El triste romance entre una persona y un bot
¿Alguna vez se enamoraron de un robot? No es una cosa imposible: un estudio realizado por la Universidad de Arizona descubrió que el 23,4 % de los perfiles de Tinder –la aplicación online de citas- son perfiles falsos y corresponden a bots, programas informáticos que imitan el comportamiento humano.
Estos perfiles falsos, estos algoritmos encantadores se meten en Tinder para encontrarse con personas reales y obtener datos como sus números de tarjeta de crédito. Se puede reconocer a un perfil falso por su perfil en Facebook: tienen una media de sesenta contactos y su biografía incluye el nombre de su escuela, su trabajo y cuatro imágenes extraídas de Google.
El plan de seducción incluye un saludo, un convite a conversar en otra plataforma y el llamado a dirigirse a una dirección en la Web donde la persona seducida revela sus datos. Hasta aquí el triste romance entre el algoritmo y el humano, pero, ¿qué sucede cuando un bot se encuentra con otro bot? ¿Se mentirán interés? ¿Se harán invitaciones a sus departamentos virtuales? ¿Es posible el amor entre dos perfiles falsos de Internet?