablemente no hayan sabido nada de los viajeros hasta al menos dos meses después. Las cartas solo llegaban (cuando no se perdían) por correo postal después de varias semanas, y no había forma de saber si las penurias que los habían expulsado al otro lado del Atlántico se habían paliado.
¿Se habrán vuelto a encontrar? Todo indica que no. Lo que sabemos es que el 9 de junio, en su natal Finisterre, murió Chanquete, “el niño de la foto”, como se lo conocía por esa imagen de Manuel Ferrol que sintetizó el drama de miles de emigrantes (https://manuelferrol.com/). Tenía 75 años y aún soñaba con volver al mar a pescar, como toda su familia, aunque aún hoy se llame a ese litoral “la costa de la muerte”.