El turno de la señora
La primera dama parece dispuesta a dejar atrás el cuarto de siglo de respaldo y sufrimiento al lado de su marido para ganar el plano político con una senaduría por Nueva York. Su rival no sería otro que el enérgico alcalde Rudolph Giuliani. Los rumores de divorcio no han hecho más que agitar esa posibilidad.
NUEVA YORK.- MIENTRAS no se confirmen las recientes versiones acerca del inminente divorcio del matrimonio Clinton, algunos párrafos de lo que escribió en su libro It takes a village pueden resultar reveladores de la actitud que la primera dama adopta ante el matrimonio. Hillary escribió: "Mis sentimientos respecto del divorcio y sus efectos sobre los hijos han hecho que más de una vez me mordiese la lengua durante mi vida conyugal y me dedicase a pensar qué puedo hacer yo para mejorar como esposa. Mi marido ha hecho lo mismo; Bill y yo nos hemos esforzado mucho en nuestro matrimonio, basado en el respeto y amor recíprocos".
Durante su paso por la Casa Blanca, y se supone que así seguirá comportándose si continúa en la vida pública, Hillary Clinton no sólo ofrece el perfil de una mujer consustanciada con los problemas sociales y atenta al resguardo de su vida familiar -la reciente aparición de una nota sobre su hija en la revista People la enfureció-, sino que también sabe cuidar el costado mundano de su rol y de su posición social.
"Cuando trabajes, hazlo en serio; cuando te diviertas, disfrútalo, pero nunca confundas una cosa con la otra." Esa frase pertenece al catálogo de máximas que Hillary tiene en cuenta para conducir su vida", dijo Diane Blair, una amiga íntima de la primera dama norteamericana desde su época del estado de Arkansas, donde su marido ocupó el sillón de gobernador. Hija de una familia de clase media baja de Chicago, Hillary Clinton recuerda a su padre con orgullo, y la frase evocada por Diane Blair pertenece a él.
Hughs Ellsworth Rodham siempre se ganó la vida como vendedor de productos textiles y recién compró la primera casa familiar bien entrada la década de los cincuenta (Hillary había nacido el 26 de octubre de 1947) porque quiso hacerlo con dinero de contado. "El padre de Hillary siempre confió más en los ahorros personales que en los créditos de los bancos", dice Blair. Por su parte, la ex asesora de prensa del Partido Demócrata Mandy Grunwald recordó lo siguiente: "En la historia personal de esta mujer ocurrieron hechos que la marcaron a fuego. Aquel ´trabaja y diviértete mucho pero sin confundir lo que estás haciendo´, que le recomendaba su padre, hizo posible que, tanto en el colegio secundario como en la escuela de leyes de la Yale University, Hillary se haya destacado por su concentración y esfuerzo".
Otra persona que la conoce muy bien, Marian Wright Edelman, la presidenta del Children´s Defense Found, dijo que, en buena medida, la señora Clinton es un producto de su primer entorno familiar. "La madre de Hillary, Dorothy, siempre trabajó los domingos en la escuela parroquial de la iglesia metodista, donde daba clases de apoyo a niños con dificultades, y así fue como su hija comenzó a dedicarse a las cuestiones comunitarias. Hillary siempre dice que todos tenemos la obligación de hacer algo por la comunidad en la que vivimos", recordó Marian Wright Edelman.
Ya instalada como primera dama, la señora Clinton fracasó en su intento de reformar el sistema de salud de los norteamericanos, pero se encargó de mantener esa imagen suya de mujer preocupada por los asuntos sociales, y en ese rol es reconocida por un número importante de personas, incluso por algunos que no simpatizan con ella y que jamás votarían por un candidato que no fuese republicano.
En 1996, Hillary Clinton publicó It takes a village . Para el título se inspiró en un dicho africano según el cual el cuidado de los niños no sólo depende de la familia sino de una vida en sintonía con el universo, y dedica más de trescientas páginas a explicar cuáles son los orígenes y el marco cultural de sus preocupaciones por la infancia y las minorías sociales.
Las preocupaciones y declaraciones de principios de la esposa del presidente de los Estados Unidos fueron escuchadas por varios oídos atentos. Así lo demuestra el hecho de que uno de los impulsores originales de la posible candidatura de Hillary Clinton al Senado norteamericano por el Estado de Nueva York haya sido Charles Rangel, catorce veces elegido congresista (diputado) por el Harlem. "La señora Clinton debe ocupar una banca en el Senado y esa banca debe ser la de Nueva York, porque éste es un Estado que requiere líderes con vocación social, que trabajen contra la discriminación de negros, hispanos y de otras minorías, y que pongan sus esfuerzos en la búsqueda de un sistema social más justo", dijo Rangel.
Cuenta que de niña vivió en una casa que quedaba muy cerca del primer gran local de McDonald´s, en cuyos carteles publicitarios cada día se anunciaba el número de hamburguesas vendidas, y que su familia compró el primer televisor en 1951. "En nuestra casa, la familia siempre se reunía alrededor de la mesa, y las comidas afuera, aunque más no fuesen algunas hamburguesas, sólo tenían lugar de vez en cuando. La influencia del televisor no era tan absorbente como lo es hoy; lamentablemente, en la actualidad los niños y los padres casi nunca comparten la mesa", escribe la señora Clinton.
Será por eso que una de las primeras medidas domésticas que tomó como habitante conyugal de la Casa Blanca fue la construcción, en el segundo piso, de una cocina familiar "donde ella, Bill y Chelsea (la hija de ambos) pudiesen desayunar y cenar tranquilos, como cualquier familia bien constituida y a salvo de las presiones de la vida oficial del presidente y de la primera dama", comentó una integrante de su gabinete más cercano, quien pidió que se mantuviese en reserva su nombre.
Dos de los cocineros oficiales que en algún momento tuvieron a su cargo los menúes y las mesas del presidente y su esposa, Walter Scheib III y Roland Mesnier, apoyan esa idea. "La señora Clinton impuso en las cenas de la Casa Blanca un platillo tan simple como sofisticado. Fue de ella la idea de servir el smoked salmon , una fuente con filetes de salmón ahumado y sazonados con una salsa suavizada de mostaza de Dijon y estragón fresco", contó Roland Mesnier. Por su parte, Walter Scheib III recordó que el trago preferido por la primera dama, y que se sirve en casi todas las recepciones oficiales es el fruit punch , un batido de champagne con jugos de limón, manzana, ananá, damascos y piña, todo mezclado con ginger ale y granadina.
Steven Murray es consultor político y experto en sondeos de opinión. Trabaja en Washington y tiene acceso directo a las oficinas de la Casa Blanca. "Los demócratas queremos que presente su candidatura a senadora por el Estado de Nueva York porque a partir del 2000 quedará vacante el sitio del senador Daniel Patrick Moynihan, de 71 años, y muchos consideramos que ella es la figura más indicada para ganar esas elecciones", dijo Murray.
Las elecciones senatoriales tendrán lugar en noviembre del año próximo, el mismo día que los norteamericanos elegirán al sucesor de Bill Clinton, y pese al hermetismo y a ese cierto aire de despreocupación con que Hillary aparece manejando el tema, en los pasillos más estrechos y reservados del mundo político de Washington no se habla de otra cosa.
Hank Sheinkopf, ex asesor de prensa de la fórmula Clinton-Gore en 1996, sostuvo que "si la señora Clinton se decide a luchar por un puesto en el Senado es seguro que tiene muchas posibilidades de triunfar". Stuart Stevens, ex asesor de Bob Dole en las elecciones primarias de 1996, consideró que "los expertos y los analistas políticos de esta capital aseguran que una candidatura de la señora Clinton sería poco menos que una carta de triunfo demócrata en Nueva York, pero la verdad es que la gente de Washington suele reparar más en los deseos que en la realidad, y es así como muchas veces se equivoca".
Las últimas encuestas sobre intenciones de voto difundidas por la revista Time indican que Hillary recoge el 52 por ciento de las adhesiones, mientras que su principal adversario, el controvertido e histriónico alcalde de la ciudad de Nueva York, el republicano Rudolph "Rudy" Giuliani (el inventor de la teoría policial conocida como "tolerancia cero"), obtiene el 43 por ciento de las simpatías.
La primera dama podría contar con los votos de los negros, de los hispanos, de los inmigrantes nacionalizados en general, y de la comunidad homosexual; también gana la adhesión de las principales organizaciones sindicales y sociales. Para aunar solidaridades, el ex alto funcionario de la Casa Blanca y dirigente demócrata Harold Ickes se reunió hace pocos días con Dennis Rivera, máximo líder local de los empleados de la salud, un sector estratégico en toda contienda electoral neoyorquina.
Gerson Borrero, principal columnista político del periódico El Diario, el primer medio de prensa escrito en español de los Estados Unidos, con una tirada promedio de 75.000 ejemplares, confirmó que, de ser candidata, la señora Clinton contaría con el apoyo de los sectores sociales más necesitados de Nueva York. "Cada día son más los neoyorquinos que acusan a Giuliani de insensibilidad social -especialmente por los abusos que comete la policía- y que por consiguiente no quieren verlo en el Senado; además, casi todos creen aquí que los demócratas tienen ante los inmigrantes una actitud más solidaria que los republicanos, dato que es erróneo porque los procedimientos de inmigración y de ciudadanía se dificultaron y se endurecieron a lo largo de toda la era Clinton", destacó Borrero.
The New York Times ya dijo que una puja electoral entre Hillary Clinton y Rudy Giuliani podría convertirse en el enfrentamiento público más atractivo y jugoso después del que Mohamed Alí y Joe Frazier protagonizaron en 1971, en el Madison Square Garden, por el título mundial de todos los pesos. Sin embargo, para Mitchell Moss, politicólogo de la New York University, ese espectáculo sólo sería posible si la contrincante de la señora Clinton fuese la mismísima Monica Lewinsky.
"Monica, quien por primera vez se acercó al presidente Clinton para pedirle un puesto de trabajo, podría descubrir ahora que su nuevo empleo está en el Senado, como representante del Estado de Nueva York. La Lewinsky reúne los requisitos indispensables para ocupar ese cargo -tiene capacidad para recaudar fondos y sabe cómo moverse entre políticos y periodistas- y podría contar con el apoyo de muchos jóvenes, esos integrantes de la llamada Generación X, que muy poco creen en la actividad política y en sus protagonistas", sostuvo Moss con un toque de ironía.
Nada de todo esto les quita el sueño a los seguidores de la primera dama. "Si Hillary Clinton decide presentarse a elecciones por una banca en el Senado y todo se desenvuelve como los demócratas y muchos norteamericanos esperamos, la carrera política de la actual primera dama puede ser estelar, incluso en el 2004 o en el 2008 podría convertirse en la primera mujer presidenta de los Estados Unidos", sentenció Steven Murray.