Embarazadas, ¿dueñas de su cuerpo?
Conozco mujeres que, aun habiendo decidido tener a sus hijos de forma natural, terminan haciéndolo dentro de un quirófano, por cesárea. Las explicaciones son casi siempre las mismas: "Estaba en la semana 41 y era riesgoso seguir esperando", "tenía la panza muy arriba", "no dilataba". Situaciones que, según la Organización Mundial de la Salud y las leyes que protegen los derechos de las mujeres a la hora de parir, no justifican la medicalización e intervención de un parto. Tampoco, que en el país más del 40% terminen en cesáreas, un porcentaje muy superior al 15% recomendado por la misma organización.
Si bien una de las razones que se suele escuchar es que los obstetras cobran más dinero por una cesárea que por un parto natural, no es cierto. Las razones de los doctores suelen ser preventivas, evitar supuestos riesgos, no dar lugar a complicaciones imprevistas.
Pero existe un actor más en este escenario: las propias mujeres. ¿Hasta qué punto quieren ser dueñas de decidir sobre su cuerpo a la hora de parir? La información está disponible en la web y, aunque muchas tengan acceso a Internet, por alguna razón no buscan, no leen, no se apropian de su embarazo. Quizás porque para eso está el obstetra, como si parir un hijo fuese igual a tener un cáncer: una enfermedad que solo los médicos saben cómo sacar.