El grito del silencio
Todos vimos, hace no muchos días, un video que se hizo viral en el que una docente increpaba a un alumno en una escuela en La Matanza. Es en parte cierto que no podemos hacer una sentencia absoluta sobre las personas a partir de una situación y un vínculo por unos minutos grabados. Sin embargo, a veces, para muestra basta un botón.
Ser docente implica ser apasionado, alentar a la diversidad y enseñar que del error se aprende, por lo tanto nadie debe temer a hablar, opinar o pensar distinto. Es importante tener en cuenta que en la vida debemos convivir (y no sólo tolerar) con la multiplicidad de puntos de vista que a su vez nos enriquecen.
Un docente, como persona, se puede equivocar, tener malos días y ciertas debilidades. Ahora, lo que nunca puede suceder es que en el ámbito escolar o en cualquier hecho educativo su actitud produzca miedo, amedrentamiento, amenaza o desacreditación de lo que piensan y sienten sus alumnas y alumnos. Estas situaciones son inaceptables y no tienen atenuantes.
Un educador debe estimular la diversidad de ideas y aprovecharlas para promover la argumentación, la convivencia de la diversidad y poner foco en los valores y los principios que puedan unirnos pese a pensar distinto. Nuestras alumnas y alumnos deben sentir ganas de estar en la escuela y percibirla como un lugar que les permita generar intercambios, desafíos, y sorprenderse constantemente.
Cuando hablamos de adoctrinamiento, en cierto punto nos referimos a “el intento de un adulto de hacer pensar o modificar lo que sus alumnos creen, o instalar una mirada personal”. No pueden sentir temor, vergüenza o creer que sus pensamientos podrían traerle consecuencias negativas con adolescentes o jóvenes. Un docente podría compartir un punto de vista mientras tenga la capacidad de expresar diversidad de miradas y que la suya no sea impuesta, ni manipule a estudiantes o instale por sus modos la idea de que no es “conveniente” pensar distinto a sí mismo.
Bajo ningún punto de vista podemos avalar algo que aunque esté mal, no parezca tan grave al utilizar una argumentación retórica. Fuera de época y contexto, hubiera sido absurdo el argumento de algunos franceses que pensaron que la instalación de la guillotina no era tan severa, ya que al menos la gente no andaría despeinada ni con piojos.
En tiempos de tanto dolor y desafíos como los que estamos atravesando, la vinculación respetuosa y emocionalmente sana podrá restañar tanto daño. Ya sea en la docencia como en otros oficios, los profesionales debemos aprender y aplicar nuevos marcos de trabajo y paradigmas. Nadie aprende ni construye una imagen de sí mismo y de su entorno, ni se proyecta a futuro, en medio de situaciones en donde la seguridad y la emoción no estén presentes.
En definitiva, el grito de unos, el temor, la falta de confianza en un ámbito educativo, son sinónimos del silencio de otros.
Fundador de Red Itínere, fundador y director ejecutivo de Asociación Civil HUB