El nuevo rol central de la India
El mapa mundial se va transformando con una dinámica que muestra nuevas realidades de gran interés para ampliar los horizontes estratégicos de América latina.
Un ejemplo es la India, que se proyecta como un actor central de la economía global. También es hoy, con 814 millones de votantes, la democracia multipartidaria más importante del planeta. Las estimaciones para este año anuncian una tasa de crecimiento del 7,5% con una inflación en torno del 4%. Según el Banco Mundial, su PBI ubica a la India como la quinta economía del mundo. El Fondo Monetario Internacional estima que se convertirá en las próximas décadas en la tercera detrás de Estados Unidos y China. También el informe pronostica que el PBI de la India crecerá entre 2017 y 2050 a un vertiginoso promedio anual de 4,9%.
La India está logrando modificar aceleradamente el perfil de una sociedad caracterizada por un desarrollo insuficiente y crónico. En los últimos años ha dejado de ser eminentemente rural para convertirse en una economía de libre mercado moderna. El peso de la agricultura en el PBI se sitúa en el orden del 18% en una tendencia decreciente. En cambio, el sector servicios registra un crecimiento exponencial al representar el 55% de la actividad económica, en particular en industria y tecnología. Asimismo es uno de los principales exportadores de técnicos calificados para el sector financiero y la ingeniería de software. La manufactura, la industria farmacéutica, la biotecnología, la nanotecnología, las telecomunicaciones, la construcción naval, la aviación, la energía nuclear, están mostrando un muy alto desarrollo. En este contexto, la BBC ha señalado que probablemente "el próximo Apple", la empresa que revolucione la economía mundial, aparezca en la India antes que, por ejemplo, en China.
Con 1300 millones de personas, la India es un mercado atractivo para los bienes de consumo ya que el crecimiento económico se basa en el consumo interno y no sólo en las exportaciones. La pirámide de población es otro tema destacable (550 millones son menores de 24 años). Este dividendo demográfico, unido a la renta del país, provocará que el mercado de bienes de consumo se multiplique varias veces en los próximos años. Consecuentemente, a diferencia de China que demanda principalmente materias primas, la India requiere de un volumen significativo de bienes manufacturados de primera necesidad. Asimismo, las políticas de seguridad alimentaria de la población permiten pensar en la India como un área de fuerte proyección en agronegocios. Cada indio consume el equivalente a 4 gramos de soja por día. A pesar de que el 40% de la población es vegetariana, la clase media está cambiando hacia la carne y otras alternativas alimentarias.
En política exterior, la India aspira a ser una potencia global. El peso político, económico y militar adquirido, que incluye un arsenal de más de 200 armas nucleares, es cada día más relevante como lo demuestra su activa participación, entre otros, en el G-20. La nueva dinámica internacional promovida por el primer ministro Narendra Modi está ampliando la intensidad del relacionamiento diplomático con áreas geográficas no tradicionales.
En este contexto, la India puede ser un socio diplomático de gran interés además de un mercado de importancia sustantiva para los productos argentinos, y fuente de transferencia científica y tecnología de punta para las necesidades de diversos proyectos nacionales. Es una muy buena noticia que el Palacio San Martín esté estableciendo con la India una profundización de la relación diplomática con un alcance de particular significación y proyección.
Ex vicecanciller argentino