El Gran Lebowski: 20 años no son nada
El Gran Lebowski llegó a este mundo el 6 de marzo de 1998. Y el martes pasado se cumplieron 20 años del estreno de esta película memorable para una tropa extraña de seguidores que durante toda la semana la recordaron con sendos homenajes en Internet. El film narra la historia de Jeffrey Lebowski (Jeff Bridges) o "The Dude", un jugador de bowling de Los Ángeles que no tiene trabajo y pasa sus días fumando marihuana y bebiendo cócteles. Un día, unos mafiosos lo confunden con una persona que tiene su mismo nombre y secuestran a su esposa (Tara Reid). "The Dude" se involucra junto con sus amigos Walter (John Goodman) y Donny (Steve Buscemi, en su momento de gloria actoral) en una situación criminal que, a simple vista, los supera ampliamente. La película de los hermanos Coen, que en la Argentina se estrenó el 15 de abril de 1999, resultó un suceso de culto. Una joya entre lisérgica y absurda que marca el inicio de un nuevo costumbrismo hasta ese momento bastante menos transitado por el cine comercial (la crítica de la nacion firmada por Diego Batlle la calificó con un "muy buena"). El film muestra el campo fértil en el que crecen los loosers, hombres blancos y bukowskianos y chandlerianos, fantasmas civiles que disfrutan de un muy generoso entorno natural y social, empezando por las facilidades del clima siempre templado que ofrece el denominado "valle" de California. El crítico de cine Fernando López escribió en 2007, a propósito del estilo de los hermanos Coen, que suelen realizar minuciosas descripciones etnográficas del medio en el que transcurren sus historias: "¿De dónde viene el absurdo que domina El Gran Lebowski si no de la propia comunidad de Los Ángeles?", se pregunta López. Exacto. Los Ángeles, esa ciudad de la costa oeste norteamericana enclavada en un estado demócrata y liberal de pura cepa que parece diseñada para un viaje piscotrópico (desde sus pinitos puntiagudos, el barroco color terracota de sus construcciones y las palmeras que parecen famélicos gigantes), resulta un escenario "etnográfico" que puede albergar a miles de "Lebowskis" de todos los tamaños y colores. De hecho, el personaje interpretado por Jeff Bridges está basado en un hombre llamado Jeff Dowd, un productor que trabajó con los hermanos Coen en su primera película, Blood Simple (1984). Al igual que Lebowski, Dowd participó del grupo antiguerra Seattle Seven y se llamaba a sí mismo "The Dude". Esta es una de las tantas curiosidades que comenzaron a emerger en la Web esta semana lebowskiana. ¿Otra? El personaje de Julian Moore está basado en una artista real. En la película, Maude se creó pensando en la artista visual Carolee Schneemann, conocida por sus incendiarios discursos sobre sexualidad y género. Muchos se preguntaron, luego de la película, de dónde sacaba el dinero "The Dude" para sobrevivir. Según algunos fanáticos, en los primeros guiones se deslizaba la suposición de que el protagonista era el heredero de la fortuna de los cubos Rubik. El dato no es menor al tratarse de un territorio como Los Ángeles, donde millonarios y mendigos pueden compartir casi los mismos gustos en cuanto a la gastronomía típica, bebidas e incluso espacios públicos. Toda la playa de Santa Bárbara, Venice y Malibú (al norte) congrega a la extravagante sociedad sin distinciones en cuanto a su ascendencia sanguínea o estatus social y posición económica. Incluso, la escasa segmentación es uno de los orgullos locales. El "millonario" Jeffrey Lebowski, con sus camisas y su semblante desaliñado, podría definirse como un producto regional. Los diálogos del film merecen, entre los fanáticos, consideraciones importantes. Hay una reconocida línea en la que "The Dude" lanza un discurso de una altura existencial que contrasta irónicamente con su remera blanca manchada y el contexto de un partido de bowling. Esas palabras fueron sacadas de una parte de la Biblia, del libro Eclesiastés: "Una generación muere y otra generación viene, pero la tierra permanece por siempre". La película ha creado incluso una especie de movimiento con página en Internet denominado "el dudeísmo" y que tienen como frase central el mantra del personaje: "Todo es solo tu opinión, hombre". Incluso desde 2002 se realiza el Lebowski Fest, en donde los fanáticos se disfrazan de los personajes del film, participan en concursos y juegan al bowling. Y en Nueva York, del otro lado del país y con una idiosincrasia diferente a la de California, existe The Little Lebowski Shop, una tienda que vende distintos objetos que hacen referencia al film de los hermanos Coen. Para "The Dude", finalmente, 20 años no son nada. ¿Para nosotros tampoco?
Playlist
Mientras escribí este texto escuché:
Just like a mexican love, Jeffrey Lee Pierce
Lookin' Out My Back Door, Creedence
Clearwater; Human Fly, The Cramps