El próximo presidente ya está condicionado en el frente externo
El condicionamiento más visible para el nuevo gobierno es que desde el 31 de diciembre se deberá abandonar el proteccionismo comercial
Sea quien fuere el candidato presidencial que gane las elecciones, el próximo jefe de Estado de la Argentina ya está condicionado en el plano internacional desde estos momentos por diversos factores que se sucedieron en los últimos días.
El condicionamiento más visible para el nuevo gobierno se conoció anteayer con el fallo de la OMC. Desde el 31 de diciembre próximo la Argentina deberá abandonar el esquema excesivamente proteccionista que acuñó el kirchnerismo durante 12 años y tendrá que adecuar a la normativa internacional las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI), al mismo tiempo que eliminar otras restricciones no escritas relacionadas al comercio exterior: llámese la obligatoriedad de reinvertir las ganancias, la imposibilidad de girar dividendos al exterior o establecer mecanismos abusivos de licencias no automáticas.
La idea de abrir el grifo al mercado internacional estaba en la cabeza y en los equipos de trabajo de Daniel Scioli,Sergio Massa o Mauricio Macri. Pero nadie imaginó en sus planes tener que tomar estas medidas de un día para el otro. Se pensaba hacerlo de manera gradual. El nuevo presidente deberá adecuarse apenas 15 días después de asumir su mandato si no quiere pagar con el costo de una sanción de cualquiera de los 42 países que ganaron la pulseada en la OMC. No habrá vuelta atrás o gradualismo posible.
"La apertura va a generar confianza en la Argentina y eso es beneficioso para ustedes ya que es una gran noticia", expresó ayer a LA NACION el embajador de un país asiático que lleva varios años trasladando quejas a la Cancillería por el cierre de las importaciones que sufren las empresas de su país.
"La apertura va a generar confianza en la Argentina y eso es beneficioso para ustedes ya que es una gran noticia", expresó ayer a LA NACION el embajador de un país asiático que lleva varios años trasladando quejas a la Cancillería por el cierre de las importaciones que sufren las empresas de su país.
Claro que toda esta apertura del comercio exterior será buena noticia si la medida está acompañada por una serie de otros factores que ayuden a motorizar a una economía alicaída. Pero nada será sencillo. O en palabras del ex embajador argentino en Estados Unidos José Octavio Bordón: "Se necesitará de un gran ejército de arquitectos e ingenieros de la política" para enfrentar los condicionamientos externos que tendrá el nuevo presidente.
"El gran problema para la Argentina será desmantelar todo el andamiaje restrictivo que se usó hasta ahora para poner en marcha un nuevo esquema de atracción genuina de inversiones y comercio exterior real", comentó ayer a LA NACION Marcelo Elizondo, de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales al evaluar el impacto del fallo de la OMC.
Sin embargo, el cambio en la política de comercio exterior que se verá obligado a tomar el nuevo gobierno no es el único factor condicionante que se desató en los últimos días. Hay otras variables que se le agregarán el 10 de diciembre al nuevo jefe de Estado:
- 1- Los acuerdos en materia nuclear: la semana pasada visitaron muy secretamente la Argentina las autoridades de la estatal rusa Rosatom y avanzaron en un importante acuerdo para la construcción de la sexta central nuclear. Ya está casi cerrado el memorándum de entendimiento que se pondrá en práctica con el nuevo gobierno. "Es un acuerdo beneficioso para ambos países", resumió un diplomático ruso desde Moscú. Pero nadie sabe los alcances y el impacto que tendrá este ni otros acuerdos sellados por la Argentina con Rusia o con China. El senador Fernando Pino Solanas viene reclamando "el fin del secretismo" en la Argentina y denunció que Rusia y China ya firmaron 60 acuerdos secretos con Cristina Kirchner que sólo conocerá el nuevo presidente una vez que llegue a la Casa Rosada.
- 2- El reciente acuerdo nuclear entre la Irán y las grandes potencias abrió la puerta para que Teherán avale el polémico memorándum sellado con la Argentina por la causa AMIA siempre y cuando la justicia argentina determine si ese acuerdo es constitucional o no. De cualquier manera, más allá de la maraña judicial que se abrió en la Cámara de Casación Penal con el avance kirchnerista para forzar la constitucionalidad de ese acuerdo, lo más probable es que el problema lo tenga que desactivar el próximo presidente: ya sea para anular el acuerdo o para justificar por qué no quiere avanzar.
- 3- Bolivia ingresará al Mercosur este fin de semana luego de la cumbre de presidentes del bloque regional que se hará en Brasilia. Así, el nuevo presidente argentino deberá lidiar en adelante con un Mercosur cada vez más ideologizado o bolivariano aunque ajeno a los objetivos de un bloque comercial y político sólido como ocurre con la Unión Europea. "La incersión de Bolivia como miembro pleno del Mercosur sumará más política y menos resoluciones económicas al bloque", comento a LA NACION un destacado embajador vecino.
- 4- La Cancillería está cerrando en estos días un ambicioso llamado a concurso de funcionarios para sumar 755 empleados de planta permanente al Ministerio de Relaciones Exteriores. "Hay un buen peso de camporistas en todos los llamados", sintetizó un embajador de carrera de la Cancillería en referencia a los jóvenes kirchneristas que coparán desde el 10 de diciembre los pasillos y oficinas del Palacio San Martín.
- 5- Varios referentes de política exterior de los candidatos presidenciales advirtieron recientemente que la Argentina deberá enfrentar desde el año que viene una veintena de juicios en el CIADI que se remontan a las épocas de Néstor Kirchner en su fase de apogeo nacional y popular. A ello se le deberá sumar el pago de vencimientos de la deuda externa de 2016 que no son menores, el conflicto con los fondos buitre y el pago al Club de Paris.
No serán días pasivos para el nuevo presidente, se sabe. "Habrá que imponer un nuevo decálogo de propuestas para una política exterior que relance al país", sintetizó un embajador argentino con genuino ánimo esperanzador. Lo que sobra es optimismo para algunos candidatos, pero les faltan ideas para encarar un gobierno, que asumirá maniatado en muchos aspectos de la política exterior. El frente externo ya estará condicionado para cuando el nuevo presidente se siente a disfrutar del poder en la Casa Rosada.