El pasado y sus visiones del futuro
Sobre Cuando la ciencia despertaba fantasías, de Soledad Quereilhac
En enero de 1904, La Nacion publicaba un artículo titulado "Progresos de los que será testigo nuestro siglo", que prometía, conjugando asombro y certeza: "nadie puede seguramente poner en duda que este siglo en que estamos va a ser testigo de muchos adelantos y mejoras, especialmente en materia de comodidades para la vida". Esa visión de futuro hiperoptimista, sustentada en las novedades que la ciencia de comienzos del siglo XX ofrecía día a día, es uno de los núcleos de sentido de Cuando la ciencia despertaba fantasías. Prensa, literatura y ocultismo en la Argentina de entresiglos, de Soledad Quereilhac.
Investigadora del Conicet y profesora en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, Quereilhac es representante de una generación que combina la investigación rigurosa en archivos y bibliotecas con el atrevimiento para desarrollar una lectura propia de la historia. Y para elegir temas que atraviesan distintos ámbitos, devolviendo al análisis de la cultura una capacidad explicativa que la parcelación disciplinaria le escamotea. Ciencia, pseudociencias, periodismo y literatura son las esferas que este libro vincula, en una lectura que muestra "la amplia gama de grises que abarcaba el adjetivo ‘científico’ en los años de entresiglos".
El libro tiene tres momentos. El primero está dedicado al periodismo de temática científica o paracientífica en la prensa porteña. Esta elección se vincula con el origen de la investigación: la inquietud que le provocó a Quereilhac una columna del crítico y poeta Alfredo Veiravé, sobre las coincidencias del cuento "El almohadón de plumas", de Horacio Quiroga (1907), con una nota breve, titulada "Un caso raro" y publicada en La Prensa casi treinta años antes, sobre una nena que había padecido el ataque de un "bicho" que habitaba en su almohada. En esa "confluencia de argumentos" la autora encontró no sólo la motivación sino también, se diría, una suerte de brújula que le permitió navegar entre distintas aguas.
El segundo momento está dedicado a tres sistemas de creencias que se situaron deliberadamente en los límites de la ciencia de la época: el espiritismo moderno, el magnetismo animal y la teosofía, que llegaban a Buenos Aires desde las grandes capitales del mundo.
El espiritismo buscaba probar la posibilidad de establecer contacto con un cierto más allá espiritual. Si bien estas prácticas estaban fuera de la ciencia institucional, esas capacidades fueron testeadas seriamente por comisiones ad hoc en Estados Unidos, en Gran Bretaña, en Francia, dejando en evidencia, para Quereilhac, que las enormes expectativas promovidas por la ciencia excedían largamente sus límites.
Algo similar ocurrió con el magnetismo animal, que postulaba la existencia de un "fluido sutil" que vinculaba a los seres humanos y sobre el que un iniciado podía actuar para, por ejemplo, curar enfermedades, aunque, en este caso, fueron los propios practicantes quienes se preocuparon por diseñar experimentos para probar sus teorías, que difundían en publicaciones propias.
La teosofía, en cambio, se apoyaba no sólo en la ciencia sino también en la religión, sobre todo las provenientes de la India. Es, quizá, la más estudiada, por la amplitud de su despliegue en el mundo (tenía filiales en Estados Unidos, en Europa, en India, en América Latina), la complejidad de su pensamiento y su impacto en la intelectualidad; como aquí, en la obra de Leopoldo Lugones.
Finalmente, el tercer momento es el literario. Quereilhac despliega sus habilidades críticas revisando un género que denomina "fantasía científica", para darle cierta especificidad frente al de "ciencia ficción", en la obra de Lugones, de Eduardo L. Holmberg, del menos estudiado Atilio Chiappori y de su adorado Quiroga. Sobre sus hallazgos, que articulan y dan sentido al recorrido previo, baste decir que despiertan las ganas por releer y leer, por igual, a famosos y a olvidados.
CUANDO LA CIENCIA DESPERTABA FANTASÍAS
Soledad Quereilhac
Siglo XXI
301 páginas, $ 290