El tiempo apremia en el sector energético
Las importaciones energéticas argentinas, que básicamente están compuestas por gas natural (desde Bolivia y como gas natural licuado), gasoil y fueloil, en 2011 superaron los 9300 millones de u$s y crecieron un 110 % con respecto al año anterior. Ese monto y esa dinámica de crecimiento interanual son sencillamente insostenibles para nuestra economía. En conjunto, con el monto y el explosivo crecimiento interanual de los subsidios presupuestarios de origen energético (subsidios a los combustibles para transporte, subsidios a la generación de energía eléctrica y las inversiones directas realizadas por el estado en el sector energético) son los elementos de insostenibilidad que muestran el fracaso - todavía no reconocido explícitamente- de la política energética oficial.
Las exportaciones energéticas de 2011 constituidas por petróleo crudo, cortes de naftas, propano y biocombustibles ascendieron a 6466 millones de u$s y tuvieron un leve un descenso respecto al año anterior, impulsado por una fuerte disminución de las cantidades exportadas.
En el primer cuatrimestre de 2012, las importaciones continúan en ascenso. Los valores oficiales a abril muestran un crecimiento acumulado del 12% respecto al primer cuatrimestre del año anterior. Pero en el mes de abril, con los primeros fríos, el incremento respecto al año anterior ha sido un 46 %. Las exportaciones energéticas, por su parte, en el primer cuatrimestre de 2012, presentan un crecimiento menor al crecimiento de las importaciones.
Las exportaciones energéticas,en el primer cuatrimestre de 2012, presentan un crecimiento menor al crecimiento de las importaciones
La diferencia entre el valor de las importaciones energéticas de ritmo – hasta ahora – fuertemente creciente y el valor de las exportaciones de ritmo decreciente - o sea el saldo de la balanza comercial energética- es el que marca de ahora en más nuestra insostenibilidad, o sea el drama gubernamental de imaginar día a día la forma de generar los dólares para pagar -al contado- las importaciones sin las cuales el país se para.
Naturalmente la gran incógnita está en el valor que tomará el crecimiento de las importaciones a lo largo del año. No es fácil predecirlo porque ello depende de muchas variables: 1) la producción nacional hidrocarburos (la oferta); 2) el crecimiento de la demanda interna; 3) los precios del crudo y el gas natural en el mercado internacional; 4) y otras variables aleatorias como por ejemplo el clima y la disponibilidad de agua para la generación – proporcionalmente cada vez menor – de la energía hidroeléctrica. Las dos últimas son variables de difícil predicción y no sujetas a nuestro control.
Naturalmente la gran incógnita está en el valor que tomará el crecimiento de las importaciones a lo largo del año
Respecto a la producción nacional de hidrocarburos, digamos que la producción sigue a abril de 2012 en declinación. La producción de petróleo muestra una caída – acumulada año móvil- del 4,5% anual y la de gas natural del 1,96% anual. El nuevo CEO de YPF ha hecho un discurso optimista respecto al futuro, pero por ahora es sólo un discurso y no un plan. Nada se sabe en cambio del conjunto "de petroleras NO YPF" que representa el 70% de la producción argentina.
En cuanto a la demanda hay indicios serios de "freno" (caída de la demanda anual de gas oil, disminución del ritmo del crecimiento de la demanda de naftas y una fuerte atenuación del ritmo de crecimiento la demanda eléctrica). Dejo para los economistas la interpretación de estas tendencias conjuntas en su relación con el crecimiento del resto de la economía. No obstante esta situación, se verifica en mayo y lo que va de junio del año en curso un fuerte crecimiento del consumo de combustibles importados respecto al año anterior, fundamentalmente en los rubros gas natural de Bolivia y gas natural licuado y un volumen similar del consumo de fueloil.
A la Argentina siempre le sobró crudo. Si la cifra se incrementó, puede atribuirse a los desajustes de la demanda interna.
En resumen: de cómo se comporten en la realidad las variables mencionadas tendremos la situación real del sector, pero algo es seguro: el tiempo apremia y no hay ya demasiado tiempo.
La Argentina viene disminuyendo su producción petrolera en forma ininterrumpida desde 1998. En ese año, se exportaban unos 18 millones de m3 de petróleo por año y el resto se procesaba en el parque de refinerías nacionales para producir los derivados que requería el abastecimiento el mercado interno. La reducción de la producción de crudo se tradujo en una disminución constante del saldo exportable de crudo a lo largo de todo este período: en el año 2011 el valor de las exportaciones de crudo alcanzaron los 2200 millones de u$s lo que implica un volumen exportado superior a los 3,5 millones de m3 en el año. En el primer cuatrimestre de 2012 se verifica un incremento en la cantidad exportada de crudo, lo que puede estar en relación con la menor demanda de derivados en el mercado interno. A la Argentina siempre le sobró crudo. Si la cifra se incrementó, puede atribuirse a los desajustes de la demanda interna.