El retorno a la normalidad: ¿estamos realmente listos?
Después de los cambios radicales que el Covid-19 impuso en nuestras vidas, el momento de retomar al menos algunas de nuestras actividades de manera regular parecen inminente. Poco a poco, más actividades están exceptuadas, se permiten nuevos contactos y la vuelta a la oficina parece estar, al menos para algunos de nosotros, cada vez más cercana a la realidad.
Si bien en algunos casos se pretende sin más que retomemos estas actividades, lo cierto es que la mayoría de nosotros ya no somos los mismos. El paso por el aislamiento y el impacto del Covid en nuestras vidas, sin duda ha dejado su marca en nuestra manera de funcionar. Ha cambiado nuestra forma de trabajar, de relacionarnos y ha introducido nuevas variables en nuestra mente. Nos adaptamos, aprendimos. Pero también desarrollamos nuevas alarmas y alertas, tenemos miedos que antes no teníamos: miedo a contagiarnos, miedo a contagiar, miedo a no poder volver a la antigua forma de funcionar. ¿Cómo será este nuevo escenario? ¿Cómo tenemos que prepararnos para esta nueva realidad?
En el advenimiento de esta nueva etapa, la incertidumbre sigue siendo la constante. ¿Qué medidas sanitarias debiéramos tomar? ¿Qué cuidados debemos tener al volver a casa? ¿Cómo reorganizar el trabajo si los chicos siguen en casa? ¿Cómo prepararnos para la nueva modificación que nos impone la vuelta a la normalidad?
Desarrollamos nuevas alarmas y alertas, tenemos miedos que antes no teníamos: miedo a contagiarnos, miedo a contagiar, miedo a no poder volver a la antigua forma de funcionar
El cerebro está preparado para adaptarse a los cambios, pero los cambios son muchos y se nos han impuesto en muy poco tiempo. La vuelta a normalidad es una nueva fuente de estrés y tiene que ser reconocida como tal.
Las personas y organizaciones deben dedicar tiempo y esfuerzos para prepararse para esta nueva etapa, que auguramos tampoco va a ser fácil. No es solo el tomar las medidas sanitarias vigentes y necesarias, sino también entender que quienes vuelven al trabajo ya no son los mismos y que el capital humano y mental de las organizaciones no se presenta sin modificar. Ha aprendido nuevas herramientas, pero también tiene nuevas preocupaciones y alertas. También probablemente se encuentre cansado de adaptarse y probablemente haya cierta resistencia a volver a cambiar. Viejas costumbres tendrán que ser evitadas, nuevas costumbres tendrán que ser adoptadas. ¿Estamos preparados para esta nueva realidad?
No es solo el tomar las medidas sanitarias vigentes y necesarias, sino también entender que quienes vuelven al trabajo ya no son los mismos y que el capital humano y mental de las organizaciones no se presenta sin modificar
Enfrentar los miedos no es fácil, generar nuevos hábitos tampoco lo es. Pero la ciencia tiene algo que aportar en este aspecto. Son numerosos los estudios que prueban la eficacia de ciertas técnicas de regulación emocional, de detección de sesgos o pensamientos disfuncionales que puedan afectar este proceso de vuelta a la normalidad. También existe evidencia de lo difícil que es cambiar ciertos hábitos y cómo pueden generarse hábitos nuevos que se ajusten a la realidad actual.
Sin duda, las personas son el mayor recurso de cualquier organización. Aquellas empresas que entiendan que este proceso tampoco va a ser fácil y les brinden a sus colaboradores estrategias basadas en la ciencia para lidiar con él, sin duda se beneficiarán y potenciarán la funcionalidad de esta nueva normalidad.
Coordinadora Científica de Fundación INECO, miembro de INECO-Organizaciones