Elegimos el orden... o seguimos cediendo
Llega un año de elecciones en un estado caótico y decadente de la Argentina. A desencuentros y enfrentamientos políticos del oficialismo, ávido de poder, se suma una inestabilidad económica sin precedentes.
La estrategia de aparentar crecimiento económico a costa de ¨patear¨ los problemas estructurales para adelante, va construyendo una tormenta perfecta de dimensiones fenomenales para todos los argentinos. Mientras se genera mayores deudas, ya se cobraron adelantados impuestos y cosechas, se sigue emitiendo y generando más inflación con ajustes que hacen inviable la vida cotidiana de todos.
En este estado de decadencia, económica y moral, no da seguir hablando de grietas. La sociedad en su conjunto y mayoría necesita soluciones concretas y expectativas de futuro. Por eso, la disyuntiva que plantean estas nuevas elecciones en el orden democrático no es otra que seguir hundiéndonos en un sistema de caos y privilegios del poder, o implantar un orden estructural que nos vuelva a poner en las vías de la normalidad y crecimiento genuino. Es importante entender que cuando hablamos de orden y proponemos un cambio profundo, sabemos que no va a ser fácil revertir tanto daño. La dirigencia política sabe y reconoce las batallas que debemos encarar si queremos dejar de ser rehenes de las mafias, hoy la sociedad también.
Creo que de una vez la gente, - política y sociedad -, está más dispuesta que nunca a este cambio, y más decidida a acompañar y defender juntos el orden. Atacar los cimientos de la credibilidad en la autoridad y la justicia porque no se someten a una ideología es inaceptable. La subversión de valores y el adoctrinamiento son el mayor daño que sufrió nuestra cultura. Si realmente queremos terminar con la violencia en todos los ámbitos a quien la ejerce debe tener consecuencias. Estoy convencida que ya aprendimos y queremos dejar de ceder. Es hora de terminar con la costumbre de ceder a las extorsiones, a la violencia, al privilegio del poder y a la corrupción. Hemos tolerado como sociedad los cotidianos e insoportables piquetes, bloqueos de empresas, crecimiento de narcotráfico, coimas, tomas de tierras y ataques a las instituciones. Nos han quitado y limitado la libertad en diversas acciones de nuestra vida. De esto se trata, seguimos cediendo para mantener este perverso sistema de abuso de poder y privilegios para los vivos de siempre, o elegimos de una vez y para siempre las ideas que sostiene el orden, el respeto a la ley y las instituciones, recuperando el bienestar que ofrece la libertad y la igualdad del sistema republicano. Estas ideas requieren de un liderazgo fuerte y convencido, y sobre todo determinado a poner los límites necesarios para llevarlas realmente adelante. Que se ponga a la vanguardia de la defensa de la igualdad de oportunidades y crecimiento para todos, sin tolerancia alguna con la corrupción y las mafias.
Tener un futuro previsible y ordenado requiere decisiones firmes y sostener a la educación como base fundamental del progreso. El futuro está en nuestras decisiones y puede comenzar a ser extraordinario. Asumamos como sociedad que ese futuro lo construimos juntos, eligiendo bien y acompañando la decisión del rumbo correcto.
¡Despertemos, Argentina, que aún estamos a tiempo! ¡No es momento para dudas ni miedos paralizantes! O estamos del lado del orden o seguimos cediendo hacia el fracaso.
Exsecretaria de Estado en el Ministerio de Seguridad de la Nación