El truco kirchnerista parece estar acabando
El país se encamina a un desequilibrio muy peligroso, causado por la irresponsabilidad del gobierno. Sus ansias por remontar la derrota en las elecciones de septiembre están rifando el futuro de Argentina.
Con una emisión récord, montaron un festival monetario. El peso se evapora en los bolsillos de la gente y de nada servirá esa dádiva. Poner “platita” en los bolsillos, imprimir billetes sin respaldo en un crecimiento real, solo destruirá el valor de la plata que tiene la ciudadanía.
El truco kirchnerista parece estar acabando. Las elecciones generales de noviembre abren una ventana única para el futuro argentino. Si se confirma una votación pasada, el peronismo deberá hacerse cargo de una vez por todas de los problemas que genera su política.
Los subsidios a la energía, el cepo, la prohibición de exportaciones, la altísima pobreza, son cuestiones que no pueden esperar. El gobierno solo los tapa, como una olla a presión. Cuando ceda, y en algún momento va a ceder, será gravísimo. Es preciso que sea esta gestión la que empiece a desarmar la bomba que ha diseñado, y no esperar a que todo explote en 2024.
El rol de la oposición en esta etapa es claro. A la falta de educación debemos oponer una educación de calidad. Frente al clientelismo que desprecia la dignidad de las personas, debemos mostrar que solo el trabajo conduce al progreso y que el crecimiento no es mágico, sino el fruto del esfuerzo. Ante la casta peronista que se vacuna primero, debemos liderar con el ejemplo porque creemos en un país sin privilegios.
Argentina necesita un acuerdo, lo he dicho en muchas oportunidades. Pero antes del acuerdo se necesita una mayoría clara que quiera ir en la dirección correcta. Solo así podremos generar un acuerdo claro y sustentable, que siente las bases por los próximos 20 años.
Por eso es fundamental que la oposición gane la elección en forma clara, provincia por provincia. Solo así se podrá plantear una agenda de cambios reales en los próximos dos años. De este gobierno es difícil esperar algo, pero un triunfo opositor permitirá a quien a gobierne a partir de 2024 contar con una base más sólida.
La situación es dramática. Cuatro de cada 10 argentinos son pobres. Uno de cada dos menores son pobres y el gobierno reacciona echando nafta al fuego: tensiones políticas en la cúpula, brujería económica en la gestión, desprecio moral por los votantes. Llegó el momento en que la gente empezó a decirles basta.
Presidente del Comité Nacional de la UCR; exgobernador de Mendoza