El tiempo de los punteros digitales
Como si fuera un observador sin responsabilidades de lo que ha pasado en los últimos años en la Argentina, un barón del conurbano ultrakirchnerista, con camisa de seda y bien perfumado, cuenta que ha empezado a sentir "olor a pobre" en sus últimas visitas a los barrios más humildes de su populoso municipio. La caracterización incomoda a uno de sus colegas peronistas que lo escucha, pero no se inmuta. Lo dice para castigar al gobierno de Mauricio Macri y señalar que es allí, en las polvorientas calles del conurbano profundo, donde más se siente el castigo de la recesión, el lugar en el que se definirá la reelección del Gobierno o el regreso de Cristina Kirchner .
En tiempos de campaña, a esos confines bonaerenses se llega con acción territorial a través de militantes y referentes sociales, pero también a través de las redes sociales instaladas en los teléfonos celulares. Este es el otro terreno donde se dirimirá la contienda. Hay que tener punteros digitales, señalan los operadores que arman por estas horas los equipos para el año próximo.
La batalla por el voto será cuerpo a cuerpo, en las calles, en los barrios y en los grupos de amigos. Pero sobre todo será intensamente digital, coinciden en Cambiemos, en el kirchnerismo y en el massismo, el exponente que hoy aparece mejor plantado en el peronismo federal, que pretende quebrar la polarización que se vislumbra.
En la elección que viene, la novedad será el uso del WhatsApp. Todos los centros de estrategia están estudiando lo que pasó en Brasil en la campaña que catapultó a Jair Bolsonaro a la presidencia, donde WhatsApp fue una de las claves para su triunfo. El equipo de Marcos Peña , jefe de Gabinete de Macri y jefe de campaña de Cambiemos, ya ha hecho pruebas, aunque prevalece la cautela sobre la intensidad de su utilización, porque su uso masivo puede resultar invasivo y contraproducente. Para el oficialismo, Facebook seguirá siendo fundamental, sobre todo por la segmentación y geolocalización de los mensajes. Y esto es a lo que le teme la oposición kirchnerista.
Hay datos que por conocidos no dejan de ser sorprendentes sobre el impacto de las redes en la Argentina. Hay 34 millones de cuentas de Facebook y 14 millones de Instagram. Están en uso cerca de 40 millones de teléfonos celulares inteligentes y en un alto porcentaje tienen instaladas las aplicaciones de las redes sociales más populares, como Facebook e Instagram. Pero casi todos cuentan con WhatsApp. Ese sistema de mensajería permite un vínculo más directo, pero puede dejar de ser un vehículo exitoso si no se identifica al remitente y el bombardeo de información se transforma en una molestia para quien recibe publicidad que no espera. Por eso, el armado de redes a partir de grupos de amigos y de afinidad será central: los mensajes tienen que llegar de alguien de un círculo de conocidos.
Para ese fin también, las bases de datos cotizan alto. Después del caso de los cuadernos de la corrupción no hay aportante que esté dispuesto a financiar campañas como antes, fogoneadas con abundante dinero negro. Esta campaña se pagará en especies: en vez de fondos se aportan bases de datos y usuarios de redes de bancos, tarjetas de crédito y obras sociales. Por izquierda, claro está. "Como autoridad de protección de datos, tenemos que estar atentos a cualquier denuncia que nos pudiera llegar que impute la utilización de datos personales fuera de los tratamientos que autoriza la ley", advirtió a LA NACION Eduardo Bertoni, titular de la Agencia de Acceso a la Información Pública.
Para la provincia de Buenos Aires, el territorio más codiciado y donde se juega la reelección de Macri y de María Eugenia Vidal , en Cambiemos están pensando en una Campaña 360°, con el foco puesto en las obras públicas y la lucha contra las mafias, el narcotráfico y la corrupción, más un trabajo territorial intenso a partir de los estudios del sociólogo español Roberto Zapata y los contenidos de Santiago Nieto, del equipo de Jaime Durán Barba . Para Federico Salvai , jefe de Gabinete de Vidal y cabeza de la campaña, Facebook seguirá siendo la mejor herramienta en 2019. En el kirchnerismo reconocen que allí el oficialismo tiene ventaja. Vidal, indican, puede llegar con un video a un usuario de Facebook para decirle que gracias al asfalto que el gobierno bonaerense hizo a una cuadra de su casa puede salir del barrio a trabajar sin problemas cuando llueve. La disputa de los votos también se dará en la segmentación y la geolocalización de la campaña.
En la oposición acuerdan que Cambiemos está adelante por varios cuerpos en el manejo de la comunicación política y en el uso de las redes. Pero el contexto económico y social con el que se ingresa al año electoral es bien diferente al de 2015 y 2017.
El Gobierno tiene la botonera y la caja del Estado, pero ¿cuánta mística conserva hoy el macrismo para mantenerse en el poder? Tres años atrás, cuando el país abrazó el mensaje del cambio había gente enamorada de Macri. Cuando faltan 10 meses para las elecciones presidenciales y con Cristina Kirchner instalada como candidata de la oposición, la pregunta es si en 2015 se enamoraron de Macri o se abrazaron al líder de Cambiemos por cansancio momentáneo del kirchnerismo. La definición del voto, como siempre lo ha sido, será otra vez emocional y frente a eso las herramientas con que se cuente tendrán un peso relativo.