El león, el búfalo y las hienas
Javier Milei es una rara avis que tiene la capacidad de ir mutando por el zoológico de la política y, por ahora, salir indemne. Empezó siendo el león que se comía a cualquier expresión antiliberal y tenía preferencia por hacerse guisos con progresistas berretas y comunistas antediluvianos. Y muchos festejaron el banquete. Una vez en el poder, su transformación fue tan rápida como la licuadora y motosierra aplicada: se convirtió en un búfalo.
El búfalo es un animal enorme que cuando tiene en la mira a alguien, ataca sin miramientos. A diferencia de las vacas, cuando hay tormenta, los búfalos encaran directamente las tormentas, van hacia ellas, explican algunos expertos. Nuestro búfalo líder no pierde las mañas de león, se come a todos los pensadores contrarios a sus ideas libertarias y agregó ahora en el poder la fuerza bestial del búfalo. El búfalo no tiene miedo, va hacia la tormenta.
Recientemente, le dijo a un grupo de empresarios selectos en el Llao Llao que los que fugaron dólares fueron “héroes” porque “lograron escapar de las garras del Estado”. ¿A cuántos líderes se les permite una sinceridad brutal como la que Javier Milei expresa? Milei parece comprender qué jaula abrir en el zoológico para poder ir con la corriente de lo que la sociedad reclama a los políticos, pero que hasta el momento nadie escuchó o no quiso escuchar. Milei es la voz del inconsciente freudiano que expresa los mensajes que la sociedad tiene reprimidos.
“Así se mueve la casta” bufó Milei cuando los senadores se aumentaron brutalmente los sueldos. El espectáculo de algunas manos tímidas votando un aumento en una sociedad que en su mayoría no llega a fin de mes, es un guiso de casta servido en bandeja a nuestro camaleónico presidente.
¿Cuál será el próximo animal del que Milei se va a apropiar? Si los resultados del plan económico acompañan la gesta libertaria, Milei va a poder transformarse en algún animal brutal a su elección y esto hasta será festejado por la sociedad. La casta sufriente en una economía que crece puede sacar la sonrisa a más de un ciudadano. Cuando el bolsillo está lleno, la política puede hacer y deshacer. Cuando los argentinos tienen dinero disponible, las anteojeras de los caballos funcionan para dejar pasar malos tratos, corruptelas y chanchullos. Siempre fue así.
Sin embargo, el Presidente debe estar atento a su transformación si la economía no logra los resultados esperados. Tendrá que buscar un animal más ágil e inteligente, una liebre tal vez, para sortear las ingratitudes del contexto y, sobre todo, a las hienas de la casta (sindicalistas eternos, empresarios prebendarios, políticos subsidiados) que hoy están escondidas para no ser eliminadas por una sociedad que no las soporta más. Pero las hienas, como las cucarachas, tienen gran capacidad de supervivencia, son carroñeros y esperan que el animal que las arrincona tropiece para poder ir a comer sus restos.
PhD, profesor en la UTDT y autor de Fragmentados