El Reino Unido y la Argentina, historia y futuro en común
Estoy muy complacido de llegar mañana a Buenos Aires en el marco de la presidencia argentina del G-20, concretando la primera visita de un canciller británico a la Argentina en más de 20 años. El Reino Unido y la Argentina tienen una larga historia en común. En todas partes vemos ejemplos de ello: desde el fútbol y el desarrollo de los ferrocarriles hasta las influencias de Borges y los galeses que viven en la Patagonia. Caracterizar a nuestros países como hermanos puede ser un poco exagerado, pero podemos decir que somos al menos primos. Y nos encontramos ahora en un momento crucial en el que tal vez nunca haya sido más importante contar con un sistema internacional basado en normas establecidas y acordadas.
Para su período a cargo de la presidencia del G-20, la Argentina ha elaborado una ambiciosa agenda que se centra en los desafíos que todos enfrentamos. Cada uno de ellos exige una solución que solo podremos hallar trabajando juntos. Vamos a buscar la forma de lograr que las generaciones futuras tengan las capacidades necesarias para aprovechar las nuevas tecnologías de modo tal que nadie se quede atrás. Vamos a trabajar juntos con el objeto de erradicar de nuestras economías el trabajo forzado y la esclavitud moderna, a promover el empoderamiento económico de la mujer y combatir la desigualdad de género. Vamos a buscar la forma de atraer más inversiones en aquella infraestructura de la cual dependemos en nuestra vida cotidiana. Nuestra intención es asegurarnos de que la economía global les sirva a todos.
Considero que a lo largo del año, la Argentina y el Reino Unido podrán contribuir juntos a impulsar avances significativos en estas áreas. Gran parte de nuestro diálogo permitirá ampliar la agenda de cooperación bilateral entre nuestros dos países para los años venideros. Y ya hemos logrado importantes avances en la promoción de los valores que compartimos. Estamos trabajando juntos para incrementar la cooperación en las áreas de comercio e inversión, lazos culturales, lucha contra la corrupción y el crimen organizado, y en los vínculos en materia de ciencia y tecnología.
El Reino Unido continuará apoyando y acompañando como socio a la Argentina en estos esfuerzos, respaldando, entre otras cosas, su candidatura a miembro de la OCDE una vez que se cumpla con las reformas y los requisitos de membresía, así como también la reciente decisión de iniciar un diálogo con el Fondo Monetario Internacional, para fortalecer la economía argentina y asegurar la estabilidad del mercado.
Expertos británicos han dictado en la Argentina cursos de capacitación para jueces, fiscales y funcionarios de cumplimiento de normas dedicados a la lucha contra el cohecho y la corrupción. Hemos intercambiado información y experiencias vinculadas a la lucha contra el crimen organizado internacional. Y, durante mi visita, vamos a culminar un acuerdo para cooperar en el área de la seguridad. Tener instituciones sólidas es la base irreductible del desarrollo sustentable y equitativo, y de la prosperidad. Las arraigadas tradiciones británicas de control parlamentario, independencia del Poder Judicial y prensa incondicionalmente libre hacen que tengamos un gran cúmulo de experiencia para compartir.
Asimismo, hemos apoyado a científicos y estudiantes de ambos países dedicados a temas tan diversos como nanotecnología, biodiversidad y desarrollo de fármacos.
De modo que somos socios naturales en numerosos aspectos. La otra cara de una relación tan arraigada y compleja es que también presenta áreas de discrepancia. Como ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, respeto y defiendo los derechos de los habitantes de las Islas Falkland [N. de la R.: denominación británica de las Islas Malvinas]. Pero creo firmemente que en los últimos meses hemos comprobado el enorme valor del trabajo conjunto en cuestiones humanitarias, en aquellos desafíos que nos afectan independientemente de la nacionalidad, las opiniones o las creencias.
Cuando desapareció el ARA San Juan, en noviembre del año pasado, me sentí orgulloso de que la Marina Real y la Fuerza Aérea Real británicas estuvieran entre los primeros en ofrecer ayuda en la búsqueda de los colegas que se hallaban en situación de peligro en el mar. Es una gran tragedia que aquellos submarinistas argentinos nunca hayan regresado a puerto. Nuestros pensamientos están con sus seres queridos.
En marzo de este año, después de más de un año de trabajo por parte de expertos forenses, 90 familias pudieron ver nombres en las lápidas que marcan el lugar donde descansan los restos de sus respectivos hijos, hermanos y padres, dentro del cementerio argentino de Darwin. Creemos firmemente que todos los veteranos y familiares y todos aquellos que perdieron la vida durante el conflicto merecen nuestro respeto y un trato digno.
Tenemos una historia en común, valores compartidos y respeto por nuestras diferencias. Debemos reconocer los considerables avances que hemos logrado en los últimos meses. Y debemos ser optimistas de cara al futuro. En el marco de nuestro proceso de salida de la Unión Europea, mi mensaje es que el Reino Unido está abierto a los negocios y al comercio, y fervorosamente entusiasmado con la idea de revitalizar los lazos comerciales que en otra época se entrecruzaban a lo largo y a lo ancho del globo.
La era dorada de las relaciones entre el Reino Unido y la Argentina tal vez parezcan de un pasado muy lejano, pero si bien las llamas pueden haberse atenuado, nosotros estamos listos con el fuelle -como nuestros antepasados ferroviarios- para reavivar ese fuego en aras de la prosperidad de nuestros dos grandes países.
Ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte
Boris Johnson