El futuro híbrido del trabajo, entre el hogar y la oficina física
Las tendencias que se veían el año pasado sobre un futuro sin oficinas ya se revirtieron. Si bien el teletrabajo llegó para quedarse, será de manera parcial. Algo interesante de observar es cómo se desarrollan las expectativas que tienen los empleadores y los trabajadores.
Una encuesta de KPMG entre 500 grandes empresas en 11 países mostró un cambio muy grande: el 69% proyectaba reducir el tamaño de sus oficinas en agosto del año pasado, un número que se redujo al 17% en marzo de 2021. Por otra parte, hay estudios que indican que muchos empleados estarían dispuestos a un importante recorte salarial si eso les asegurara trabajar de manera remota.
En el ámbito del derecho empresarial, por ejemplo, un relevamiento realizado por Brevity junto a Opinaia entre más de 800 profesionales señala que el principal desafío que se debe enfrentar en el mediano plazo es la transformación digital. Esto permite, por ejemplo, digitalizar la documentación para no tener que trasladarse hasta la oficina para acceder a los papeles físicos, con el objetivo de brindarle mayor valor agregado a los servicios profesionales y optimizar procesos, costos y tiempos de trabajo que se van en tareas rutinarias.
Los desafíos del teletrabajo son: salud, felicidad y sentimiento de pertenencia. Es fundamental que las empresas tengan especial cuidado con varios de los efectos negativos que pueden derivarse del teletrabajo, como el incremento en las horas diarias dedicadas a la jornada laboral y la sensación de soledad y la falta de contención entre miembros de un equipo, que pueden generar problemas de salud. En este sentido, las grandes compañías ya planean implementar posiciones tales como arquitecto del lugar de trabajo virtual y facilitador de teletrabajo, entre otros en recursos humanos.
Además, hay un estudio de Microsoft Human Factors Lab que muestra la importancia de los descansos entre reuniones remotas para bajar el estrés, mejorar la productividad y evitar daños neurológicos. El desafío es descubrir cómo aprovechar las ventajas de esta modalidad, con el objetivo de proteger a los empleados para asegurar su salud, felicidad y sentimiento de pertenencia con la compañía.
De acuerdo con un relevamiento realizado por Mckinsey en Estados Unidos entre diciembre de 2020 y enero de este año, el 68% de los empresarios todavía no armó un plan concreto sobre la forma y la distribución del tiempo y los equipos en la post pandemia. La incertidumbre propia de atravesar una etapa revolucionaria de la historia, provoca que aún no esté claro cuál es el mejor recorrido para llegar al futuro híbrido del trabajo: una mezcla entre el hogar y la oficina física. Se hace camino al andar.
Abogado especialista en Derecho y Tecnología, fundador y CEO de Brevity