El mejor regalo para el Día del Padre: tiempo para cuidar
En la Argentina, los padres dedican la mitad del tiempo que las madres al cuidado de sus hijos/as. Según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (2021), las mujeres que conviven con personas dependientes le dedican un promedio de 9 horas diarias a las tareas domésticas y de cuidados, mientras que el mismo trabajo les insume 4,5 horas a los varones. Esta desigualdad al interior del hogar tiene su contracara en el mercado laboral. Así como las madres trabajan mucho más dentro de sus casas, los padres participan mucho más del mercado de trabajo (97% vs 71%).
La idea del cuidado como algo eminentemente femenino se amplifica por la política pública, obstaculizando el derecho y la responsabilidad de cuidar de los padres, así como las trayectorias laborales de las madres. Hoy la Argentina cuenta con las licencias por paternidad más cortas de Sudamérica: ante el nacimiento de un hijo/a, los varones tienen apenas 2 días consecutivos para estar con el/la bebé, lo que equivale –literalmente- a un fin de semana.
Este Día del Padre en la Argentina nos permite reflexionar sobre posibles cursos de acción para revertir esta situación. ¿Qué se puede hacer? Avanzar en una reforma del régimen de licencias. Esto es esencial para garantizar a los padres tiempo de calidad con sus hijos/as y, al mismo tiempo, reducir las desigualdades de género en el mercado de trabajo.
¿Por dónde arrancar? El régimen de licencias argentino cuenta con varios problemas, empezando por su falta de universalidad: apenas la mitad de los trabajadores que son padres o madres pueden acceder a este derecho, excluyendo a monotributistas, autónomos e informales. Segundo: es un régimen muy fragmentado. Incluso si miramos solamente a quienes sí acceden, el empleo privado se encuentra regulado por la Ley de Contrato de Trabajo que establece dos días de licencia por nacimiento para el padre, a cargo del empleador, y 90 para la madre, a cargo de la seguridad social, excluyendo a familias adoptantes; en el empleo público, la legislación depende de cada jurisdicción, con licencias por paternidad y para personas no gestantes que van desde los 45 a los dos días. El tercer problema del régimen es evidente y atraviesa a todos esquemas: el sesgo maternalista. Las licencias para madres y personas gestantes son hasta 45 veces más extensas que las correspondientes a padres y personas no gestantes, reforzando el estereotipo de las mujeres como responsables exclusivas de las tareas de cuidados.
Hace algunas semanas se discutió en dos Comisiones de la Cámara de Diputados el Proyecto de Ley Cuidar en Igualdad, aunque no llegó a debatirse en el recinto. El proyecto amplía el acceso a licencias a autónomos/as, monotributistas y adoptantes; incorpora identidades de género anteriormente excluidas en la LCT, estableciendo las figuras de persona gestante y no gestante; y extiende los días de las prestaciones (automáticamente a 126 días para gestantes y gradualmente hasta llegar a 90 días en ocho años para no gestantes).
Creemos que este proyecto puede potenciarse aún más. Hace más de diez años que desde Cippec impulsamos una reforma universalista e igualitaria para el régimen de licencias. Como escenario de máxima, proponemos un sistema que otorgue 126 días a todas las personas en un plazo de ocho años, a través de una ampliación gradual que priorice a las personas no gestantes. Teniendo en cuenta las restricciones fiscales vigentes, un primer paso promueve extender las licencias a 30 días a todos los papás, lo que implicaría una inversión equivalente a un 0,08% del PBI en 2023.
En este Día del Padre, darles más tiempo para cuidar es un regalo estratégico. La Argentina se encuentra atravesando cambios demográficos muy importantes que acelerarán el envejecimiento poblacional. En este escenario, además de ampliar derechos, un nuevo sistema de licencias contribuye a reducir las desigualdades en el mercado de trabajo, facilita la participación laboral femenina y prioriza la estimulación temprana de los/as niños/as, lo que tiene consecuencias fundamentales para su desarrollo. Mejorar la inserción laboral de las mujeres y aumentar la productividad de los/as trabajadores/as del futuro son dos pilares indispensables para que podamos sostener el crecimiento económico durante la transición demográfica. Extender las licencias, es entonces, un imperativo de derechos pero también estratégico.
Coordinador del Programa de Protección Social de Cippec
Directora Ejecutiva de Cippec