El país, en el sistema internacional
Con independencia de cualquier debate retórico, son las acciones -con su insuperable certeza- las que finalmente les dan contenido a las palabras.
Nuestro país es reconocido en el mundo por su compromiso con los derechos humanos y por el aporte que, fundamentalmente desde nuestro regreso a la democracia en 1983, brinda al sistema internacional de derechos humanos.
En cada informe, en cada reunión de trabajo, reconocemos la importancia de las estructuras internacionales tomando positivamente las recomendaciones y observaciones, sabiendo que, más allá de las tensiones que se presentan, se repite el espíritu de la búsqueda del mejoramiento de nuestra sociedad. Como gobierno, estamos convencidos de que esto debe ser así.
Es por ello que en toda oportunidad que se nos convoque, acudimos a dar nuestras respuestas, a explicar y a recoger las miradas del mundo que nos ayuden a gestionar con un amplio criterio de equidad. Esto es así, porque los derechos humanos con su agenda ampliada, que integra la memoria y la búsqueda de la verdad y el alcance de la justicia, y el pleno despliegue de los derechos económicos culturales y sociales, son política de Estado, y porque la Argentina para lograr su desarrollo pleno requiere de su inserción en el mundo, tomando modelos, incorporando experiencias y ocupando siempre los lugares que le corresponden también en los organismos internacionales, sin censuras ni silencios.
En estos días, estamos dando pasos gigantes que dan cuenta de esto. Hemos estado en Ginebra explicando nuestra decisión y los pasos dados para la creación del Mecanismo Nacional contra la Tortura, exigido por ONU desde 2012; hemos recibido al Grupo de Trabajo sobre Prisiones Arbitrarias que desde 2007 solicitaba venir a nuestro país sin suerte; hemos brindado nuestra casa para que la CIDH desarrolle por vez primera sus sesiones extraordinarias aquí. Por estos días, comienzan las sesiones de la Reunión de Altas Autoridades en Derechos Humanos y Cancillerías del Mercosur y Estados Asociados (Raadh), las cuales presidimos en nuestro carácter de presidente pro témpore del Mercosur, así como encabezamos en Santa Cruz de la Sierra una nueva sesión de la Red Iberoamericana de Organismos y Organizaciones Contra la Discriminación, a través del Inadi y la Defensoría del Pueblo de la ciudad de Buenos Aires.
Como estamos comprometidos con el respeto de los derechos humanos en todos los ámbitos, recibimos también a parlamentarios de Venezuela para interiorizarnos de la dramática situación que se vive en ese país, en estas horas. Los derechos humanos no tienen bandera ni nación, pertenecen a la humanidad, a las personas que los llevan en sus corazones, incluso desde mucho antes de que se escribiera la primera declaración en ese sentido, en 1948.
Tenemos la mano abierta al resto de los países del mundo, respetamos y sostenemos a sus instituciones, queremos un diálogo amplio y sincero con todas las naciones y en todas las instancias. Estamos encarando un cambio de paradigma en derechos humanos. Esa es nuestra propuesta. Y la estamos aplicando, con nuestra palabra, pero mucho más con nuestros hechos.
Secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación