El liderazgo nuclear argentino necesita respaldo
Se acercan momentos cruciales para la candidatura de un argentino a dirigir el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), agencia multilateral a cargo del control de la actividad nuclear y de la prevención de la proliferación. El Gobierno debería formalizar sin dilaciones su apoyo a este desafío en el que nuestro país tiene todo por ganar y nada por perder.
La Argentina ostenta en estos momentos el liderazgo nuclear en América latina. Este campo de máxima importancia estratégica es uno de los pocos en los que el país se codea de igual a igual con las naciones más relevantes del mundo. La candidatura del actual embajador en Viena, Rafael Grossi, para dirigir el organismo a partir de 2017 ya fue anunciada por el gobierno anterior en septiembre de 2015. Sin embargo, contrariamente a todos los pronósticos y recomendaciones, nunca fue ratificada de manera formal por el actual gobierno.
Muchos países, entre ellos algunas de las grandes potencias, han manifestado su apoyo a la postulación argentina, que abre las puertas a una saludable alternancia en la conducción del organismo multilateral. Esta expectativa de cambio contrasta con el continuismo del otro candidato, el japonés Yukiya Amano, actual director general, quien aspira a un tercer mandato.
Grossi cuenta en el país con un amplio consenso, tanto del sector nuclear como de muchos referentes de la política y líderes de opinión, y su idoneidad para el cargo está fuera de duda: conoce como pocos el tema nuclear y el funcionamiento del OIEA, donde ejerció como director general adjunto. También realizó una gestión destacada al frente del Grupo de Proveedores Nucleares, órgano que coordina las políticas de comercio nuclear global de los principales países exportadores.
Este contexto favorable muestra que las chances de éxito son muchas, si el Gobierno formaliza su apoyo sin más demora. El momento ideal para hacerlo es la Conferencia General del OIEA que comenzará en Viena este lunes.
Tal vez la cautela para apoyar este nombramiento responda a la creencia de que dos argentinos compitiendo en forma simultánea por la conducción de organismos internacionales -la canciller Susana Malcorra en la ONU y el embajador Grossi en el OIEA- podrían erosionar mutuamente sus posibilidades. Sin embargo, el caso de dos brasileños que conducen actualmente organismos del calibre de la FAO y de la OMC parece demostrar lo contrario. Además, el proceso de selección en la ONU se encuentra suficientemente avanzado como para que otra candidatura pueda afectar su desenlace.
Mientras el mundo aguarda ahora con gran expectativa una definición positiva de la Argentina, Japón continúa con una persistente campaña para respaldar a su candidato. La tenacidad de Amano y de su gobierno para lograr una "re-re-elección" muestra a las claras la valoración que hacen los países de las ventajas implícitas de conducir la agencia multilateral nuclear.
La elección de un argentino para dirigir el OIEA sería uno de los logros más resonantes de política exterior del Gobierno y un escenario más que favorable para el país, en términos de posicionamiento e influencia internacionales. Habría oportunidades para la promoción internacional de productos tecnológicos estrella como los reactores de investigación y producción de radioisótopos, ya exportados a varios países, y el Carem, un reactor modular de potencia de diseño totalmente argentino, para el que se avizora un mercado potencial de miles de millones de dólares en los próximos años.
Por otra parte, deberían medirse los riesgos de la inacción para un país que debe evitar dar al mundo señales contradictorias respecto del rumbo de su política exterior en un tema tan sensible como es el nuclear.
Así sucedió en 2009, cuando el gobierno K declinó presentar al embajador Rogelio Pfirter. Ahora es el momento de no repetir errores, más aún con un gobierno que busca diferenciarse en forma positiva del pasado y que predica con énfasis la total inserción de la Argentina en el mundo, sin renegar de su identidad y soberanía.
Presidenta de la Fundación NPSGlobal