El oro de las palabras
Sobre Andanzas mineras II, de Jorge Leónidas Escudero
Hace años que Jorge Leónidas Escudero dejó de ser un secreto para la poesía argentina. Desde aquel lejano número de la revista La danza del ratón, cuando por primera vez fueron publicados sus poemas en Buenos Aires, hasta el presente, el poeta nacido en San Juan en 1920 publicó más de diez libros, vio editada su obra completa, recibió la Primera Mención del Premio Nacional de Poesía en 2011, y sobre todo, pasó a ser reconocido como un maestro por sus pares y lectores.
El "caso" poético que ha dejado de serlo pertenece ya a la tradición. Como ha ocurrido con otros autores (Aldo Oliva y Roberto Raschella, para dar dos ejemplos notables), Escudero es un poeta cuya obra, descentrada, construida por fuera de tendencias hegemónicas o escuelas literarias, ha cobrado un peso propio a través de la contundencia de su voz. Claro que el lado excéntrico de Escudero, el elemento central que constituye su leyenda, tiene también su atractivo: el hombre ha dedicado buena parte de su vida a la búsqueda del oro, ha sido un minero a pequeña escala, un buscador de riqueza a la manera de los perseguidores de la fiebre, ha ejercido menos un oficio que un programa vital. Como la ruleta, otra de sus pasiones, la quimera del oro en Escudero es el lance que le hace al destino y que éste le devuelve a manos llenas con la fortuna multiplicada en sus poemas.
Andanzas mineras II es la recopilación de todos los poemas de Escudero dedicados a esa búsqueda, y viene a remediar una falta. Como lo explica el editor en el prólogo, hubo una primera edición de este libro que tuvo una circulación fallida. Esta nueva versión contiene además treinta y tres poemas que no estaban en la primera, de los cuales doce eran inéditos hasta aquí.
Si bien la mayoría de estos poemas se encuentra en la obra reunida, la lectura unitaria que propone el libro produce un efecto singular: como la voz del poeta, el lector se siente a la intemperie, recorre junto a él los paisajes de montaña, los caminos desiertos, rancheríos y boliches; en su andar le salen al paso fantasmas y aparecidos, los compañeros de aventura y el recuerdo de los muertos; animales y plantas que forman el entorno, leyendas, mitos y narraciones que se hacen presencia real en el poema. El oro está en la piedra, sí, pero su búsqueda incluye la errancia, la plena relación que Escudero entabla con la naturaleza, que en ningún momento es retratada como paraíso perdido. El poeta es parte de ese todo y de allí surge su cosmovisión, razón por la cual no hay impostura ni nostalgia: "Otra vez ando el campo este seco/ de retamos jarillas e írseme la tarde/ en lo que es ver,/ sin más estar que en mis ojos la yerma/ extensión del desierto sanjuanino".
En Andanzas mineras se lleva a cabo, más allá de la figura excéntrica del buscador de oro, una experiencia singular con el lenguaje. Escudero compone una relación utópica entre la palabra oral y la escrita, hace hablar al poema una lengua que excede los términos del contrato literario, repleta de locuciones regionales pero, más aun, de sutiles modulaciones propias de la enunciación oral, que muchas veces desafía y modifica la grafía que dictan los manuales: "Detrás hay un refugio de piedra y quincha/ y no quiero más casa que esa,/ no más firmeza que pisar estribos/ hocico 'e chancho y cabalgar/ sombrero hasta loj ojos en busca de buscar".
El poeta se echa a andar, y a hablar, y en eso arroja un pedido a sus lectores: ser "todo oídos". En el sonido y el oído absolutos que da y reclama para que el poema se cumpla, Escudero funda su utopía (acaso como otro poeta argentino, Ricardo Zelarayán), es decir, la ilusión de reproducir en el papel y con los signos convencionales del alfabeto, lo que no puede existir más que en el aire, aquello que sólo puede ser escuchado: "Esos tirados en el campo ranchos/ a los que el cielo agujerea el techo, veces,/ y se les caen los palos de sólo no haber gente./ ¿Qué ha sucedido? No sé./ Arrastran un desprestigio de vinchucas/ y se despotrica de ellos sin pausa".
ANDANZAS MINERAS II
Por Jorge Leónidas Escudero
Ediciones en Danza
230 páginas
$180